En sintonía con el minuciosos trabajo llevado adelante por el Vaticano en los últimos años y por expresas indicaciones del Papa Francisco a todos los obispos del mundo para que apliquen políticas de prevención deabuso sexual dentro de la Iglesia a la vez que tolerancia cero para aquellos religiosos que incurran en ese delito, los obispos argentinos dieron a conocer este mediodía el documento aprobado el pasado mes de abril.

"Los obispos de Argentina compartimos plenamente y hacemos nuestra la preocupación (...) en esta materia y adherimos sin reservas a los criterios de transparencia y de responsabilidad expresados en numerosas oportunidades por la Santa Sede con respecto al abuso sexual de menores" afirman los obispos en el instructivo de 21 páginas, que analiza aspectos jurídicos e indica orientaciones pastorales que tiene como objetivo orientarlos en los casos en los que deban intervenir en sus respectivas diócesis. Y ratifican la "máxima la disposición a cooperar con el conjunto de la sociedad y con las competentes autoridades nacionales y provinciales con respecto a esta cuestión". 

Reconociendo que el abuso sexual de menores no sólo es un pecado sino también un grave delito que debe ser condenado tanto por las leyes eclesiásticas como civiles (y ante una eventual condena el sacerdote deberá hacerse cargo de las reparaciones), la Iglesia deberá asistir pastoralmente a la o las víctimas.

"La conducta inmoral de unos pocos no descalifica ni desmerece el abnegado servicio de la mayoría" de los sacerdotes, dice la Guía, a modo de mea culpa por casos como el del ya sancionado sacerdote​ Justo José Ilarraz (acusado por más de 50 casos de abusos sexuales perpetrados contra menores de edad entre 1984 y 1992); del italiano Alessandro De Rossi (imputado por el delito de abuso sexual agravado mientras cumplía funciones en la ciudad de Salta y arrestado el pasado 31 de diciembre tras el pedido de captura internacional que Argentina realizó ante Interpol) oJosé Antonio Mercau (el papa Francisco decretó su destitución de la iglesia luego que se lo condenara a 14 años de prisión por abuso sexual de cinco menores).