La Iglesia impulsa a los candidatos a acordar políticas de cara a 2016

Buscan puntos en común en temas sociales y educativos. Ya vieron a Massa y Macri. Ahora van por Scioli.

Con vistas a las elecciones presidenciales, la Iglesia difundió esta semana un documento en el que, entre otras cosas, expresa su anhelo de que los partidos políticos y los sectores sociales acuerden políticas de Estado en cuestiones como la lucha contra la pobreza, el narcotráfico y la corrupción. Pero no se trata solo de un mero anhelo verbalizado en una declaración. Discretamente, los obispos vienen alentando a los precandidatos a avanzar en ese objetivo, según pudo saber Clarín, sea de modo directo en la ronda de encuentros que están teniendo con ellos en la sede de la Conferencia Episcopal como en contactos con sus principales colaboradores. Las razones que esgrimen para promover el acuerdo son tan simples como concretas: el próximo gobierno deberá afrontar grandes desafíos en diversas áreas y seguramente no contará con mayoría en el Congreso.

La movida eclesiástica comenzó en febrero cuando la comisión de Pastoral Social y su brazo laical, la comisión de Justicia y Paz, decidieron invitar a un encuentro a los precandidatos. Oficialmente, se dice que las reuniones son para intercambiar pareceres sobre las cuestiones sociales y educativas, y la necesidad del diálogo y la búsqueda del bien común de cara a los próximos comicios y la nueva etapa que comenzará con el traspaso del poder el 10 de diciembre. Pero también allí -y en otros contactos indirectos- se los alienta a la búsqueda de los mentados acuerdos.

La ronda se inició el 23 de ese mes con la visita del por entonces precandidato presidencial por el socialismo, Hermes Binner, que luego se bajó de la puja electoral; siguió el 2 de este mes con Sergio Massa y la semana pasada con Mauricio Macri. Todo indica que es inminente la reunión con Daniel Scioli -en rigor, ya debió concretarse, pero hubo un problema de agenda- y que luego serán de la partida Ernesto Sanz y Elisa Carrió, así como los de las demás fuerzas políticas con presencia nacional.

El embrión de la idea empezó a gestarse hace muchos meses cuando algunos políticos –entre ellos, Eduardo Duhalde, que lo dijo públicamente- empezaron a hablar de la conveniencia de que la Iglesia volviera a tender una Mesa de Diálogo, como ante la crisis de 2001. Pero esa opción fue descartada por la Iglesia por dos razones: no creen que el país esté a las puertas de un colapso como el de principios de siglo. Y no quieren ocupar tanto espacio en la sociedad civil, sino dejar a los políticos el papel protagónico en democracia.

Sin embargo, los obispos son escépticos de que el acuerdo que alientan pueda alcanzarse durante la campaña electoral, pese a que en su reciente documento dicen que sería ideal que lo concretaran quienes “se postulan a los cargos públicos”. Consideran que el fragor de la competencia comicial y hasta el hecho de que los propios candidatos y sus equipos no tienen del todo claro muchas políticas que llegarían a implementar si son gobierno constituyen serios escollos.

Pese a que uno de los precandidatos con más intención de voto cree que el momento para concretar los acuerdos sería entre las PASO y las elecciones presidenciales, hoy por hoy los obispos verían como más verosímil que lo promueva el nuevo presidente de la Nación ni bien sea electo. Creen que un ejemplo a seguir es el Pacto de México, que su actual presidente, Enrique Peña Nieto, suscribió con los principales partidos de la oposición al día siguiente de asumir.

Sea para antes, durante o después de las elecciones, la Iglesia no cree que haya que desperdiciar estos meses y no sólo quiere que todo lo que ronda el traspaso del poder sea lo menos traumático posible, sino que apuesta a gestos de grandeza de los dirigentes. Sobre todo, del que gane las elecciones, que tendría -dicen- una actitud ejemplar si pide ayuda.

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