El hogar de Cáritas ya recibió a su primer “Cristo”, Rafa

Antes de su inauguración, que será esta noche, el albergue Hogar de Cristo ya tiene su primer huésped. Bendecirá el cardenal.

“Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber ...”. (Mateo 25,35-45)

La inauguración será esta noche, a las 20.30. Pero Rafa se adelantó. Este Cristo adolescente, que nunca fue a la escuela, estrenó el Hogar “Nuestra Señora de la Merced” cuando las puertas de Congreso 1.149 todavía no se habían abierto. Pero él ya está instalado, disfrutando de las facturas que le sirven Silvio y Nicky, el matrimonio responsable de la casa que acogerá por las noches a personas adictas, en situación de calle. Allí les espera una cena caliente, unas sábanas limpias, una ducha y un desayuno por las mañanas.

“El Hogar de Cristo Nuestra Señora de la Merced es el gesto con el que la Iglesia tucumana cierra el año de la Misericordia”, explica el padre Carlos Sánchez, presidente de la fundación Virgen de la Merced. Esta institución junto a Cáritas unen esfuerzos para poner en marcha dos proyectos en una misma casa. Por la noche, funcionará el albergue, del que se ocupará Cáritas, y de día, la fundación atenderá un centro que abrirá en marzo. De esta manera se cerrará el circuito para prevención, rehabilitación y reinserción de personas adictas que viven o están en la calle, indicó el padre Fabián Nieva, vicedirector de Cáritas.

Más que un proyecto, Hogar de Cristo es un estilo, una forma de enfrentar el flagelo de las adicciones. El modelo surgió hace muchos años en Chile, de la mano de san Alberto Hurtado, y llegó a la Argentina en 2008.

En Tucumán comenzó con la apertura de tres centros barriales llamados también “hogares de Cristo”: el de Cristo Divino Maestro, que funciona debajo de las tribunas del Autódromo; el de Nuestra Señora del Carmen, en Yerba Buena, y el Santísimo Sacramento, en Amador Lucero 1360. Todos ellos funcionan de día. Allí las personas comen y participan en talleres. 

“Una vez que han visto que existe otra forma de vivir que no es la calle, y cuando deciden dejar las drogas, se les propone ir a una de las Fazendas para rehabilitarse o se les dan otras alternativas”, explica la voluntaria Romina Roda. “En un futuro tendremos granjas de recuperación y viviendas compartidas. Son distintos dispositivos para sacarlos de la droga. Estos hogares de Cristo son parte de ese circuito para la recuperación o prevención de las personas en situación de calle”, contó la joven.

Los hogares de Cristo funcionan de 17 a 20.30. Allí los chicos pueden bañarse, merendar y participar en diferentes talleres. Por la noche podrán venir a dormir en el albergue (hay 40 camas), bañarse y ponerse ropa limpia del ropero comunitario que está a disposición de los beneficiarios. El centro de día contará con médicos, psicólogos y asistentes sociales y talleres de alfabetización y de capacitación, trabajará de 8 a 20. De esa manera todas las horas de las personas adictas estarán ocupadas con actividades hasta que se encuentren en condiciones de trabajar y de mirar la vida con otros ojos. 

Si querés ser voluntario inscribite en www.fundacionvirgendelamerced.org.

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