Higiene urbana. La empresa familiar cordobesa que exporta desde hace más de 40 años

Higiene urbana. La empresa familiar cordobesa que exporta desde hace más de 40 años

Scorza busca conquistar este año mercados centroamericanos con equipos para limpieza de calles y recolección de residuos.

CÓRDOBA.- Una empresa del interior argentino es jugadora internacional con sus equipos para higiene urbana; tienen toda la familia de productos y desde hace más de 40 años exportan. Scorza nació hace 61 años en un galpón de Oncativo (a 70 kilómetros de la capital cordobesa). Luis Scorza quería "hacer algo que no se producía" en el país, y así produjo la primera barredora de la Argentina.

La primera exportación fue en 1972 a Uruguay: compactadoras montadas sobre camiones Ford (a nombre de esa empresa quedó registrada la operación). Con el tiempo, consolidaron su presencia en Bolivia, Paraguay, Uruguay, Chile, Ecuador y Perú, donde cuentan con representaciones; en el último caso, hace tres años que producen una parte y envían desde Córdoba otras.

Gustavo Mozzoni, gerente de Comercio Exterior, explica a la nacion que abarcan todo el proceso desde la limpieza, barrido y lavado de calle, hasta la recolección de residuos urbanos domiciliarios e industriales.

También cuentan con una línea de plantas de transferencia para residuos industriales y de construcción y una de tratamiento de aguas, equipos de succión y desobstrucción. "Ofrecemos todas las respuestas para las necesidades y eso nos genera una ventaja competitiva", señala.

La empresa emplea a 170 personas en total y, en promedio, al año producen 250 compactadoras; una docena de barredoras y unos 15 desobstructores (el pico de ese producto fue cuando fabricaron 70 para Aysa). Cuentan, además, con autocargadores, cajas volcadoras, tanques regadores, lavaveredas, lavacalles, distintos modelos de contenedores y lavacontenedores.

En años regulares, la exportación implica siete por ciento de la facturación total; el récord fue a la salida de la convertibilidad, cuando en un trimestre alcanzó el 30%.

Mozzoni destaca que están a punto de constituir una empresa en Panamá para, desde ese país, atender Centroamérica y el Caribe, aprovechando los acuerdos comerciales internacionales. Y añade que es la mejor forma de competir con las empresas estadounidenses y mexicanas.

En la Argentina, sólo tres compañías fabrican estos equipos, una de las cuales es un desprendimiento de Scorza administrada por uno de los hermanos.

La mayoría son productos estandarizados que sirven para todos los países; en el caso de las plantas de transferencia -están negociado cuatro para Ecuador- requieren de proyectos especiales. El grueso de las operaciones tiene como clientes a empresas privadas (en la Argentina, el 90% de las ciudades de más de 20.000 habitantes tienen la recolección de residuos privatizado; en Bolivia es a la inversa, salvo el caso de Santa Cruz de la Sierra y La Paz).

Además de la amplia línea de productos, indican que el servicio de posventa es fundamental por la asistencia técnica que requieren las máquinas.

La historia

Luis Scorza, padre de Silvia -quien hoy está al frente de la empresa- era tornero y tenía un pequeño taller en el que trabajaba para la maquinaria agrícola.

Empezó a hacer cajas volcadoras de tierra y regadoras, ya que en la década de 1950 las calles no estaban pavimentadas. Visitando un amigo y cliente en una municipalidad vio una barredora para calles. "La compraron y quedó ahí; nunca se usó", le explicaron.

La llevó, la estudió y fabricó la primera barredora de la Argentina, cuya patente data de 1965. Con la ayuda de su padre y en sociedad con su hermano, fueron ampliando el galpón.

En 1968 un tornado los dejó sin nada. "Tenemos largas historias de empezar de cero", dice a este diario Silvia Scorza, quien cuenta que, en 1973, su hermano murió en un accidente de autos. Dos años después, el mismo día -regresando de la misa por él- Luis y su esposa repitieron la historia. Un "tío postizo" ayudó a los hijos, todos chicos, a mantener la fábrica que hoy continúa su labor, sorteando todos los obstáculos que la economía argentina supone. .

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