Habría Papa en Semana Santa

Habría Papa en Semana Santa
Las normas vaticanas preveían que la elección papal se celebrara en la Capilla Sixtina entre 15 y 20 días después de la renuncia de Benedicto XVI, el pasado 28 de febrero. Pero algunos cardenales quieren apurar la decisión.
La fecha para el inicio del cónclave en el que se elegirá al sucesor de Benedicto XVI sigue todavía en el aire, aunque el Vaticano se mostró ayer optimista respecto de que el nombre del nuevo Papa se conozca antes de Semana Santa. “Que haya un nuevo Papa para el Domingo de Ramos (24 de marzo) depende del cónclave, pero la esperanza de que sí lo haya es un deseo, una opinión, no una certeza”, afirmó el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi. “La certeza la tendremos cuando veamos al Papa en la logia de la Basílica de San Pedro”, añadió el sacerdote italiano después del cuarto día de sesiones preparatorias del cónclave.

Las normas vaticanas preveían que la elección papal se celebrara en la Capilla Sixtina entre 15 y 20 días después del inicio de la sede vacante, que comenzó con la renuncia de Benedicto XVI el pasado 28 de febrero. Sin embargo, en uno de los últimos actos de su pontificado, el ahora Papa emérito emitió un motu proprio por el cual autorizaba a los cardenales a adelantar la fecha de la elección papal si lo consideraban oportuno.

El decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, anunció la semana pasada que la fecha del cónclave se decidiría cuando estuvieran en Roma los 115 cardenales que participaron en la elección por tener menos de 80 años, si bien Lombardi precisó el martes que la fecha podría decidirse ya antes, una vez que estuviera claro el día de llegada del último purpurado.

Después de la llegada en la tarde de ayer a Roma del cardenal polaco Kazimiers Nycz, ya sólo queda que se una al resto de los purpurados el vietnamita Jean Baptiste Pahm Minh Man, cuyo arribo está previsto para hoy. Medios de prensa italianos mencionan el próximo lunes como la fecha más probable para el inicio del cónclave.

Sea como fuere, Lombardi indicó que de parte del Colegio Cardenalicio no hay ninguna prisa para fijar la fecha de inicio. “Se aprecia la voluntad de una preparación, adecuada, seria, profunda, no apresurada, y en esta situación no ha parecido oportuno celebrar una votación sobre la fecha del cónclave”, afirmó el sacerdote italiano. “Podría ser más respetuoso y natural esperar a que estén todos para fijar la fecha”, agregó.

Los 113 cardenales electores que se encontraban en la mañana de ayer en Roma participaron en la cuarta congregación general preparatoria del cónclave que tiene lugar a puertas cerradas en el Aula Nueva del Sínodo, en las inmediaciones de la Basílica de San Pedro. En general, la información aportada por el Vaticano sobre los temas tratados en las reuniones está siendo muy reducida. Lombardi se limitó a decir que hubo un total de 18 intervenciones y que los temas principales fueron la “nueva evangelización”, las relaciones entre el Vaticano y las diócesis y, por primera vez, las expectativas sobre el próximo Papa. “La tradición del cónclave y el camino que lleva hacia el mismo es mantener la reserva con el fin de preservar la independencia y la libertad de los cardenales ante tan importante decisión.”

Tan sólo los cardenales estadounidenses venían celebrando un encuentro con la prensa después de las sesiones. Sin embargo, una portavoz señaló que los purpurados han decidido no conceder más declaraciones ante la preocupación por la fuga de noticias reservadas aparecidas en diarios italianos. La prensa italiana aseguraba hoy que sobre todo los cardenales italianos desean que el cónclave comience pronto, mientras que los purpurados de otros países abogan por cumplir los tiempos establecidos. “Mi impresión nunca ha sido que podamos comenzar el 10 u 11 de marzo”, afirmó el arzobispo de Chicago, Francis George, citado por La Stampa. George cree que es mejor discutir con tranquilidad y luego celebrar un cónclave corto. También el cardenal alemán Walter Kasper, quien cumplió 80 años el martes y será por ello el más anciano de los electores, consideró que se debe preparar el cónclave con calma, ya que la situación es diferente a 2005, cuando Joseph Ratzinger entró en la elección como claro favorito. “Los cardenales casi no nos conocemos”, consideró en una entrevista con La Republica. De hecho, para 67 cardenales es un primer cónclave. Según el diario El País de España, muchos cardenales consideran que la curia vaticana tiene que ser renovada y denuncian la falta de comunicación dentro del Vaticano sobre los Vatileaks, la filtración de documentos privados de Benedicto XVI que ponían al descubierto rencillas internas. El arzobispo de Lyon, Phillippe Barbin, declaró en Le Monde: “Queremos saber lo que se vive en el Vaticano y en toda la organización central de la Iglesia”.

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