Gobierno, a la espera de guiño del FMI

Gobierno, a la espera de guiño del FMI

Es el segundo giro pactado para el año. Con esto estarán cubiertos los vencimientos de deuda hasta después de las elecciones presidenciales.

Argentina espera para los próximos días el último, e importante, guiño del Fondo Monetario Internacional (FMI): la habilitación del desembolso de los u$s5.400 millones del segundo giro pactado para el año, y la llave final para llegar a las elecciones de octubre con todo el dinero para cubrir los vencimientos de deuda para todo el ejercicio ya en caja. Si bien el board del organismo que maneja Christine Lagarde debería haberse reunido el viernes pasado para tratar el caso argentino, una demora en los datos que debe elaborar el jefe de la misión que se ocupa de este año, Roberto Cardarelli, provocó que se demore el encuentro y que se dilate unas jornadas la decisión final. Desde Buenos Aires se asegura que el retardo es “estrictamente burocrático” y dependiente del chequeo de diferentes variables comunes que, según la versión oficial, no deberían alterar lo que se espera será un final feliz para este segundo desembolso de 2019.

Argentina ya había recibido una señal positiva el pasado viernes 7 de junio, cuando el titular del banco Central, Guido Sandleris, se reunió con la propia Lagarde en la cumbre de ministros de Economía y presidentes de bancos centrales del G-20 en Fukuoka, Japón. Allí, la directora gerente del FMI le reconoció a la Argentina la marcha del stand by, junto con las clásicas críticas a la debilidad de la lucha contra la inflación; ítem obviamente grave pero que para los funcionarios argentinos no trae sorpresas. Sin embargo, lo más importante que se concluyó en el evento es que se ratificó la autorización para que continúe el plan de utilización de los dólares del FMI para combatir eventuales corridas contra el dólar. Uno de los puntos que más entusiasmó a Lagarde es que aún no se hizo uso de un solo dólar. Y que sólo con la amenaza de la posibilidad de intervención, el mercado se tranquilizó; situación que se mantuvo hasta el viernes pasado y que, siguiendo esa línea, marcaron ayer las ADR en Nueva York.

El dinero del desembolso de los u$s5.400 millones se efectivizará una vez que se concrete la próxima reunión del board del organismo, evento programado originalmente para el 14, pero que se prorrogó con fecha límite para la semana próxima. En el encuentro del directorio se hablará del caso argentino (como del resto de los préstamos vigentes); y, sin objeciones de conciencia mayores, se liberará el dinero comprometido. El FMI ya había liberado el primer desembolso del año en abril pasado, autorizando el giro de unos u$s10.800 millones. Cuando se confirme el desembolso pactado para fin de junio comienzo de julio, el FMI habrá enviado ya al país desde junio del año pasado, unos u$s44.600 millones. Restarían para completar el acuerdo unos u$s12.700 millones que, si se aprueban las futuras revisiones, ingresarían antes de fin de año, completando los u$s57.300 millones del total del stand by firmado con el organismo en 2018. El desagregado incluye unos u$s15.000 millones en junio de 2018, u$s5.031 millones en octubre y u$s7.619 en diciembre de ese año. En lo que va de 2019 fueron girados u$s10.870 millones en abril. En teoría, aun utilizando los u$s6.000 millones pactados con el FMI para contener el dólar, al Gobierno le sobraría el dinero para cerrar sus obligaciones financieras hasta el primer semestre del próximo año. Será tarea de la futura gestión renegociar, o no, el acuerdo firmado en junio pasado (ampliado y modificado en septiembre de 2018), para eventualmente conseguir otros u$s10.000 millones y cerrar todo 2020.

El Gobierno se había traído de Fukuoka la continuidad del pacto de honor entre el Gobierno argentino y el FMI de utilizar hasta u$s6.000 millones bajo los parámetros acordados. Esto es, no liquidar más de u$s250 millones diarios y que no se perfore el techo pétreo de 51,45 pesos. En este punto, los argumentos de Sandleris son sólidos. Hasta el viernes pasado, el dólar se mantuvo más que estable (aun en un clima de inflación de 3% promedio entre abril y mayo), sin que se produzcan corridas ni que se amenace la estabilidad cambiaria general. Y, lo más importante, sin que se utilice un solo dólar de los u$s250 millones diarios. “Ya ganamos un mes y tres semanas”, hablaban, enfervorizados, algunos de los funcionarios en la rueda diplomática en Japón. Ese mismo día, nuevamente en público, Lagarde respaldaba al Gobierno al destacar los “esfuerzos continuos” que han conducido “a importantes avances” en la economía del país.

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