Frente a la tumba de monseñor Novak, la diócesis de Quilmes celebró sus 40 años

En el marco de las celebraciones por los 40 años de creación de la diócesis de Quilmes y de consagración episcopal y toma de posesión de su primer obispo, el lunes 19 de septiembre se inició la jornada con una oración frente a la sepultura de los obispos Jorge Novak y Gerardo Farrell, en la catedral Inmaculada Concepción.

La misa concelebrada fue presidida por el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, quien destacó que esa comunidad diocesana haya decidido recibir la Palabra y “vivir como el Resucitado”. Asimismo, los exhortó a no perder la vocación sinodal de la misión.

En el marco de las celebraciones por los 40 años de creación de la diócesis de Quilmes y de consagración episcopal y toma de posesión de su primer obispo, el lunes 19 de septiembre se inició la jornada con una oración frente a la sepultura de los obispos Jorge Novak y Gerardo Farrell, en la catedral Inmaculada Concepción. 

La oración fue guiada por el obispo de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera y seguida por los obispos Gabriel Barba (Gregorio de Laferrere), Sergio Fenoy (San Miguel) y Fernado Maletti (Merlo-Moreno), por sacerdotes y diáconos, además de un numeroso grupo de fieles. 

Luego, los cuatro obispos, encabezados por el obispo auxiliar de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Torres Carbonell, delegado episcopal para las Misiones, salieron de la catedral a caminar por la peatonal Rivadavia del centro de Quilmes. 

Allí saludaron y dieron la bendición a la gente que se acercaba. Luego, se instalaron frente a un altar sencillo que sostenía la imagen de la Virgen de Luján, a metros de la estación ferroviaria de Quilmes, donde además de bendecir y conversar con la gente, entregaron estampas del beato Cura Brochero. 

Por la tarde, se celebró la misa por los 40 años de la diócesis de Quilmes, en una catedral colmada de fieles de las comunidades de Berazategui, Florencio Varela y Quilmes, los tres partidos que conforman la diócesis, y seguida a través de una pantalla gigante por otros cientos que no pudieron ingresar y estaban en la calle y en la plaza San Martín. 

La celebración eucarística comenzó pasadas las 19 y fue presidida por el cardenal Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina.

La ceremonia fue emotiva, tuvo muchos gestos y palabras, y se hizo historia de estas cuatro décadas de vida diocesana. Allí se hizo memoria agradecida por su primer obispo, monseñor Novak, y su obispo coadjutor Farrell. También por el obispo emérito, monseñor Luis Stöckler, que estuvo presente concelebrando la Eucaristía. 

Asimismo, estuvieron presentes los obispos de las diócesis del Gran Buenos Aires: José María Baliña (auxiliar de Buenos Aires), Gabriel Barba (Gregorio de Laferrere), Martín Fassi (auxiliar de San Isidro), Sergio Fenoy (San Miguel), Rubén Frassia (Avellaneda-Lanús), Ernesto Giobando (auxiliar de Buenos Aires), Fernando Maletti (Merlo-Moreno), Jorge Torres Carbonel (auxiliar de Lomas de Zamora). También participaron monseñor Hugo Salaberry, obispo de Azul, y monseñor Marcelo Colombo, obispo de La Rioja y oriundo de Quilmes. 

Participaron de la Eucaristía fieles de todas las comunidades de Berazategui, Florencio Varela y Quilmes. Estuvo presente el intendente de Quilmes, Martiniano Molina, y representantes de los gobiernos municipales de Florencio Varela y Berazategui. El gobierno de la provincia de Buenos Aires estuvo representado por el director de Culto bonaerense, Walter Giménez. 

En la homilía, el cardenal Poli explicó la presencia en esta misa de todos los obispos de Buenos Aires y el sentido de la misión que ayer iniciaron y que continuarán hasta el jueves por los tres partidos. 

“Luego de la Asamblea de Aparecida, en 2007, los obispos empezamos a pensar en un gesto. Y se escuchó bien fuerte la voz de un alemán que nos decía: ‘Ese gesto tiene que ser la misión’. Ese alemán era Luis Stöckler, ¿lo conocen?”, preguntó, y agregó: “Venimos a misionar, pero en realidad venimos a contagiarnos del espíritu misionero de la diócesis de Quilmes”, señaló. 

“Durante 40 años –continuó–, desde el padre obispo Jorge Novak hasta mi amigo Cacho (haciendo referencia cariñosamente a Tissera, amigo y compañero de la carrera de Teología en su juventud), todos anuncian: ‘Cristo resucitado es nuestra esperanza’. Ustedes acogieron la Palabra y decidieron vivir como el Resucitado”. 

El purpurado porteño aseguró que “todos debemos responder al mandamiento del amor que nos dejó Jesús: ‘Ámense los unos a los otros como yo los he amado’ ¡Qué fácil es decirlo!”. 

“Desde el obispo hasta cada una de las comunidades están llamados a la misión para evangelizar. La diócesis de Quilmes tiene la experiencia de dos sínodos que convocó el padre obispo Jorge Novak. Por eso, ustedes están bien preparados para la misión”, sostuvo el cardenal Poli. Y pidió al Pueblo de Dios que peregrina en la diócesis de Quilmes: “¡No pierdan esta vocación sinodal!”. 

La misión de los obispos en la diócesis 

Desde este martes 20 de septiembre, los obispos que conforman la Región Buenos Aires misionarán en la diócesis de Quilmes. Un grupo misionará en la parroquia Espíritu Santo (Campichuelo esquina Los Andes, barrio IAPI, Bernal Oeste) y otro en la carpa misionera ubicada en la Villa Itatí (Don Bosco). Por la tarde, entre las 16 y las 18, un grupo de obispos misionará en el Hospital de Quilmes Dr. Isidoro G. Iriarte. 

Para el miércoles, la misión de los obispos será en la ciudad de Florencio Varela. Allí, de 10 a 12:30 y de 16 a 18, misionarán en el Complejo Penitenciario y en la capilla Virgen de la Divina Providencia (Barrio El Tropezón). Otro grupo de obispos, misionará por la tarde en el Hospital Mi Pueblo y en la Fazenda de la Esperanza San Lorenzo. 

El último día de misión de los obispos de la Región de Buenos Aires será el jueves 22. Esta vez llega el turno de la ciudad de Berazategui. De 10 a 12:30 y de 16 a 18, visitarán a la comunidad de la capilla Niño Dios (Calle 159 esq. 18 A), y por la tarde misionarán en el Hospital Evita Pueblo.

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