El papa Francisco recibió a la Fundación Hispanojudía en una audiencia privada en la residencia de Santa Marta.

David Hatchwell, presidente de esta fundación que tiene por objetivo acercar la cultura hispana y judía, viajó a Roma junto con una delegación compuesta por miembros del patronato y diversos amigos -tanto judíos como no judíos- de la fundación de diferentes países del mundo.

Entre ellos, se encontraban numerosas personalidades de nuestro país: Alberto Ruiz-Gallardón, Alicia Koplowitz, Rocío Gil Oset, Nacho Cano, Juan Luis Cebrián, Nuria Vilanova, Jesús y Carmen Gil, y Mar Flores. A ellos, se unieron Mauricio y Charlotte Botton, Javier y Arantxa Cremades, Linda Scaperotto, Ezequiel Szafir, Eric Gross, Susan Guenun, Ruben Lerner, Aaron Feldman, Donna y Nate Lam, Jimmy y Miriam Pinto, Jorge Navea, Carlos de la Mata, Pablo Kleinman, la embajadora de España en la Santa Sede, Carmen de la Peña, el embajador de Panamá en España, Milton Cohen Henriques, Mónica Sánchez Rubio y Caroline Dubois.

Todos ellos tuvieron la oportunidad de conocer al Santo Padre, que expresó una gran alegría al conocer a los miembros de la Fundación, de la mano del gran rabino Isaac Sacca, al que le une una gran amistad.

Durante el encuentro, el Papa Francisco recordó con ternura su infancia en Argentina, revelando que allí convivió con niños de distintas religiones, sobre todo, judíos, con quienes compartió experiencias y valores que le hicieron crecer y convertirse en un hombre de paz.

David Hatchwell, por su parte, aprovechó la visita para entregar un facsímil de la Biblia de Alba de 1422, que el rabino Moisés Arajel tradujo del hebreo al castellano por orden del Gran Maestre de la Orden de Calatrava, don Luis de Guzmán. Un manuscrito que, en su momento, tenía como fin mostrar al bajo clero la herencia judía del cristianismo, así como construir puentes entre ambas culturas.

Y éste es, precisamente, el objetivo actual de la Fundación Hispanojudía, que nació hace tres años para "construir vínculos afectivos que permitan reconstruir un mundo de respeto, empatía y valores donde se respete la santidad de la vida humana".

En un acto de hermandad, el Papa y el gran rabino Sacca pronunciaron, en hebreo y en español, la oración Aharonica hacia todos los participantes. Todo un hito en toda la historia judeo-cristiana.