Su primer párroco será el Padre “Pepe”, reconocido por labor en las villas de Buenos Aires. Francisco hizo llegar su mensaje.
Con una Misa y un mensaje del papa Francisco, fue erigida la primera parroquia "villera" dedicada a Don Bosco, en José León Suárez, en pleno conurbano bonaerense. Su primer párroco es el padre José María Di Paola, más conocido como el padre “Pepe”.
La parroquia está ubicada en la villa La Cárcova, una de las más grandes del conurbano bonaerense, emplazada en torno al Camino del Buen Ayre. En sus casas edificadas en torno a un basural, viven más de 20000 personas.
"En este día que se inaugura la parroquia de La Cárcova, les quiero hacer llegar un saludo. La parroquia lleva el nombre de San Juan Bosco, en el segundo centenario de su nacimiento, simplemente porque Don Bosco trabajó mucho con los chicos y los jóvenes, y una de las dimensiones más fuertes de esta parroquia van a ser los chicos y los jóvenes", explicó Francisco en su mensaje. Además, el Papa aseguró que desea “que esta parroquia les haga bien a todos ustedes”. “Rezo por ustedes, para que la puedan llevar adelante, rezo por el párroco, rezo por todos los que colaboran en ella. Los bendigo a todos, a todos ustedes, a los colaboradores, a todos, y les pido por favor que recen por mí”, concluyó. Francisco ya había concedido recientemente una entrevista a un grupo de jóvenes de la parroquia, sobre la que ya informó Aleteia.
Presidió la Eucaristía el obispo de San Martín, monseñor Guillermo Rodríguez-Melgarejo, quien concelebró junto con su auxiliar monseñor Han Lin Moon, el Padre Pepe y otros sacerdotes.
El padre Pepe, de 45 años, llegó esta villa en marzo de 2013, luego de misionar un tiempo en el interior del país. Anteriormente, su misión había trascendido por su trabajo en las villas porteñas, y su contundente denuncia al narcotráfico, por la que fue amenazado de muerte. Junto con otros “curas villeros” llevaron adelante innumerables obras pastorales en las varias villas porteñas, trabajando con complejas situaciones familiares, de violencia, drogadicción, utilización política, entre otras.
Con originalidad, y coraje, en la villa 21 por la que pasó anteriormente el Padre Pepe se cuentan historias de mujeres golpeadas convertidas en asesoras matrimoniales, jóvenes que de la adicción pasaron a considerar la vocación sacerdotal tras salvar a sus amigos del flagelo narco, entre otras bellamente narradas por la periodista Silvina Premat en el libro Pepe, el cura de la villa.
Tras unos años misionando en Campo Gallo, Santiago del Estero, el Padre Pepe retornó a las villas de Buenos Aires, y al llegar la Cárcova, se hizo cargo de la capilla nuestra Señora del Milagro, y ahora tiene de esta nueva parroquia.
Además, en la zona funcionan las capillas Virgen de Luján, Virgen de Itati, y San Francisco Solano.
Según expresó el boletín salesiano al reseñar semanas atrás este proyecto, los objetivos del Padre Pepe para la parroquia son “acercar los servicios religiosos a las personas que viven en el barrio, compartir su realidad y brindar un espacio de reunión y de trabajo”.
Según el cura “villero”, “Don Bosco es el ejemplo de los más claros que tiene la Iglesia de sacerdote en todo sentido”. “Cuando la Iglesia se hace presente, acerca a las personas, como un hospital de campaña que alivia las dolencias, y quienes se distancian retornan con cierta facilidad”, expresó el Padre Pepe.
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