El próximo 7 de junio, Cristina y el Papa estarán nuevamente juntos. Quinto encuentro, una nueva reunión en la Santa Sede. El Papa habrá retornado de un viaje histórico a Sarajevo. Cristina habrá atravesado otra vez, viajes importantes  y disputas políticas, dentro y fuera.

En abril la presidenta reafirmará el fuerte vínculo con Rusia, en una nueva reunión con Vladimir Putin, devolución de gentilezas luego de la visita del líder ruso a la Argentina. Para cuando se vean las caras con el Papa, las PASO estarán a la vuelta de la esquina, faltarán 13 días para definir los nombres de los precandidatos, el tema Malvinas habrá sumado varios nuevos capítulos, los trenes serán otra vez del Estado Argentino, y en Sudamérica habrá mucha expectativa por la llegada del Papa a Paraguay, Bolivia, y Ecuador en el mes de julio.

Se estima que dos millones de sudamericanos estarán en un predio gigante para celebrar la Misa Solemne en honor a la Virgen de Caacupé, a 45 kilómetros de Asunción, y assitirán también a otra importante celebración en el Parque Ñu Guasú, en la capital paraguaya. Francisco va a homenajear a la Patrona Paraguaya, así como el Padre Pepe Di Paola la entronizó en su primera parroquia del GBA. La cercanía espiritual, amistosa, afectuosa, y de ideas y formas de evangelizar, que existe entre el Papa y el Padre Pepe, es de un nivel enorme. Como si el papado no alejará al obispo de las villas, y al curita villero. Maestro y alumno, siguen sembrando juntos...

Para tomar conciencia de lo que significa este quinto encuentro, hay que tener en cuenta que este año Francisco cargó su agenda de viajes, anuncios, sínodos, homilías y reformas. Por eso, con ningún líder, en ningún tema, con ninguna figura, el Papa ha llegado a tener cinco encuentros profundos, fraternos, intensos, y extensos. Este no será la excepción.

Seguramente, como indicábamos en nuestra nota primicia, viajaría Florencia Kirchner, y habría "bendición de embarazada Papal". La familia, el medio ambiente, las reformas dentro de la iglesia y la lucha contra los fundamentalismos, son hoy los temas principales para Bergoglio, y todo gesto que avale y promueva la vida, la pareja, el amor y la familia, toman una estatura universal.

Los obispos argentinos han tenido en los últimos meses una mirada más abierta, cercana, contemplativa y amistosa hacia el gobierno. Actitud que hace años no aparecía. A partir de la confirmación de Arancedo al frente de la CEA, en noviembre pasado, más el ingreso de Poli y Malfa, entre otros, hay un cambio inocultable sobre el trato y las formas de la iglesia y los obispos hacia el kirchnerismo. Siguen las voces  críticas, y la preocupación por el flagelo de la droga, pero la mirada es más amplia, involucra a toda la clase política, y a la hora de opinar sobre las elecciones, los obispos la piden a "todos" que aparezca el respeto, el debate, y la exposición de ideas. Estos cambios también son un resultado de los encuentros entre Francisco y Cristina. Las forzadas interpretaciones que algunos medios del país llevan a cabo, corren por cuenta de cada uno. Los que insistían con que no habría más encuentros con figuras nacionales, se equivocaron de nuevo. 

Bergoglio y CFK son ante todo figuras políticas, jefes de estado, líderes cada uno en su campo, y se mueven y se expresan sin el corset que pueda intentar poner un medio, por más fuerte que se crea. Quinto encuentro. Te enteraste antes, por Caminos Religiosos.