Al final, Israel autoriza a palestinos de Gaza a visitar Belén

Al final, Israel autoriza a palestinos de Gaza a visitar Belén

Tras recibir severas críticas, el gobierno israelí empezó a entregar permisos a los cristianos palestinos para acudir a los santos lugares en Jerusalén y Cisjordania. El custodio franciscano de Tierra Santa había denunciado una "punición injusta".

Tras recibir severas críticas, Israel ha empezado a distribuir permisos de entrada a cristianos de Gaza para que vayan a Belén y Jerusalén a celebrar la Navidad, como hace tradicionalmente cada año, confirmaron a Efe fuentes oficiales palestinas.

"Hasta ahora hemos recibido 55 permisos para entrar en Cisjordania y Jerusalén, de las 600 peticiones que enviamos la pasada semana al lado israelí", explicó a Efe Kamel Ayad, portavoz de la Iglesia ortodoxa de Gaza.

De los 55 permisos obtenidos hasta ahora "tres son para niños y 47 para adultos mayores de 60 años. Es posible que en las próximas horas logremos el resto de permisos necesarios", añadió.

La comunidad cristiana gazatí espera ansiosa los permisos solicitados, para poder pasar estas fechas festivas en los lugares santos y, también, para tomarse un respiro y salir durante un corto periodo del asfixiante ambiente de Gaza, sometida a un férreo bloqueo israelí de más de una década y bajo gobierno de facto del islamista Hamás.

El COGAT, institución militar israelí que gestiona la ocupación, informó de la decisión del Coordinador de Actividades del Gobierno en los Territorios, general Kamil Abu Rukun, de "extender las medidas civiles en beneficio de la población cristiana de la Franja de Gaza en reconocimiento a las fiestas de Navidad".

"Como parte de estas medidas, se darán permisos de entrada para Jerusalén y para el área de Judea y Samaria (Cisjordania) de acuerdo a las evaluaciones de seguridad y sin consideración a la edad" de los solicitantes, señalaba la nota.

La decisión siguió a las quejas por parte de los líderes cristianos en Tierra Santa, entre ellos el administrador apostólico, el franciscano Pierbattista Pizzaballa, que consideró la falta de permisos de entrada "una ulterior punición" a una pequeña comunidad "injustamente castigada por el bloqueo" impuesto sobre el enclave desde 2007, cuando el movimiento islamista Hamás tomó el control.

Pizzaballa se trasladó a Gaza a fines de noviembre y celebró allí una misa en una muestra de apoyo a la comunidad cristiana, que se calcula en unos 900, la mayor parte observantes del rito greco-ortodoxo y algo más de un centenar católicos.

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