Faera llama a brindar una educación sexual verdaderamente integral

Faera llama a brindar una educación sexual verdaderamente integral

Rechaza que se imponga la enseñanza del aborto como opción y exhorta a no privar a los estudiantes de "la perspectiva evangélica de la vida, ayudando a comprometerse y asumir la vida como viene".

 

La Comisión Directiva de la Federación de Asociaciones Educativas Religiosas de la Argentina (Faera), reafirmó su compromiso por brindar una Educación Sexual verdaderamente integral, en el marco de la antropología cristiana y en el reconocimiento del valor único e innegociable de toda vida humana”.

“No sólo nos asiste el derecho constitucionalmente garantizado a la libertad de enseñanza, libertad religiosa y libertad de expresión, nos asiste también un deber ético al que nos convoca el Papa Francisco una y otra vez, y nos impulsa el compromiso con el Evangelio de Jesús que proclamamos en la Escuela Católica Congregacional”, subrayó.

Faera difundió el comunicado con el título “Para proteger la vida” a raíz de que la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo “impone capacitar a los docentes a fin de brindar atención a quienes soliciten abortar a sus hijos por nacer, en el marco de la Educación Sexual Integral”.

Al rechazar esta opción, pidió “no privar a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de la perspectiva evangélica de la vida, ayudando a comprometerse y asumir la vida como viene”.

“Es la finalidad de la Escuela Católica: proponer una experiencia vivencial del Evangelio de Jesús en el marco de la comunidad educativa”, sostuvo.

Texto del comunicado

Hoy nos dirigimos a Ustedes, en primer lugar deseándoles un inicio de actividades lo más cercano posible a la presencialidad que los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos estudiantes de las obras educativas de los asociados a FAERA, necesitan. Requiere de nosotros mucha valentía y prudencia a la vez, pero todos podremos imaginarnos escenarios posibles, aunque esto traiga consigo conflictos e incertidumbres. Los invitamos a poner la mira en los derechos de los niños, niñas, y adolescentes en primer lugar.

 

Finalizamos el año que pasó con un sabor amargo, añadido al conjunto de tan difícil situación vivida, con la “legalización de la interrupción voluntaria del embarazo”. Todo estuvo mezclado, intereses partidarios, intereses internacionales, situaciones reales. Tenemos todo el derecho de pensar que no es una ley justa cuando priva a algunas personas humanas del derecho a la vida. La ley también impone capacitar a los docentes a fin de brindar atención a quienes soliciten abortar a sus hijos por nacer, en el marco de la Educación Sexual Integral.

La Comisión Directiva de FAERA, oportunamente ya hizo su declaración al respecto, hoy reafirma su compromiso por brindar una Educación Sexual verdaderamente integral, en el marco de la antropología cristiana y en el reconocimiento del valor único e innegociable de toda vida humana. No sólo nos asiste el derecho constitucionalmente garantizado a la libertad de enseñanza, libertad religiosa y libertad de expresión, nos asiste también un deber ético al que nos convoca el Papa Francisco una y otra vez, y nos impulsa el compromiso con el Evangelio de Jesús que proclamamos en la Escuela Católica Congregacional.

No somos desconocedores del drama complejo que viven las niñas, adolescentes y jóvenes, de todos los espacios sociales y culturales. Pero también sabemos por las Religiosas, los Sacerdotes, y los Psicólogos que acompañan este drama, que el aborto está muy lejos de solucionar un problema, más bien crea uno nuevo del que difícilmente se vuelve.

Junto con el Magisterio de la Iglesia los invitamos a no privar a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de la perspectiva evangélica de la vida, ayudando a comprometerse y asumir la vida como viene. Es la finalidad de la Escuela Católica: proponer una experiencia vivencial del Evangelio de Jesús en el marco de la comunidad educativa.

Esperamos de todos el compromiso con un humanismo evangélico que funda nuestros compromisos éticos, y nos brinda un horizonte de sentido al que nos dirigimos. Esta perspectiva es la que debe orientar todas las dimensiones de la escuela, también la Educación sexual integral. También nos impulsa a acompañar a toda persona humana que se encuentra en el drama de este dilema, especialmente si son niñas, adolescentes o jóvenes a los que asistimos en la pastoral educativa de nuestras obras.

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