Esta vez la Iglesia, acompañó su mensaje con una hoja de ruta

El pedido de una mesa de diálogo apunta a no dejar sólo en manos de los técnicos el camino para salir de la pobreza

En la voz del cardenal Mario Poli, tal vez el obispo argentino más ascendente desde la asunción del papa Francisco, la Iglesia planteó al Gobierno un crudo diagnóstico y una hoja de ruta: la creación de "espacios y mesas de diálogo" en los que todos los sectores políticos tengan cabida y responsabilidades.

El llamado a una mesa de diálogo político y social apunta a no dejar en manos de los técnicos la búsqueda de una solución para tenderles una mano a los más pobres, razonaban ayer puertas adentro de la Iglesia.

El reclamo de una convocatoria de este tipo compromete al Gobierno, pero incluye también a la oposición. Así lo dio a entender el propio cardenal primado cuando pidió que "nadie se levante hasta encontrar acuerdos razonables y duraderos de los que dependen tantas vidas, proyectos y sueños".

Poli tuvo palabras muy directas, aun fuera de la homilía, cuando delante del Presidente, en los primeros minutos del tedeum, llamó a "pedir perdón por nuestros pecados personales y sociales".

En su homilía resumió los ejes que hoy más preocupan a la Iglesia, en el año del Bicentenario: la pobreza, la reconciliación y el diálogo. Son las demandas señaladas en el último documento del Episcopado, en las recientes jornadas de Pastoral Social y en las apariciones del propio papa Francisco, quien llamó a la reconciliación en la carta que le envió por la fecha patria al presidente Mauricio Macri.

No es casual la sintonía del mensaje de ayer con el último documento de los obispos. Poli fue uno de sus principales redactores. Incluso, en la presentación del texto a la prensa, hace dos semanas, había dicho que "el diálogo es una deuda tan importante como la deuda externa". Su modelo en la promoción del encuentro es Francisco, especialmente por el logro del histórico acuerdo entre Estados Unidos y Cuba.

Otra marcada sintonía de su estrecha relación con el Papa es su prédica insistente por las tres T: techo, tierra y trabajo.

El valor de las estadísticas

El contexto político y social del país les da fuerza a las palabras de Poli, graduado en Trabajo Social en la UBA, especialista en historia eclesiástica y estudioso del proceso emancipador que dio origen a la "casa común" de los argentinos.

El cardenal primado pidió ante el presidente Macri y su gabinete que "no nos paralicen las estadísticas y no perdamos la sensibilidad", en momentos en que la inflación y el estancamiento del empleo acumulan números preocupantes que el Gobierno promete mejorar en el segundo semestre.

La homilía del tedeum remitió a la recordada Mesa del Diálogo, constituida en medio de la fuerte fragmentación social de fines de 2001 y cuyos acuerdos y conclusiones fueron puestos en un cajón por el gobierno kirchnerista no bien asumió, en 2003. Aquella mesa fue motorizada por la Iglesia y por un organismo de las Naciones Unidas. Hoy, curiosamente, el jefe universal de la Iglesia es argentino -que siguió de muy cerca aquella crisis- y el gobierno macrista quiere poner a su canciller, Susana Malcorra (otra argentina), al frente de las Naciones Unidas.

Poli eligió especialmente el tono y el escenario de su urgente llamado al diálogo. Convocó con energía a redoblar los esfuerzos para aliviar a los más pobres y lo hizo en el tedeum del 25 de Mayo, una celebración revalorizada por el cardenal Jorge Bergoglio. Al asumir como arzobispo de Buenos Aires, Bergoglio le dio a esa instancia un sentido programático y políticamente trascendente. Antes de él -durante el menemismo-, los sermones del tedeum solían delegarse en algún sacerdote de la arquidiócesis.

El tiempo marcará si el reclamo de más diálogo es atendido. Macri y Poli volverán a encontrarse el 19 de junio, en Tucumán, en la misa de clausura del Congreso Eucarístico Nacional, donde el llamado a la reconciliación y a la unidad de los argentinos estará muy presente, anticiparon fuentes eclesiásticas.

Insisten en la reconciliación

"No se puede postergar la reconciliación de los argentinos", reclamó ayer el arzobispo de Paraná, monseñor Juan Alberto Puiggari. "Urge recrear las condiciones políticas e institucionales que nos permitan superar la confrontación permanente. Hoy se requiere una actitud de grandeza de parte de todos", completó.

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