La esencial convergencia de la política, la Iglesia y las organizaciones sociales

La esencial convergencia de la política, la Iglesia y las organizaciones sociales

 

La comunicación del presidente electo Alberto Fernández con su par mexicano Andrés López Obrador para acordar que el próximo gobierno ofrezca asilo político desde el 11 de diciembre al ex mandatario boliviano Evo Morales tiene, además de una fortísima impronta política en plena transición argentina, un claro mensaje a la región y al mundo sobre la posición de la Iglesia respecto a la "enarbolación de biblias" que desataron Luis Fernando Camacho y otros mentores del golpe de Estado en el país del altiplano.

 

La decisión de Alberto Fernández fue conocida de primera mano por dirigentes de las organizaciones sociales que se reunieron con él y autoridades del clero el miércoles. Ninguna casualidad. Tal actitud sintoniza con las palabras más que protocolares respecto a que esas organizaciones, en especial el sector conocido como "El Triunvirato Cayetano", que conforman la CTEP, Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa, serán también parte del nuevo gobierno. "Ver el fenómeno sólo con perfil nacional y no regional es de miopes", apuntaron los Cayetanos. "Al instante expresamos no solo nuestra satisfacción, sino el compromiso de cobijar a un hermano como Evo Morales, que hoy paga en carne propia y en la de miles de compatriotas, el elevadísimo costo de consagrar la igualdad de los pueblos y sus ciudadanos como también la justicia social para superar o atenuar la pobreza", expresaron a BAE Negocios fuentes de esas organizaciones. Léase, esa dirigencia -aún con matices de diferencias en sus lecturas políticas- coincidieron en que se llevaron la promesa de que se atenderán las urgencias sociales prestamente, pero que haberles confiado la decisión de recibir a Evo Morales en tierra argentina "ya nos hizo sentir parte de lo que vendrá y de que nuestra lucha reflexiva pero persistente y persuasiva, no es en vano", realzaron los mismos voceros.

La prédica del Papa Francisco se expresa, muchas veces sin necesidad de voceros, encíclicas o comunicados del Vaticano. Fluye también desde los pastores que admiran y realzan a Francisco por no resignarse a que "la pobreza es inevitable". Y va de suyo que la "sutil prédica papal" registra un antecedente que -en revisionismo corto- se remonta al balotaje argentino de 2015. "Ustedes ya saben como pienso", dijo en aquel cierre de año Bergoglio consultado sobre las opciones que encarnaron Mauricio Macri y Daniel Scioli. En área siempre sensible, las internas frías de los credos ofrecen jugadas protocolares, pero también osadas y en honor a principios que se resumen en los textos sagrados: "El que oprime al pobre afrenta a su Hacedor; más el que tiene misericordia del pobre, lo honra".

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