Equipamiento cívico de calidad para poner en valor el Camino de Sirga

Equipamiento cívico de calidad para poner en valor el Camino de Sirga

El proyecto final de carrera de Magalí Díaz y Gastón Rissetto propone la revalorización de un sector ribereño en Dock Sud con un edificio institucional para ACUMAR y espacios públicos necesarios en la zona.

Memoria descriptiva de los autores

Se trata de un edificio institucional para la entidad ACUMAR y nace de la idea de crear un ámbito de encuentro que favorezca la integración y el desarrollo de la zona, revitalizando el Camino de Sirga y contribuyendo al saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo.

Ubicado en Dock Sud, Avellaneda, el edificio parte de una planta en forma de C con una gran cubierta que reconstruye la trama urbana y actúa de marco para el espacio central. Con su implantación, busca abrirse hacia las mejores vistas y orientación, generando una plaza cívica central que se integra al espacio público del Camino de Sirga enfatizando la conexión con el río.

El proyecto parte de las premisas de flexibilidad y transparencia para crear un edificio público que responda a las necesidades propias de su uso. El programa se organiza en una planta baja pública, integrada al espacio de la plaza, dos niveles privados de oficinas, y un último nivel que replica el espacio público en altura, haciendo accesibles para todos las mejores vistas de la cuenca.

La lógica material remite a la tradición de las construcciones portuarias y naves industriales presentes en la zona, y su modulación responde a las características propias del sistema para aprovechar al máximo los recursos.

Así, el edificio se integra al entorno y se propone como núcleo de transformación urbana, exponiendo una visión futura del potencial de la Cuenca.

Comentario de la Cátedra

El Edificio para la ACUMAR resulta una infraestructura central y necesaria en el proceso de saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo. El programa propone resolver las futuras oficinas, ámbitos de trabajo en equipo, espacios de intercambio, salones de usos múltiples, laboratorios, y una serie de programas públicos que apuntan a concientizar sobre las problemáticas ambientales y sociales de la cuenca. El edificio operará como piedra fundacional de un master plan ambiental y urbano de recuperación y saneamiento, en la denominada cuenca baja del Río Matanza.

La propuesta de Magalí Díaz y Gastón Rissetto asume la revalorización del sector, resignificándolo con premisas contemporáneas, asociadas a la arquitectura racional y sustentable desde una perspectiva social, económica y ambiental.

El trabajo se destaca por la claridad conceptual sintetizada en una propuesta que opera de manera apropiada a escala urbana. La implantación, la morfología y la resolución programática son claras.

La definición tecnológica y espacial incorpora la escala de los antiguos equipamientos del sector, y criterios de sustentabilidad al proceso de construcción.

El trabajo se estructura con un orden reconocible, un sistema racional sistémico que se ajusta a la lógica del material y plantea racionalidades espaciales. Su lógica espacial trasciende la respuesta programática específica y habilita posibles configuraciones futuras atentas a las necesidades de mutación que requiere este tipo de equipamientos.

La coherencia del sistema de decisiones, producto de una lectura crítica apropiada de todas las variables durante el proceso, confluyen en un trabajo sobresaliente a criterio del equipo docente. 

Los autores: Magalí Díaz y Gastón Rissetto

"Creo que el deseo de construir y transformar la realidad lo tenemos todos y me gusta que la arquitectura nos da las herramientas para llevarlo a cabo de manera muy concreta. Además, siempre me fascinó el cambio de mirada sobre las cosas cotidianas, fruto de estos años de formación. Ya no pasan desapercibidos ciertos espacios al caminar por la ciudad”, arranca Gastón, que tiene 25 años y está a pocos exámenes de recibirse. Al igual que Magalí (25 años, recién recibida), su actual trabajo tiene relación con el diseño del espacio público. Y ambos incursionan en la fotografía como medio de expresión.

“Lo que más me gusta de la arquitectura son las posibilidades que ofrece y la capacidad de generar un impacto positivo en la calidad de vida de las personas, ya sea con intervenciones pequeñas en una vivienda o grandes, a escala urbana”, destaca Magalí, quien desde pequeña pensaba en los lugares que conocía y cómo podía mejorarlos. En los próximos años, cuenta que le gustaría poder seguir formándose en la profesión y consolidar un camino relacionado al urbanismo.

Gastón también tiene objetivos claros:“Tengo ganas de aplicar los conocimientos y las experiencias que fui ganando durante estos años en la facultad. Me imagino siempre buscando contribuir desde la arquitectura a la mejora y la transformación de las problemáticas sociales”.

Autores. Magalí Díaz y Gastón Rissetto Materia. Proyecto Arquitectónico, 2020 Cátedra. Taller Explora FADU- UBA Docentes. Ignacio Bollini y Anabella Kampbel.

Comentá la nota