La Economía de Francisco: El Papa pide a jóvenes involucrarse en gestar el presente y futuro

La Economía de Francisco: El Papa pide a jóvenes involucrarse en gestar el presente y futuro

“No pueden permanecer fuera de donde se gesta el presente y el futuro. O están involucrados o la historia los aventajará”, fue uno de los mensajes centrales del Papa a los jóvenes participantes del encuentro internacional “Economía de Francisco”, que tuvo lugar en Asís del 19 al 21 de noviembre.

 

Esta iniciativa tiene como protagonistas a jóvenes economistas y empresarios de todo el mundo. Se iba realizar del 26 al 28 de marzo de 2020 en Asís, pero debido al COVID-19 fue aplazado para noviembre.

“«Ve, Francisco, repara mi casa que, como ves está en ruinas». Estas fueron las palabras que movilizaron al joven Francisco y que se vuelven un llamado especial para cada uno de nosotros. Cuando se sienten convocados, involucrados y protagonistas de la ‘normalidad’ a construir, ustedes saben decir ‘sí’, y eso da esperanza”, dijo el Papa a través de un videomensaje enviado para la ocasión.

Para el Papa Francisco este “encuentro virtual en Asís no es un punto de llegada sino el puntapié inicial de un proceso que estamos invitados a vivir como vocación, como cultura y como pacto”.

“Ustedes manifiestan una sensibilidad e inquietud especial para identificar los aspectos cruciales que nos reclaman. Lo hicieron desde una perspectiva particular: la economía, que es su ámbito de investigación, estudio y trabajo. Saben que apremia otra narración económica, se necesita asumir responsablemente que 'el actual sistema mundial es insostenible desde diversos puntos de vista’ y golpea principalmente a nuestra hermana tierra, tan gravemente maltratada y expoliada, y a los más pobres y excluidos. Van unidos: tú espolias la tierra y habrá muchos pobres excluidos. Ellos son los primeros afectados… e incluso, los primeros olvidados”, describió el Papa sobre la situación actual.

En ese contexto, les dijo a los jóvenes que “están llamados a incidir concretamente en sus ciudades y universidades, trabajos y sindicatos, emprendimientos y movimientos, cargos públicos y privados con inteligencia, empeño y convicción para llegar al núcleo y al corazón donde se gestan y deciden los relatos y paradigmas”.

“Esto me movilizó a invitarlos a realizar este pacto”, subrayó.

El Santo Padre, lamentó que “la gravedad de la situación actual, que la pandemia de Covid puso aún más en evidencia, exige una responsable toma de conciencia de todos los actores sociales, de todos nosotros, entre los que ustedes tienen un papel primordial”.

“Las consecuencias de nuestras acciones y decisiones los afectarán en primera persona, por tanto, no pueden quedarse afuera de la gestación no ya de vuestro futuro sino de vuestro presente”, recordó.

En otro momento, el Papa dijo que si bien urge encontrar respuestas a las dificultades actuales, “es imperioso fomentar y alentar liderazgos capaces de gestar cultura, iniciar procesos —no se olviden de esta palabra: iniciar procesos—, marcar caminos, ampliar horizontes, crear pertenencias… toda búsqueda de administrar, cuidar y mejorar nuestra casa común —si quiere ser significativa— reclama cambios en ‘los estilos de vida, los modelos de producción y de consumo, en las estructuras consolidadas de poder que rigen hoy la sociedad’”.

“Sin realizar esto, no harán nada”, subrayó.

Por otra parte, resaltó la necesidad de “liderazgos comunitarios e institucionales que puedan asumir los problemas sin quedar prisioneros de estos” y que desafíen “el sometimiento a ciertas lógicas (ideológicas) que terminan por justificar y paralizar toda acción ante las injusticias”.

“Recordemos, por ejemplo, como bien señaló Benedicto XVI, que el hambre ‘no depende tanto de la escasez material, cuanto de la insuficiencia de recursos sociales, el más importante de los cuales es de tipo institucional’”, dijo y agregó que “si son capaces capaz de resolver esto, tendrán el camino abierto para el futuro”.

Asimismo, puso énfasis en que “la crisis social y económica que muchos padecen en carne propia y que está hipotecando el presente y el futuro en el abandono y la exclusión de tantos niños, adolescentes y familias enteras no tolera que privilegiemos los intereses sectoriales por encima del bien común”.

“Debemos volver en cierta media a la mística del bien común”, pidió el Papa.

Luego recordó las palabras de San Pablo VI: “El desarrollo no se reduce a un mero crecimiento económico. Para que sea un desarrollo auténtico debe ser integral, lo que significa que debe estar dirigido a la promoción de cada hombre y de todo el hombre. [...] cada hombre y todos los hombres. No aceptamos separar lo económico de lo humano, el desarrollo de la civilización donde se inserta. Lo que cuenta para nosotros es el hombre, cada hombre, cada grupo de hombres, hasta el punto de comprender a toda la humanidad”.

En ese sentido, el Papa Francisco dijo que muchos jóvenes “tendrán la oportunidad de actuar e influir en las decisiones macroeconómicas, donde el destino de muchas naciones está en juego”.

“Estos escenarios también necesitan personas preparadas, ‘sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas’, capaces de ‘velar por el desarrollo sostenible de los países y evitar la asfixiante sumisión de estos países a sistemas de crédito que, lejos de promover el progreso, someten a sus poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia’. Los sistemas de crédito son por sí solos un camino hacia la pobreza y la dependencia”, agregó. 

“Esta legítima protesta –continuó– exige el estímulo y el acompañamiento de un modelo de solidaridad internacional que reconozca y respete la interdependencia entre las naciones y favorezca mecanismos de control capaces de evitar cualquier tipo de sumisión, así como de velar por la promoción de los países más desfavorecidos y en desarrollo; cada pueblo está llamado a hacerse autor de su propio destino y del de todo el mundo”.

Finalmente, el Santo Padre dijo que ante un “futuro imprevisible ya está en gestación”, “cada uno de ustedes, desde su lugar de acción y decisión puede aportar mucho”.

“Pasada la crisis sanitaria en la que nos encontramos, la peor reacción sería de caer aún más en una fiebre consumista y en nuevas formas de autopreservación egoísta. No se olviden que de una crisis no se sale igual: salimos mejor o peor. Alimentemos lo bueno, aprovechemos la oportunidad y pongámonos todos al servicio del bien común. Ojalá que al final ya no estén ‘los otros’, sino aprendamos a desarrollar un estilo de vida capaz de decir ‘nosotros’”, agregó.

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