Drogas: La Iglesia atribuye aumento del consumo a la larga cuarentena

Drogas: La Iglesia atribuye aumento del consumo a la larga cuarentena

El conocido cura villero Pepe Di Paola -quien es además coordinador del área de adicciones del Episcopado- lo atribuyó al "tiempo libre que tuvieron los jóvenes" en las barriadas. Lamentó que desde el Estado no se dio una respuesta a esta situación.

El sacerdote  José María "Pepe" Di Paola, coordinador del área de adicciones del Episcopado y presidente de la Federación de los Hogares de Cristo, que acoje a adictos en recuperación, consideró que "el consumo (de drogas) se acentuó" durante la pandemia y objetó la estrategia del gobierno para los sectores vulnerables durante la emergencia sanitaria. 

En el marco de una conferencia de prensa convocada para presentar una investigación a cargo de la doctora Ann Elizabeth Mitchell, investigadora y docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica Argentina (UCA), el sacerdote evaluó que "el consumo (de drogas) se acentuó" durante el tiempo que rigió el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) y consideró que "tuvo que ver con el no hacer nada" y "el tiempo libre de los jóvenes y adolescentes en la cuarentena prolongada, que no se pensó con corrección".

El sacerdote porteño, de 58 años, abocado desde 1996 a su tarea pastoral en villas de emergencia de la ciudad de Buenos Aires, donde fue incluso amenazado de muerte, sopesó que durante el aislamiento "las organizaciones veían con dificultad recibir a los jóvenes o adolescentes si no tenían autorización, pero en las villas sabíamos que los pibes se juntaban en las esquinas".

Con la serenidad que lo caracteriza, y lejos de buscar polemizar, Di Paola opinó que "hubo un déficit grande y no se pensó con la lógica de los barrios con cierto grado de marginalidad una estrategia para llegar los jóvenes; eso promovió el ocio y el reunirse con gente que propone una vida totalmente diferentemente, lo que profundizó el problema".

El estrecho colaborador de Jorge Bergolio (hoy Papa Francisco), subrayó que pese a la pandemia "los Hogares de Cristo siguieron funcionando con los recaudos necesarios y convenientes", con "camadas de chicos que luego de hacer su camino de recuperación, fueron artífices de la organización popular de la respuesta de la Iglesia a esta pandemia".

Estudio sobre los Hogares de Cristo

La investigación llevada a cabo sobre los Hogares de Cristo se realizó en tres instancias: comenzó a mediados de 2019, con entrevistas con 18 personas que trabajan en Centros Barriales de CABA y otros líderes, desde allí se desprendió una hipótesis inicial; la segunda instancia constó del apoyo en el proceso de carga de datos; y a fines de 2019 se realizaron 36 entrevistas a personas que asisten a los centros y grupos focales. La investigación fue interrumpida en marzo de 2020 a raíz de la pandemia.

Los resultados del análisis cualitativo muestran que -salvo unas pocas excepciones- los participantes percibieron una mejora general en su bienestar desde que empezaron a concurrir al centro barrial y atribuyen la gran mayoría de los cambios positivos al accionar del Hogar de Cristo.

Así, los establecimientos producen "cambios positivos en múltiples dimensiones de la vida, especialmente en la satisfacción de las necesidades básicas, la reducción de consumo de sustancias y la dimensión relacional", indicó el informe.

Casi la mitad de los entrevistados indicaron que habían experimentado una mejora en su situación judicial, y en las dimensiones de educación y trabajo, si bien una amplia proporción de los entrevistados indicó que había experimentado al menos un cambio positivo, que generalmente fue atribuido al Hogar de Cristo, los cambios generalmente referían a aumentos del interés en estudiar o trabajar, o la participación en actividades educativas informales o trabajos en los centros barriales.

En síntesis, los resultados de la investigación muestran que la integralidad del accionar del Hogar de Cristo pone en movimiento cambios en múltiples dimensiones de las vidas de las personas que concurren a los centros barriales. Cambios en la satisfacción de las necesidades básicas dan lugar a cambios en la salud, la salud abre paso a cambios en las relaciones y la dimensión judicial influye en las oportunidades en el mercado laboral.

El informe también puso en evidencia "la necesidad de desarrollar respuestas específicas de acompañamiento para las mujeres, diseñar políticas de empleo que tomen en cuenta las trayectorias de vida de los jóvenes en contextos urbanos de marginalidad y fortalecer el trabajo conjunto entre el sector público y la sociedad civil en el diseño de políticas de prevención y tratamiento de adicciones".

Los centros barriales del Hogar de Cristo están emplazados en barrios populares y villas de emergencia y trabajan en forma articulada con Cáritas Argentina, con la finalidad de "dar respuesta integral a situaciones de vulnerabilidad social y consumos problemáticos de sustancias psicoactivas, poniendo en primer lugar a la persona y sus cualidades", explicaron sus creadores.

La federación Familia Grande Hogar de Cristo, que los nuclea, fue creada en 2008 en los barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires, y actualmente congrega 190 centros barriales en 19 provincias argentinas que ya recibieron a más de 20 mil personas hasta ahora.

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