Domingo Bíblico Nacional: Llevar la Palabra de Dios en el alivio, el cuidado, el servicio

Domingo Bíblico Nacional: Llevar la Palabra de Dios en el alivio, el cuidado, el servicio

La misa en el marco del Mes de la Biblia fue presidida por monseñor Gabriel Mestre en un templo marplatense. Organizó el Departamento Nacional de Animación y Pastoral Bíblica de la CEA (DeNAPBi).

El obispo de Mar del Plata y asesor del Departamento Nacional de Animación y Pastoral Bíblica de la CEA (DeNAPBi), monseñor Gabriel Mestre, presidió la misa por el Domingo Bíblico Nacional desde la capilla Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás, de la ciudad balnearia, 

La celebración eucarística, organizada por el DeNAPBi, fue transmitida por www.facebook.com/diocesis.mardelplata y por Canal Telefe de Mar del Plata.

Desde 1961, en la Argentina, por disposición de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), el último domingo de septiembre se celebra el Domingo Bíblico Nacional.

En ese marco, desde hace unos 10 años se transmite por televisión una misa presidida por un obispo miembro de la Comisión Episcopal de Catequesis, Animación y Pastoral Bíblica en la que se agradece especialmente a Dios por la labor generosa de tantos agentes pastorales de animación bíblica de nuestro país y se pide la asistencia divina para seguir anunciando con la vida, y si hace falta con palabras, el Evangelio de Jesucristo.

En la homilía, monseñor Mestre animó a ir creciendo en la fe y transformarse en verdaderas profetas de la Palabra a tiempo y a destiempo, en todo contexto y en toda realidad. 

 

“En este domingo bíblico recordamos particularmente que lo que anunciamos es la Palabra del mismo Dios, para que todos tengan vida y vida en abundancia”, pidió, y recordó que ser auténtico profeta de la Palabra de Dios es llevar una palabra de alivio, de confianza, de esperanza, de gozo y de alegría a quien está triste, desalentado, incluso enojado.

El obispo apeló a una segunda palabra que es exigente, al recordar que “la Palabra de Dios escrita es verdaderamente exigente”.

“La Palabra es exigente, es dura, es clara; hay que cortar, arrancar y quitar. No para maltratarnos, la Palabra de Dios es exigente para que realmente podamos disfrutar, en serio, de la libertad de los hijos de Dios con la cual Cristo nos ha rescatado”, sostuvo, y agregó: “Dejemos que la Palabra de Dios sea exigente en nuestros corazones y en nuestras vidas”.

El prelado dijo que la tercera palabra era María, y expresó: “Qué lindo contemplar y aunar el Domingo Bíblico Nacional con esta fiesta de la Madre bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás, pero sabiendo que la única madre del cielo, la única inmaculada, la única madre del Salvador, la única madre de la humanidad, la única madre, nuestra del cielo. Es quien verdaderamente como profetiza lleva en su corazón a la Palabra, porque llevó en su seno a la misma Palabra de Dios, que es Nuestro Señor Jesucristo y la hace vida en lo concreto de la existencia cotidiana”.

Por último, monseñor Mestre pidió que “desde el corazón la Palabra brote en nuestras manos con los gestos concretos de misericordia, de perdón, de cuidado, de cercanía, de solidaridad, de compromiso con los hermanos que comparten la vida con nosotros. Partiendo de los más cercanos y siempre teniendo presente, como nos recuerda el querido papa Francisco, las periferias geográficas y existenciales de nuestra vida. A quien como María verdadera profetiza del Señor, de la Palabra del Señor hoy tendré que llevarle la Palabra de Dios en el alivio, en el cuidado, en el servicio”, concluyó.

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