La disculpa de Mauricio Macri a María Eugenia Vidal y los expulsados del Big Data

La disculpa de Mauricio Macri a María Eugenia Vidal y los expulsados del Big Data

Por los pasillos

 

Lágrimas

La derrota de “Juntos por el Cambio” en las PASO aún sacude al oficialismo, como se vio en cada encuentro y tertulia de la semana que ya termina. No solo se nota en cada medida económica del Gobierno de las últimas horas, sino también en las reuniones ministeriales, como la del último jueves en el CCK. Pero un hecho que sucedió en el cierre de la campaña electoral, podría definirse casi como un presentimiento de lo que podía pasar. Fue en el acto de cierre en provincia de Buenos Aires, donde la lista de oradores la cerró el presidente Mauricio Macri.

La gobernadora María Eugenia Vidal

Después de la palabra de María Eugenia Vidal, el jefe de Estado se subió al escenario 360° y lloró: “Voy a intentar describir en palabras la admiración, respeto y cariño que tengo por esta mujer. Voy a intentar retomar, tal vez estoy más sensible hoy porque es el día del gato. Pero quiero decirles a los bonaerenses que jamás duden del amor que tiene esta mujer por cada uno de los bonaerenses. Esta mujer es fuerza, es coraje, es capacidad y tenacidad”.

Y lagrimeando, cerró: “No se pierdan a María Eugenia Vidal, no se la pierdan”. Abajo del escenario, la gobernadora también lloró y luego, se abrazó con el Presidente. Pero no fue solo eso lo que sucedió allí: tras bambalinas, Macri le dijo a Vidal, mirándola a los ojos: “Me muero si por culpa mía perdés la Provincia. Sería una injusticia y sería por culpa mía”, le dijo el Presidente, sin pelos en la lengua y reconociendo que el impacto de la crisis económica podría perjudicar la reelección de la mandataria. Pero no solo blanqueó en esa charla su preocupación: ante parte de su equipo de Discurso -de la Casa Rosada-, Macri volvió a mencionar el caso: “Siento responsabilidad por el resultado de María Eugenia en la Provincia”, se sinceró, con el gesto adusto. Muestra de eso, será el rol distinto que ya pergeña para la elección bonaerense, donde los intendente se enfocarán -estrictamente- en los logros municipales y en lo provincial, donde se verá a una Vidal como protagonista total frente a Axel Kicillof. Votos crueles...

Cierre de campaña Juntos por el Cambio en V. López. Foto Juano Tesone

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Tenía razón...

Lejos de las tertulias del poder macrista, quedaron los dirigentes que hace rato fueron desalojados del sitio de decisiones. Un caso patente es el de Emilio Monzó, cuyos colaboradores no dejaron de llamarlo en la noche del domingo 11, cuando la paliza electoral era comunicada desde el Correo Argentino: “¡Emilio, tenías razón!”, fue la frase que le dijeron todos al peronista del PRO y que también, comenzó a circular en el chat monzonista, por el diagnóstico político que el hombre de Carlos Tejedor hizo en los últimos tiempos, y que fue ignorado por la nomenclatura M. El titular de la Cámara de Diputados planteaba mayor apertura e incorporar al Gabinete a peronistas como Miguel Ángel Pichetto y Omar Perotti: el senador terminó siendo vice de Macri y el santafesino, se erigió como candidato a gobernador de su provincia y ayudó a Alberto Fernández a vencer al macrismo en ese distrito trascendental. El “Tenía razón Emilio” se transformó en taza y el legislador bonaerense Marcelo Daletto confeccionó un par para sus amigos más cercanos (o sea, los dejados de lado por Macri y por Vidal, en la Provincia). Estamos invitados a tomar el té...

La nueva taza de Emilio Monzó: "Tenía razón"

Gula

Monzó no se queda quieto y, más allá de estar en silencio durante la campaña, se muestra activo en la rosca política. Varios mediodías a la semana, se lo ve almorzando en la recova de Retiro; como este jueves cuando compartió bifes y ensaladas con Alfonso Prat-Gay, otro que fue marginado de la mesa de decisiones macrista, tras ser eyectado del Ministerio de Economía, poco después de haber anunciado el fin del cepo y un importante blanqueo de capitales. “Mirá, ahí está el Club de los Expulsados del Big Data”, le dijo un empresario a otro, mientras comían a dos mesas de distancia de los anteriormente mencionados. Allí, Monzó le contó a su amigo Alfonso que ya no habrá destino de embajada (le habían prometido la de España, si seguía el macrismo) y que avanza a full con el armado de una consultora política. ¿Y si los llega a llamar Alberto Fernández?

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