La reconciliación y la cultura del encuentro, pedidos recurrentes
Bien común, reconciliación y fraternidad. En la carta dirigida a Mauricio Macri por la fecha patria, el papa Francisco utiliza términos muy similares a los expresados por el Episcopado argentino en el reciente documento sobre el Bicentenario, que los propios obispos entregaron en mano al Presidente hace dos semanas.
Allí, en la introducción, se reflexiona sobre la gesta del 25 de Mayo y se llama a construir "una Argentina fraterna y solidaria, pacificada y reconciliada".
La Iglesia identifica hoy la reconciliación con el clima de diálogo social y los esfuerzos por avanzar hacia una cultura del encuentro. Lo expresó el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, al presentar el documento episcopal, cuando reveló que "el diálogo es una deuda tan importante como la deuda externa". Y el presidente del Episcopado, monseñor José María Arancedo, lo tradujo en los siguientes términos: "La reconciliación es una actitud que no significa un borrón y cuenta nueva. La Justicia tiene que actuar. La reconciliación es una actitud superadora".
La carta de Francisco no se sale del protocolo y sintoniza con el estilo y el carácter que el propio gobierno de Macri quiere darle a la relación con la Iglesia. Fuentes del Episcopado, incluso, marcaban ayer el contraste entre el saludo del Papa con el sainete que rodeó el mensaje por el 25 de Mayo que Francisco envió hace dos años al gobierno de Cristina Kirchner, cuando un malentendido entre la Nunciatura y la Secretaría de Culto obligó a la Casa Rosada a dar explicaciones en una conferencia de prensa improvisada.
Protocolo
Se sabe que, como parte del protocolo vaticano, los mensajes por las fechas patrias son elaborados en la Secretaría de Estado, a partir de una matriz común para todos los países, y por razones operativas no es muy amplio el margen para salir de ese esquema.
"Entre el Gobierno y la Iglesia hay autonomía y colaboración. Hay una relación institucional cordial, pero no se va a dejar de hablar de las cosas que hay que hablar", dijo ayer a LA NACION un vocero episcopal, en referencia a los recientes mensajes sobre la pobreza y la fragilidad del sistema laboral que partieron de la Iglesia.
"Los obispos valoran, por ejemplo, que cuando la Universidad Católica Argentina (UCA) difundió el último estudio sobre la deuda social, que marcaba un crecimiento de la pobreza, ningún funcionario salió a desmentir o relativizar el informe. Eso no ocurría durante el gobierno anterior", recordó la fuente eclesiástica.
Tal como informó anteayer LA NACION, hay un diálogo frecuente e informal entre los obispos y altos miembros del gabinete y el Gobierno confía en que la vía institucional llevará a un entendimiento cada vez más sostenido con el papa Francisco, a quien Macri podría visitar por segunda vez como presidente en octubre.
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