Detectan presencia de bacterias de origen fecal en microplásticos vertidos al Río de la Plata: La Plata, Quilmes y Berazategui, afectados

Detectan presencia de bacterias de origen fecal en microplásticos vertidos al Río de la Plata: La Plata, Quilmes y Berazategui, afectados

Un estudio publicado en el último número de la revista científica Ecosistemas de la Asociación Española de Ecología Terrestre constata como los microplásticos que quedan depositados en la costa albergan organismos de contaminación fecal peligrosos.

Las zonas más afectadas son La Plata, Quilmes y Berazategui. El equipo de investigación explica que estos residuos contaminantes presentes en la arena “podrían entrar en contacto con las personas que se acercan a dichas áreas recreativas, particularmente los niños que juegan en la playa”.

Los resultados obtenidos en este estudio llevado a cabo por científicas del Instituto de Limnología ‘‘Dr. Raúl A. Ringuelet” del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina, revelan la rápida colonización que se produce en las superficies de los microplásticos de una alta diversidad de microorganismos peligrosos para la salud y demuestra cómo este biofilm o comunidad microbiana, llamada plastisfera, actúa de reservorio de bacterias fecales como Escherichia coli (E.coli), encontradas en un 21% de las muestras analizadas, y enterococos en un 4,5%. Según explican las autoras, estos resultados son “un llamado de atención hacia el potencial que tienen los microplásticos de albergar microorganismos tóxicos en su superficie y su dispersión a través del transporte de estos desechos”.

Tanto E.coli como los enterococos son bacterias que viven naturalmente en los intestinos de las personas y de los animales con sangre caliente, y por lo tanto, su detección en el agua o en los alimentos indica la presencia de materia fecal que puede contener otros microorganismos patógenos perjudiciales para la salud de las personas. Bacterias que al entrar en contacto con el agua o los alimentos puede causar enfermedades gastrointestinales, diarrea, cólicos abdominales, infecciones urinarias e infecciones de las heridas.

Los datos recogidos apuntan a que la marea es un factor que favorece que los desechos plásticos puedan ser rápidamente colonizados por bacterias fecales en un lugar como el estuario del Río de la Plata, con un régimen de mareas semidiurno; en el cual los sedimentos retienen bacterias fecales, provenientes de distintas fuentes puntuales y difusas, como pueden ser descargas de aguas residuales, como así también heces de aves o perros depositadas en la arena, siendo la marea un factor decisivo para el contacto de los microplásticos y los sedimentos contaminados.

Plastisfera, reservorio de contaminación

La rápida colonización de microorganismos en las muestras de plástico analizadas, empezó a detectarse a partir del día 2 del experimento de laboratorio que duró 35 días, el tiempo que el agua dulce reside en el estuario. Dominando en los primeros días un grupo de bacterias con gran capacidad de adaptación a las condiciones del entorno, llamadas cianobacterias. Y entre el día 7 y 14, esta comunidad fue aumentando su grado de colonización y desarrollo del biofilm, mediante la unión de invertebrados y algas específicas, hasta enmascarar por completo este contaminante.

Por otro lado, la presencia de bacterias fecales en microplásticos se confirmó en todos los sitios estudiados, destacando una mayor proporción en aquellas áreas influenciadas por vertidos de aguas residuales o por una intensa actividad urbana. Siendo el área de Bagliardi, zona que rodea el efluente de aguas residuales de la ciudad de La Plata donde se registraron los valores más altos (50% E.coli y 15.6% enterococos). En segundo lugar Quilmes, un espacio de actividades recreativas y pesqueras expuesto al impacto de la ciudad de Buenos Aires, y receptor del vertido de una cuenca altamente contaminada como es el río Matanza-Riachuelo, con resultados de más de un 40% E.coli y cerca de un 10% de enterococos. Y por último Berazategui, ubicado cerca del efluente de aguas residuales de la ciudad de Buenos Aires, con más de un 30% de E.coli y más de un 6,2% de enterococos.

Resultados en concordancia con los estudios aportados por autores como Suárez y Mariñelarena, quienes advirtieron que el sitio de Bagliardi presentaba los mayores recuentos de bacterias indicadoras de contaminación fecal.

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