Desde el domingo pasado, toda la Cristiandad está viviendo el momento litúrgico más importante de todo el año: La Semana Santa. Esta conmemoración, representa una Liberación que conlleva una Esperanza.
Fruto de una raíz común, compartimos el haber luchado contra la esclavitud, haber caminado por el desierto buscando las leyes a partir de las cuales, nos convertimos en pueblo.
Para nosotros, los judíos, “en cada generación una persona debe verse a sí mismo como si hubiese salido de Egipto”. Es una lucha permanente por la libertad y contra la opresión, considerando los derechos colectivos, por encima de los individualismos.
Para nuestros hermanos cristianos, el vivir la Semana Santa, implica darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de este tiempo litúrgico. Es acompañar a Jesús con la oración, sacrificios y el arrepentimiento de sus pecados.
Por otra parte, como judíos argentinos que convivimos en una sociedad plural, respaldamos a nuestros hermanos Cristianos, que por su condición de tal, son perseguidos, segregados y asesinados en África, Asia y en el norte de Irak y Siria y nos solidarizamos con todos ellos.
Adhiriendo a lo expresado en su momento por el actual Papa Francisco, en la DAIA, representación política de la comunidad judía argentina, trabajamos cotidianamente en los horizontes de la trascendencia, de la diversidad y de la proyección: La Cultura del Encuentro entre todas las personas.
La DAIA, desea a los conciudadanos, más allá de sus creencias individuales, que el espíritu de liberación y redención de todos los seres humanos, sea una constante, durante todo el año.
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