Crece el consumo de ultraprocesados: Argentina ocupa el tercer puesto a nivel regional

Crece el consumo de ultraprocesados: Argentina ocupa el tercer puesto a nivel regional

La nutricionista e investigadora de la UBA, Andrea Graciano, analizó: "Este fenómeno se ve en toda la población, pero preocupa particularmente en las infancias porque están en pleno crecimiento y desarrollo”. 

Un estudio realizado por UNICEF y Fundación Interamericana del Corazón Argentina reveló que los alimentos ultraprocesados son la base de la alimentación de niños, niñas y adolescentes en nuestro país. De acuerdo a los resultados, el patrón alimentario de los más chicos está alejado de las recomendaciones nutricionales.

En este contexto, la nutricionista e investigadora de la UBA, Andrea Graciano, habló con Radio Provincia y analizó:" Los datos son alarmantes. Este es un fenómeno que se ve en toda la población, pero preocupa particularmente en las infancias porque están en pleno crecimiento y desarrollo”.

Y profundizó: “Con este estudio se observan las brechas alimentarias que existen entre lo que recomendamos para mantener un buen estado de salud y lo que realmente sucede”.

La especialista explicó que, aunque el consumo de este tipo de productos data de varias décadas, se agravó considerablemente en los últimos años. Tal es así que, en la actualidad,  Argentina ocupa el tercer puesto en consumo de ultraprocesados a nivel regional.

Al mismo tiempo detalló que este tipo de alimentos "son el gran motor de la malnutrición en todas sus formas”. Dijo, además, que en Argentina más del 70% de las muertes se deben a enfermedades no transmisibles, es decir, muertes que están relacionadas directa o indirectamente con la alimentación. 

“Hay que familiarizarse con nuevos sabores. Eso es un proceso y es gradual. Lo que hay que intentar hacer como madres y padres es ofrecer productos nuevos e insistir. No dejar de ofrecer la primera vez porque no les gustó”, aconsejó.

Y agregó: “Con la Ley de Etiquetado Frontal vamos a empezar a ver cambios. Vamos a empezar a ver una transformación gradual en la medida que vayan apareciendo los sellos”:

“Si un producto tiene al menos un sello, no se va a poder ofrecer en ningún establecimiento educativo. Que las escuelas sean un espacio protegido es una forma de estimular la transformación de los hábitos”, concluyó.

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