La posibilidad de que el papa Francisco cancele su visita al Bañado Norte, ante una eventual inclemencia del tiempo, debe echarse por tierra, según Federico Wals, ex secretario de prensa de Jorge Bergoglio.
Ocurre que se baraja una eventual suspensión de la ida del Papa a la capilla San Juan, donde saludará de cerca a los bañadenses, en caso de lluvia.
"La respuesta de él (Francisco) sabés cuál va a ser: cómo se llama el país donde estamos, Paraguay, ¿y no tienen paraguas?, eso hubiese contestado", lanza Federico, quien conoce al dedillo las ocurrencias y salidas jocosas del Papa, ya que estuvo a su lado durante seis años cuando Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires.
"En Filipinas, cuando él decide ir a una ciudad al sur que tenía alerta de tifón 4, agarra el reloj y pregunta en cuánto tiempo llegamos... y como todavía quedaban unas horas, igual decide ir; –y dijo– la gente me está esperando, salgamos ya mismo", rememora sobre aquella osada gira papal que "para los periodistas fue el peor viaje de sus vidas".
"El Papa estaba hecho sopa, tenía un pilotín amarillo –recuerda–; se cayó una torre y murió una voluntaria. Se suspendió la misa; el Papa se encontró con unos chicos, se subió al avión; el comandante dijo que se acercaba el tifón y quedaban solo 20 minutos para despegar. De hecho, despega el avión del Papa y el que venía atrás despistó", apunta.
Entonces, si el Papa no se amilanó ante un tifón, menos lo hará ante torrenciales lluvias o inundaciones en el Bañado. Es más, lo más probable es que Francisco rompa protocolos en todo momento durante su estadía en Paraguay y se meta, por ejemplo, en algunas de las viviendas de los bañadenses o pida encontrarse con los inundados, dice.
Imprevisible. Wals refiere que el comportamiento abierto y temerario del Santo Padre "es una tortura" para todo el andamiaje de seguridad del Vaticano. "Él dice: si yo no confío en Dios, estamos fritos", cuenta con cierto regocijo.
"En el Bañado, él puede decir 'un minutito que quiero hablar con una familia', que no estaba previsto, porque le gustó la puertita, estaba una viejita, 'acá voy a entrar', y él se manda. No pregunta si puede o no entrar. Eso te muestra que no podés tener todo previsto, si no no sería él", refiere.
Un trascendido, proveniente de los corrillos de la comisión organizadora de la visita papal, señala que el Papa ingresaría a las casas de tres personas enfermas del Bañado Norte.
En efecto, la avanzada vaticana que se encuentra en el país recorrió el lunes los pasillos del Bañado –en los alrededores de la mencionada ermita–, por donde se prevé que pase Francisco, en julio.
sin mozos. Está previsto que el Papa almuerce en la sede de la Nunciatura paraguaya. Y un pedido especial que hizo –según asegura Federico– es que no haya mozos ni sirvientes. "Va a haber una mesa grande y cada uno se va a servir", describe.
Wals resalta que el papa Francisco conoce y le gusta tanto la comida como la música paraguaya. "Si vos te acercás a él y le invitás una chipita, estoy seguro que te va a aceptar y lo va a comer", le dice el joven comunicador a una periodista durante la entrevista.
"Al Santo Padre le gusta romper el protocolo; que si hay algo que va a hacer acá es que, en algún momento, va a parar el auto (papamóvil) para hablar con alguien y no le vas a decir que no al Papa", remata.
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