Coronavirus: la caída económica dispara demanda de alimentos en comedores populares

Coronavirus: la caída económica dispara demanda de alimentos en comedores populares

Movimientos sociales ven un "aumento exponencial" en comedores y merenderos. Prevén que el impacto de la pandemia agravará las desigualdades sociales.

Las medidas de aislamiento obligatorio para mitigar el impacto de la pandemia afectan al país, pero condicionan aún más a los sectores en situación de pobreza y vulnerabilidad. Con la paralización de la actividad económica, sobre todo del sector informal, los movimientos sociales ven un aumento exponencial de la demanda de alimentos en comedores, donde en algunos casos llegó a crecer hasta un 200%.

Un ejemplo es el de un comedor de Pedro Echagüe al 1200, en el barrio de Constitución: hace 15 días asistían alrededor de 450 personas, y este lunes se presentaron cerca de 2200, según detallaron a este medio desde la Unión de Trabajadores de la Economía Popular, (UTEP). Gildo Onorato, dirigente de UTEP y del Movimiento Evita, explicó a PERFIL que si bien el caso del comedor de Constitución es uno de los más críticos donde la cantidad de gente aumentó casi cinco veces, hay un “aumento exponencial de la demanda alimentaria” en las zonas más vulnerables.

“Es producto del gran aumento de precios y de que el aislamiento impide la changa, y toda la economía informal que se desplomó”, señala. La demanda en comedores y merenderos, dice Onorato, se ve con mayor fuerza “en el primer cordón del conurbano, donde por su densidad demográfica está creciendo brutalmente, y en el tercer cordón, por el aislamiento y su lejanía” de la ciudad.

 

 

Puntualmente en La Matanza, el Ejército Argentino inició un operativo para repartir más de 24 mil raciones de alimentos a los sectores más necesitados en ese distrito, el más poblado del conurbano bonaerense. A raíz de un pedido del intendente, Fernando Espinoza, el Ministerio de Defensa dispuso a las fuerzas para que, en siete puntos de la localidad, se instalen cocinas de campaña para preparar y distribuir las raciones diarias de comida.

Si bien desde el Movimiento Evita destacan que mantienen diálogo y articulación con la asistencia que están brindando desde el Ministerio de Desarrollo Social, piden que la planificación se encamine a ser mucho más eficiente. “Las organizaciones y las ONG no podemos tener demoras en transferencias, en recibir alimentos secos. Se debería vehiculizar la gestión digital, y articular aún más el trabajo del Estado con el de las redes comunitarias”, propone Onorato, aunque reconoce que se trata de una situación excepcional, para la que el Estado ni las instituciones estaban preparadas.

No obstante, la asistencia alimentaria y las necesidades del día a día son apenas el principio del impacto del coronavirus. “Esta pandemia es un drama, pero las consecuencias sociales son aún peores de lo que estamos viendo ahora, sobre todo para los barrios populares, la pobreza y los sectores populares”, explica el dirigente social.

El Ejército Argentino reparte más de 24 mil raciones de alimentos en La Matanza

En esa línea y en relación al impacto de la pandemia, un informe reciente del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA aborda la situación problemática de los sectores más vulnerables y advierte sobre las desigualdades en la población frente las medidas que, en principio, regirán hasta el 13 de abril.

Entre los más perjudicados, el documento menciona a aquellos vinculados a un mercado de trabajo precario, informal, asociado a la realización de changas, venta ambulante, servicios personales y servicio doméstico, entre otros. Es decir, sectores en los que “se vive al día y por supuesto sin actividad laboral en tiempos de pandemia”.

“Las condiciones de vida, tanto los sectores medios bajos como del sector informal de la economía social, se deterioran aún más, y con ello, no sólo hay más nuevos pobres, sino que los pobres estructurales son más pobres”, enuncia el documento. En el periodo entre julio y octubre, el Observatorio de la Deuda Social estimó que el 8,9% de la población urbana era indigente -de los valores más altos de la década- y un 40,8% de las personas se encontraban por debajo de la línea de pobreza.

Teniendo en cuenta este contexto, el informe advierte una profundización de esa situación crítica. “Si la situación social ya era “delicada” a finales de 2019, es de esperar que todo se agrave aún más en los próximos meses”, prevén.

 

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