Concluye en el Vaticano el seminario dedicado a la extinción biológica

Concluye en el Vaticano el seminario dedicado a la extinción biológica

Se llevó a cabo este jueves 2 de marzo, en la oficina de Prensa de la Santa Sede, la conferencia de prensa por conclusión del seminario sobre el tema “Extinción biológica. Cómo salvar el ambiente natural del que dependemos”, organizado por la Pontificia Academia de las Ciencias y por la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales y desarrollado en la Casina Pio IV en el Vaticano, desde el 27 febrero hasta el 1º de marzo.

 

Introdujo la conferencia, el Canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias Mons. Marcelo Sánchez Sorondo, que sobre este seminario dedicado a la extinción afirmó que “una de las tesis de la Academia es que el cambio climático producido por las actividades humanas, que utilizan el material fósil, produce el cambio climático y el calentamiento global, éste último indicado como la principal causa de la extinción”.

La conferencia contó con las intervenciones del profesor Werner Arber, presidente de la Pontificia Academia de las Ciencias; el prof. Peter Hamilton Raven, académico de la Pontificia Academia de las Ciencias y del prof. Partha Sarathi Dasgupta, académico de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales.

Además de las intervenciones, se dio a conocer la declaración final del seminario titulada: “La extinción es para siempre: cómo evitarla”.

“Los participantes en el seminario han concluido – se lee en la declaración final – que actualmente estarían en peligro un cuarto de todas las especies y la mitad de ellas podría extinguirse dentro del final del siglo en curso”. “Tales perdidas – aseguran los participantes en el seminario en la declaración – provocarán daños incalculables para nuestro futuro, a menos que no se tengan bajo control”.

Causa de la amenaza a millones de especies en vía de extinción – continúa el comunicado – es la “enorme actividad económica basada en la ganancia y en el uso de combustibles fósiles” que además está poniendo bajo esfuerzo el funcionamiento sostenible de la tierra. Los signos más evidentes incluyen el cambiamiento climático global y los daños al sistema de la tierra como, por ejemplo, el aumento del nivel del mar, la acidificación de los océanos y la anoxia, que alimentan de manera directa la extinción biológica”.

La población humana de la tierra – prosigue la declaración – está marcada por grandes desigualdades a nivel económico. Y en este sentido, señala “que las personas más ricas del mundo consumen más de la mitad de los recursos mundiales”. Por lo tanto “son los ricos mayormente responsables del aumento del calentamiento global y como consecuencia de la disminución de la biodiversidad”, mientras que los pobres “que no benefician del uso de combustibles fósiles, son indirectamente responsables de la deforestación y de una parte de la destrucción de la biodiversidad, visto que sus acciones se desarrollan dentro de un sistema económico mundial basado en las necesidades de los más ricos”. De ahí que “una condición imprescindible para el alcance de la sostenibilidad global es la redistribución de la riqueza, porque en todo lugar en el mundo los altos niveles de consumo tienen un impacto en el degradar el funcionamiento de la tierra y en el destruir la diversidad”.

Poner fin a la pobreza es en definitiva “uno de los principales modos para proteger nuestro ambiente y salvar la mayor biodiversidad posible para el futuro” así como la “creación de grandes reservas naturales marinas” y para cumplir esto – dicen los participantes en el seminario – “debemos seguir los principios morales claramente descritos en la encíclica Laudato Sí que ha inspirado nuestro encuentro”.

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