«El compromiso social y medioambiental está en el ADN de Coca-Cola, no es algo nuevo»

«El compromiso social y medioambiental está en el ADN de Coca-Cola, no es algo nuevo»

Gómez Acebo destaca que para 2040 la compañía alcanzará la neutralidad en carbono, «diez años antes del objetivo marcado por Europa».

El cultivo y recolección de ingredientes, la fabricación de envases, el transporte, la gestión de residuos… La huella ecológica de una empresa tan mastodóntica como Coca-Cola es directamente proporcional a su tamaño. Pero con un añadido: más del 90% de sus emisiones de gases contaminantes son indirectas. Es decir, nacen aguas arriba, de sus múltiples proveedores. Por eso la compañía debe conseguir su implicación si quiere alcanzar los objetivos medioambientales que se ha marcado: conseguir, para 2040, ser una empresa neutra en carbono en Europa Occidental.

Esto quiere decir que ese año no podrá emitir gases de efecto invernadero (GEI). O que deberá compensar los que lance a la atmósfera con acciones de apoyo a proyectos que luchan contra esas emisiones contaminantes. Está en camino de lograrlo, gracias en parte a que todas las plantas de España funcionan ya con electricidad 100% renovable. «Además, hemos comunicado a nuestros proveedores de toda Europa que ellos tienen que hacer lo mismo en sus instalaciones para el año 2030. Porque sin ellos, es imposible alcanzar nuestros compromisos medioambientales», asegura

Son aspectos recogidos en el Informe de Sostenibilidad 2020 para España de la multinacional de bebidas, presentado este miércoles en Bilbao. En ese informe se detallan las acciones de Coca-Cola en seis áreas de actuación (bebidas, envases, sociedad, agua, clima y cadena de suministro). Pero no sólo los logros alcanzados, «también nos permite saber en qué ámbitos tenemos que esforzarnos más de cara a poder mejorar año a año», explica Gómez Acebo.

La ejecutiva de Coca-Cola aclara que, lejos de ser una moda semiimpuesta por la presión externa, el compromiso social y medioambiental «es algo que siempre ha estado en el ADN» de la compañía. «No es nada nuevo. Lo que pasa es que, como empresa cotizada que somos, tenemos que organizar todas esas acciones en una memoria de sostenibilidad y compartirlo con los inversores», añade. Coca-Cola, subraya Gómez Acebo, ha querido ir más allá para involucrar en sus objetivos a «todo tipo de grupos de interés», como instituciones públicas y privadas, organizaciones medioambientales y sociales «para saber qué esperan de una compañía de nosotros».

Más aún, muchos de los proyectos en los que trabaja la compañía están realizados por organizaciones medioambientales. «Por ejemplo, los dos últimos que hemos abierto referidos al agua (Desafío Guadalquivir, en Andalucía, y Plantar Agua, en Portugal) están hechos por WWF. Nosotros les damos las directrices estratégicas de lo que queremos, ellos identifican los proyectos y ejecutan», señala Gómez Acebo. Otro tanto ocurre con proyectos sociales, como el Gira Jóvenes, Gira Mujeres o el Mares Circulares, que combate la contaminación marina.

En ese gran abanico de acciones para reducir la huella medioambiental el objetivo más ambicioso, porque implica a todas las áreas de organización de la empresa y también a sus proveedores, es el de alcanzar la neutralidad en carbono para el año 2040. Para avanzar en esa meta de descarbonización la multinacional ha invertido 250 millones de euros en Europa. Una inversión que, por ejemplo, ha permitido a la planta de Galdakao reducir sus emisiones contaminantes en un 50%, lo que la convierte «en uno de los centros de producción punteros de nuestra compañía en España».

El reto de los envases

Otro gran reto es conseguir envases más sostenibles, aunque como advierte la directiva de Coca-Cola, «no hay botellas buenas ni malas. Si entre todos somos responsables y las llevamos a los contenedores adecuados para su reciclaje, se pueden convertir en otras botellas». Porque, destaca Gómez Acebo, «prácticamente el 100% de los envases utilizados son reciclables o reutilizables».

La eliminación total del plástico es una quimera, desde el momento en que «cada momento de consumo tiene su envase adecuado. Por ejemplo, en la calle la botella más adecuada es la de plástico de medio litro». No obstante, la compañía espera que para el año que viene al menos el 50% del materia utilizado en los envases PET en España sea plástico reciclado.

Otra línea de actuación consiste en conseguir que los productos Coca-Cola (donde además se incluyen bebidas como Fanta, Nestea o Aquarius) sean más saludables. Y evitar imágenes tan difundidas y potencialmente perjudiciales para la imagen de la empresa como las de Cristiano Ronaldo retirando botellas de Coca-Cola y cambiándolas por otras de agua antes de una rueda de prensa en la pasada Eurocopa. «Entre 2015 y 2020 hemos reducido casi un 24% el azúcar en nuestras bebidas. Y el 63% son bajas en calorías, o directamente sin ellas», explica Gómez Acebo. Acciones con las que, confía la directiva, «el consumidor valore lo que estamos haciendo, tanto interna como externamente».

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