¿Cómo usar la adversidad para crecer? 5 consejos judíos

¿Cómo usar la adversidad para crecer? 5 consejos judíos

En la vida de cada uno de nosotros siempre habrá momentos donde tengamos que afrentar tiempos difíciles. Ya sea una cuestión económica, emocional o familiar tenemos que saber que siempre hay formas de responder y pensar que nos ayudan a sobrellevar el peso con mayor ligereza. Más aún, las experiencias que nos conforman son lo que nos hace crecer en el tiempo; según la perspectiva judía la adversidad en realidad existe para que podamos crecer a través de ella. Los siguientes pensamientos, parten de principios judíos y nos dan herramientas para afrontar situaciones en tiempos difíciles.

La sabiduría se crea a través del conflicto

Uno de los dichos más conocidos del libro de Mishlei (Proverbios) es el que nos dice que “un sabio se cae siete veces y se levanta.” Se nos enseña que precisamente el hombre se vuelve sabio por haberse caído siete veces y siete veces haberse levantado. Es decir por lo que aprende al equivocarse y lo que aprende al levantarse; por lo que conoce de sí mismo y el carácter que desarrolla frente a la adversidad. Sólo a través de los retos que enfrenta diariamente el hombre es que crecemos emocional y espiritualmente.

El mundo fue creado para cada individuo

Una de las frases más famosas del Pirkei Avot (Ética de nuestros padres) dice: “Si no soy para mí, ¿quién lo será? Y si soy sólo para mí, ¿quién soy?” (1:14) La primera responsabilidad que tenemos es con nosotros mismos; la finalidad última de la Torá y en sí de la Creación es el desarrollo de la personalidad y el encuentro con el mundo a través de ello. Los midrashim (relatos orales) nos recuerdan que el mundo fue creado para cada individuo. Eso no quiere decir que entonces podamos comportarnos de forma egoísta, maltratar a la gente que nos rodea y destruir el mundo como tal; quiere decir que nuestra relación con el mundo debe partir desde un lugar de aceptación y encuentro con quienes somos.

Cuando uno está frente a una situación difícil lo primero que debe hacer es reconocerse, identificar como se siente, que es lo quiere, el lugar que ocupa y la situación que lo rodea; sólo desde un reconocimiento de este estilo es puede uno calmarse y tomar una decisión de forma consciente y tranquila.

No importa cuál difícil sea la situación siempre tenemos una respuesta

Uno de los principales elementos que causan frustración y angustia es el sentimiento de impotencia, el saber o creer que no podemos hacer nada con la situación que estamos viviendo. Una de las premisas más estables del judaísmo es que no podemos controlar la situación, pero siempre tenemos la respuesta. No importa dónde nos encontremos o qué hagamos siempre tenemos libre albedrío y siempre decidimos dar una respuesta. Cuando la pregunta ¿por qué me pasó esto a mí? No nos lleva a un buen lugar y no nos da las respuestas que buscamos; el Musar nos recomienda mejor preguntarnos ¿para qué me pasó esto a mí? ¿qué es lo que puedo hacer con esto?

Todo ocurre por una razón

Finalmente otro punto de la paz emocional es poder aceptar las cosas que no podemos cambiar. Hay varios conceptos judíos que nos ayudan a lidiar con ello, la primera es que D-os sostiene y crea en todo momento el mundo que nos rodea. Eso implica que aunque no podamos ver con claridad las cosas todo ocurre para bien; otra idea que acompaña a esta es que D-os nos da lo que necesitamos para desarrollarnos como personas; si dimos todo lo que teníamos y no logramos obtener lo que queríamos es porque no lo necesitamos, porque podemos desarrollarnos sin ello.

Es importante agradecer los pequeños detalles de la vida

Otra forma de vencer la angustia y afrontar momentos difíciles es mantenerse consciente en el presente y enfocarse en las cosas que tenemos cerca que nos alivio y placer. Muchos psicólogos recomiendan diario agradecer por al menos tres cosas pequeñas que encontramos en nuestro día al terminar. La practica judía lleva a la persona a tener este tipo de consciencia y encuentro diario; desde que nos despertamos, hasta que nos dormimos estamos acostumbrados a agradecer a D-os por los pequeños detalles como la vestimenta, la comida, la salud, el cuerpo incluso el hecho de haber despertado.

Comentá la nota