Cómo operaban la AFI y la AFIP de Macri: La historia de una policía secreta creada para atacar opositores

Cómo operaban la AFI y la AFIP de Macri: La historia de una policía secreta creada para atacar opositores

Hace un mes se descubrió que la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) de la era Macri había contratado nada menos que seiscientos abogados. Durante la gestión saliente, la ex SIDE tuvo un funcionamiento muy distinto al orgánico tradicional.

A los organismos de inteligencia de la gestión Pro solo les importó una cosa: la recopilación de pruebas contra el kirchnerismo y sindicalistas afines. Si las pruebas no estaban, se inventaban, como ocurrió con el caso de Cristóbal López, entre otras tantas causas por enumerar. La coordinación era muy aceitada e intervenían AFI, AFIP, poder judicial y finalmente los medios de comunicación. Entre ellos se encontraban quienes le daban forma a estas denuncias desde grupos de inteligencia paralelos, cuyo más claro eslabón lo constituyó el grupo que lideraba la doctora Elisa Carrió. Esta actividad era financiada desde áreas puntuales, dominadas políticamente por el sector de “Lilita”.

El caso más emblemático, principalmente por su poder recaudatorio, fue el de José Gómez Centurión, quien estuvo a cargo de la dirección de Aduanas, junto a una interesante nómina de militares, entre quienes se destacaban Lenar Vives (especialista en inteligencia), el coronel retirado Héctor René Squetino (supuesto recaudador) y el ex marino Gerardo Esquivel (director de la Aduana de Campana, quien hoy sorprendentemente continúa detentando dicho cargo)

Como es de público conocimiento, Centurión fue relevado del puesto por denuncias de corrupción. Sin embargo, su gente, que es la gente de Carrió, logró garantizar su continuidad. Desde allí salía información con la que la líder de la Coalición Cívica realizaba denuncias contra políticos y funcionarios opositores, que se articulaba a través de operaciones mediáticas que principalmente encontraban salida los domingos a la noche por América Televisión.

En los equipos de “Lilita” desempeñaban tareas una cantidad importante de efectivos enrolados en los servicios de inteligencia de las distintas fuerzas, principalmente de la Policía Federal, con Néstor Roncaglia a la cabeza (recordemos que el comisario es vecino de Carrió en el club de campo “Chacras de la Cruz”, de Saltación de la Cruz). A ellos se sumaban abogados, periodistas y personajes tales como Marcelo Dalessio, quien reportaba como inorgánico ante Patricia Bullrich y Elisa Carrió.

Durante los primeros días de la AFI de Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, en una reunión encabezada por los doctores Mariano Herrera, Hernán Martiré y José Padilla, les comunicaron que la gestión de inteligencia pasaría por los tribunales Ffderales de Comodoro Py y que serían estos tres abogados los que comandarían el ejército de seiscientos nuevos contratados, especialistas tanto en servicios jurídicos como contables.

Tal y como se planeó inicialmente, el eje de la gestión de Arribas, ex director de la agencia, fue el tema jurídico. Y es en ese marco, que aparece otro personaje, como nexo entre la AFI y la Justicia: el operador sería Juan Sebastián “El Enano” De Stéfano, soldado del “Tano” Angelici.

TODO COORDINADO

De este modo, la AFI, que determinaba los blancos, habría coordinado las persecuciones judiciales. El modus operandi consistía en filtrar información desde y a la AFIP para que allí se pudieran encontrar irregularidades y darle un marco legal al accionar. De esta manera se complementaban los expedientes de AFI, que llegaban a manos de jueces seleccionados que diligentemente ejecutarían el plan.

Pero las persecuciones no resultaban efectivas si se agotaban en causas judiciales que se sostienen sobre pruebas falseadas o dudosas. Por ello fue necesario difundirlas para darle peso desde los medios. Por esa misma razón, esos mismos expedientes también caían en manos de Elisa Carrió, Mariana Zuvic y Paula Oliveto.

Espiar, denunciar y difundir. Tres acciones que son sencillas si uno puede alinear bajo un mismo signo político a quienes tienen esas capacidades, como ocurrió durante la presidencia de Mauricio Macri.

LA PARTE DE LA AFIP

Se comprende, entonces, que la Agencia Federal de Ingresos Públicos (AFIP) cumplía un rol muy importante dentro de este esquema de espionaje. AFIP y Aduana son dos de los lugares en donde se recopila información muy sensible de todos los ciudadanos. “No es casualidad que estos dos organismos sean los más intervenidos por lo que se conoce como agentes paralelos”, deslizó un entendido. Un agente paralelo simula ocupar un lugar profesional, pero en realidad responde a otros intereses: filtra información y opera.

Al comienzo de la gestión de Alberto Fernández, la nueva directora Mercedes Marcó del Pont ascendió y reconoció a personas estrechamente vinculadas a Elisa Carrió que, aparentemente, estuvieron involucradas en tareas de espionaje y filtración de información dentro del gran plan de la AFI.

Los reconocidos por Marcó del Pont fueron los siguientes:

- Juan Capello. Ahora es el subdirector General del área Técnico Institucional, el número dos de la gestión de Marcó del Pont. Sin embargo, durante las gestiones macristas de Abad y Cuccioli era el jefe de departamento de Legales, desde allí coordinó a empleados en el armado de causas y contrató a abogados externos para querellar a los opositores en la causa Oíl Combustibles. Presentó datos falsos que, según él, se trataba de retenciones no depositadas, pero esto fue desmentido por la corte. Además, dijo que se acumulaba una deuda de 8.000 millones de pesos, aunque se comprobó que la empresa Oíl no tenía deuda exigible al 10 de diciembre de 2015.

- Pablo Brula: Ahora es subdirectora General de Recursos Humanos. Durante la gestión anterior, extendió todos los contratos de las personas que trabajaban para Carrió bajo las órdenes del CEO de Quilmes, Diego Dávila, pero también nombró a agentes de la AFI y a personal de seguridad de Patricia Bullrich. Brula firmó el escrito de requerimiento de Hotesur en contra de la actual vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

- Marcelo Pablo Costa: Ahora es subdirector General de Recaudación. Durante la gestión de Abad fue subdirector de Fiscalización. Entre otras cosas, cajoneó los casos de lavado y de evasión sobre 4.040 cuentas bancarias del banco HSBC de argentinos en el exterior durante la gestión de Cuccioli. Él sugirió designar a su prima, Ana Brana, a cargo de la subdirección de Operaciones Impositivas Metropolitana. En esta misma dependencia se habría armado la causa de los cuadernos.

- Guillermo Sorrentino: Trabaja como subdirector de Asuntos Jurídicos. Anteriormente fue director de Asuntos Legales y Administrativos. En su tarea fue el cerebro de Abad y Cuccioli, encargado de diseñar la estructura jurídica para perseguir a los opositores.

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