Cómo fue el "milagro" de Juan Pablo I en Argentina por lo que el Papa Francisco lo beatificó

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A Albino Luciani le reconocieron la curación de una niña argentina de 11 años en 2011, cuando le habían diagnosticado horas de vida.

El Papa Francisco beatificó a Juan Pablo I por un milagro realizado en la Argentina tras curar a una niña que tenía horas de vida. Juan Pablo I se convirtió en el quinto papa en ser beatificado luego de Pio X, Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II.

La ceremonia se realizó en la mañana de este domingo 4 de septiembre en la Plaza de San Pedro en la Santa Misa de beatificación. Conocido como "el papa de la sonrisa", su festividad litúrgica será el 26 de agosto.

Francisco había conseguido en octubre del año pasado el milagro que era necesario para realizar la beatificación.

A Juan Pablo I se le reconoció la curación de una niña argentina de 11 años en 2011 que padecía una "encefalopatía inflamatoria aguda severa, enfermedad epiléptica refractaria maligna, shock séptico".

Candela Giarda, oriunda de Paraná, Entre Ríos, había obtenido un parte médico que aseguraba que no pasaría las próximas horas. Su madre le rezó a Juan Pablo I, fallecido en 1978 a 33 días de haber asumido como papa, y la niña comenzó a recuperarse.

"El nuevo beato vivió con la alegría del Evangelio, sin concesiones. No vivamos a medias, sin dar nunca el paso decisivo, sin despegar, sin apostar todo por el bien, sin comprometernos verdaderamente por los demás. Jesús nos pide esto: vive el Evangelio y vivirás la Vida", declaró Francisco.

En la ceremonia de beatificación, se colocó un tapiz con el rostro sonriente de Juan Pablo I en el Palacio del Vaticano. Además, la reliquia del papa que se usó en la ceremonia fue un escrito firmado por Albino Luciani (Juan Pablo I).

Luego de la beatificación, el escrito será custodiado y se expondrá en la Basílica catedral de San Martino en Belluno. Allí fue donde Luciani realizó el servicio sacerdotal por más de 15 años.

Quién era Albino Luciani​, el papa Juan Pablo I

Albino Luciani nació en 1912 en el norte de Italia, en una familia obrera muy modesta. Fue seminarista y se doctoró en Teología. En 1969 Paulo VI lo nombró patriarca de Venecia y en 1973 lo elevó a cardenal.

Luciani, que adoptó el nombre de Juan Pablo al ser elegido papa en agosto de 1978, a la edad de 65 años, era una figura popular y cercana a los feligreses.

Sucedió a Paulo VI y ha sido el último papa italiano hasta la fecha. Falleció de un infarto apenas 33 días y 6 horas después, aunque muchos dudan de si fue por causas naturales o si fue un asesinato.

En la madrugada del 29 de septiembre de 1978, una monja descubrió su cuerpo sin vida, sentado en la cama, con los anteojos puestos y unas hojas en las manos. No se realizó una autopsia para confirmar la causa del deceso.

El anuncio de su fallecimiento estuvo rodeado de incoherencias e informaciones falsas e incluso alimentó la teoría de un asesinato por envenenamiento para impedirle poner orden en los asuntos de la Iglesia y, en particular, en el banco del Vaticano, donde se habían detectado malversaciones financieras.

A 40 años de la muerte de Juan Pablo I el misterio de su muerte continúa

Pero esta "hipótesis conspirativa" se debió ante todo a la "calamitosa comunicación" del Vaticano, según Christophe Henning, periodista y autor del libro "Petite vie de Jean Paul Ier" (Corta vida del Juan Pablo I).

Al igual que Henning, muchos especialistas rechazan esa hipótesis, por considerar que se basa más en un conjunto de coincidencias que en elementos tangibles.

La periodista italiana Stefania Falasca -que apoya activamente la canonización de Juan Pablo I- también desmintió esos rumores en un libro publicado en 2017 y prologado por el arzobispo Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa sede (número dos del Vaticano).

El corto papado de Luciani

Considerado como un hombre de consenso, logró durante su breve pontificado imprimir un estilo más sencillo en el ejercicio de su misión, aunque permaneció aislado en el seno de la Curia, el gobierno del Vaticano.

Defendió la oposición de la Iglesia al aborto y a los métodos anticonceptivos, al tiempo que iniciaba una reforma interna. Muy sensible a la pobreza, también afirmó la importancia de dar un "salario justo" a todos.

Con una "gran sencillez y una fuerte fibra pastoral", Juan Pablo I "humanizó el oficio [papal] y simplificó todo lo que era protocolario", explicó Christophe Henning a la AFP.

La hermana Margarita Marín, que asistió a Juan Pablo I en los apartamentos papales, recuerda a un hombre "amable con todos". "Trataba a sus colaboradores con gran respeto, disculpándose por molestarlos. Nunca le vi impacientarse con nadie", recordó la monja el viernes en una rueda de prensa.

 

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