Colector Papagallos: el basural de más de 2.000 metros

Colector Papagallos: el basural de más de 2.000 metros

En su recorrido, el cauce bordea al hospital Lagomaggiore. Los operativos de limpieza no dan abasto para contener la acumulación de residuos, las ratas y las cucarachas. Las consecuencias.

Mientras avanza la construcción de la nueva maternidad del hospital Lagomaggiore, a menos de 60 metros, el colector Papagallos se exhibe como un basural a cielo abierto. Desde la Dirección de Hidráulica indican que no dan abasto y que la situación agrava el riesgo aluvional, además de exponer a la comunidad a olores nauseabundo y a la presencia de alimañas.

La postal se repite casi de forma instantánea una vez concluida cada tarea de saneamiento. El cauce tiene una extensión de 2.800 metros y pasa por los barrios Olivares, Flores, Santa Rita, San Martín y Cano.

Según explicó David Cangialosi, director de Hidráulica, "en condiciones normales su mantenimiento se debería realizar una vez al año, para desmalezar y quitar los sedimentos". Sin embargo, se ejecutan operativos periódicos.

Sólo durante mayo de 2017 se sacaron 18 toneladas de basura. Mientras que otras 100 camionadas de residuos y escombros de construcción se extrajeron durante octubre. Para esto reciben la colaboración de la Ciudad de Mendoza ya que la acción requiere una flota de camiones, minicargadora, retroexcavadora y palas cargadoras.

"Lo que sacamos no son yuyos o arena de arrastre. Sacamos cocinas, chasis de autos o envases de todo tipo que se descomponen y terminan contaminando la napa freática", detalló y sentenció: "Se culpa a Hidráulica, a los municipios, a los que no limpian, pero no al que ensucia. No hay un sólo ambientalista que vaya contra la gente".

 

 

El riesgo aluvional

Tanto los diques de atenuación de crecidas, como así también los colectores aluvionales reducen los daños a causa de aluviones, erosiones e inundaciones. Pero las medidas estructurales no son suficientes cuando las inundaciones que se producen en las urbes se dan por taponamientos de los drenajes porque los desechos urbanos limitan la capacidad de conducción del agua, generando desbordes.

"En una provincia de 500 kilómetros de longitud de zona aluvional tengo como prioridad proteger a la gente y a sus bienes, pero en vez de mitigar el riesgo aluvional me tengo que convertir en recolector de residuos", refirió el ingeniero.

El colector Papagallos se origina en la presa del mismo nombre y al llegar a la calle Boulogne Sur Mer recibe el aporte de la cuenca urbana del Barrio San Martín y se transforma en el Zanjón de los Ciruelos, el cual drena en el Cacique Guaymallén.

En este último tramo es donde interviene el Departamento General de Irrigación, que se encarga de la preservación, distribución y regulación de las aguas en sus cauces naturales y artificiales. 

Ricardo Nordenstrom, subdelegado del río Mendoza, dio cuenta de las consecuencias que de ese colector se desprenden. "El Papagallos al igual que el Sosa, el Frías y el Maure, desemboca en el Cacique Guaymallén. Cuando viene mucho caudal de esa colectora ahí se nos arma lío a nosotros en Lavalle", contó. Y agregó: "No sólo arrastra el agua sino toda la basura que se atora en las compuertas".

 

Convivir con la basura

La última imagen que Google Street View captó del lugar data de agosto de 2014 y muestra al mundo el mismo nivel de residuos. Ana Osoria (45), una vecina que vive sobre Gran Capitán Sur frente a la colectora, relató desde que ella llegó al barrio hace unos 20 años, la escena es la misma.

"La gente sale de su domicilio y patea la bolsa al canal directamente. También vemos gente que llega en camioneta y tira hasta colchones. Los animales muertos también van a parar ahí", relató.

María Quispe, una vecina del barrio San Martín, dijo que faltan contenedores ya que "aunque pasa el camión recolector se acumula la mugre".

Y afirmó que están los que recorren el lecho del cauce en busca material recuperable. "Como hay de todo adentro, hay gente que revisa y levanta lo que le sirve: botellas de vidrio o chapas para vender en alguna chacarita".

Más allá del olor que se evidencia con mayor intensidad en verano, la batalla diaria es contra las cucarachas y los pericotes. Situación que también afecta al Hospital Lagomaggiore que aplica operativos de desinfección cada 15 días y a demanda, según detallaron desde el nosocomio.

Desde Irrigación e Hidráulica coinciden que el problema es "cultural y de falta educación" y que no va a tener punto final hasta que la sociedad tome conciencia.

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