En la Ciudad, 30% menos de consumo de carne vacuna que antes de la pandemia

En la Ciudad, 30% menos de consumo de carne vacuna que antes de la pandemia

La tendencia tiene mayor incidencia en la periferia de la CIudad. En la zona del centro las compras se mantuvieron, aseguraron.

Pandemia, nuevas tendencias alimentarias y aumento de precios son algunos de los factores que alejan a los platenses del consumo de carne vacuna. Según un relevamiento realizado en el sector, si bien la mayoría de las carnicerías céntricas trabaja como antes de la pandemia, en los barrios más alejados ahora se compra cerca de un 30 por ciento menos que a principios de año.

Días atrás se conoció un informe que indicaba que el consumo de carne vacuna en el mercado interno argentino se ubicó en agosto en torno a los 50,3 kilogramos per cápita por año, con una caída de 2,7 por ciento interanual. Ese dato se atribuyó a las consecuencias de la pandemia de coronavirus y a la tendencia a la baja que se viene registrando en los últimos años.

Carlos Riusech, CEO del Frigorífico Gorina, señaló que el porcentaje representa que por habitante se come un kilo menos de carne al año, pero estimó que el consumo sigue siendo bueno. “En total se consumen más de 100 kg de proteínas, totalizando además pollo y cerdo”, apuntó.

El empresario evaluó que son muchos los factores que inciden en la baja del consumo, entre ellos citó los precios en alza, pero también las nuevas tendencias como puede ser la inclinación a incorporar más vegetales a la dieta.

“Según estudios del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna, el 60 por ciento de la población argentina prefiere la carne vacuna y el 30 por ciento se pronuncia a favor de evitar o disminuir su consumo. En esa línea, considero que el panorama sigue siendo bueno para el sector”, agregó Riusech.

Con una perspectiva menos optimista, Juan Carlos Marchan, al frente de una carnicería de la zona de 60 entre 8 y 9, apuntó que la actividad está tan complicada que en su comercio sólo trabaja de manera aceptable las dos primeras semanas del mes y luego las ventas se caen de manera abrupta.

“Para peor no hay carnes alternativas, el cerdo aumentó muchísimo, lo que más se vende es carne picada que yo la tengo a 240 pesos el kilo o cortes para milanesas que vendo a 290 pesos; todo lo que es con hueso o asado, se frenó con la pandemia”, señaló el comerciante.

Cabe destacar que en los barrios más alejados al casco urbano la carne picada ronda entre los 350 y los 450 pesos y los cortes para milanesa, entre 350 y 480 pesos.

“A la gente no se la puede castigar más, yo sigo con mi clientela, pero desde la pandemia trabajo un 30 ó 40 por ciento de lo que lo hacía antes”, concluyó Marchán.

Luis, un carnicero de la zona de Tribunales, indicó que el panorama es muy dispar con relación a las carnicerías, aunque en general bajaron bastante las ventas de las que están en los barrios más alejados del centro, en la suya se mantuvieron.

“Tal vez sea porque la gente no puede ir de un lado a otro para comparar precios y termina comprando en la carnicería del barrio, pero en mi caso se trabaja como antes de la pandemia. Pero en general se escuchan muchas quejas de otras carnicerías”, sostuvo el carnicero.

El comerciante remarcó que ninguno de los productos que vende dejó de aumentar desde la cuarentena y en particular opinó que el de mayor porcentaje fue el precio del cerdo que ya se equipara al valor de la carne vacuna. Allí las costillas de uno y otro se venden a 350 pesos el kilo y la bondiola a 480 pesos, al igual que el lomo vacuno.

Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria de Carnes, indicó que la venta de carne “está cayendo desde hace bastante” y adjudicó eso a la depreciación del poder adquisitivo que se pronunció desde el año pasado, ante la imposibilidad de los salarios de igualar a la inflación.

El descenso de 1,4 kilos que se registra en los últimos doce meses en el consumo de carne vacuna, se produce en un contexto de alza de las exportaciones del producto, que alcanzaron su participación más elevada de las últimas décadas.

En el período enero-agosto la industria frigorífica produjo 2,07 millones de toneladas de carne vacuna, 2,8 por ciento más que en igual lapso de 2019; y del total se exportaron 559,3 mil toneladas, 13,8 por ciento más que en enero-agosto del año pasado, alcanzando una participación de 27,1 por ciento del total producido.

No obstante se aclaró que a China, Rusia y Estados Unidos se exportan cortes de animales pesados, de 450 ó 500 kilos, que no se consumen en el país.

Schiariti destacó que pese a la leve caída, el consumo de proteína animal de los argentinos se mantiene en 110-115 kilos por habitante por año (50 kilos de carne vacuna, 48 kilos de carne aviar y 16 kilos de cerdo).

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