Se trata de la Capilla de las Nieves, en la base McMurdo. Se reconoció una baja en el número de feligreses y se pidió a su diócesis neozelandesa que interrumpa su funcionamiento. Hace 57 años que la Iglesia tenía presencia en el continente helado.
La Iglesia Católica ha dejado la Antártida después de 57 años.
El número de personas que asisten a los servicios en la Capilla de las Nieves en la Estación McMurdo (territorio neozelandés) ha disminuido hasta el punto de que ya no hay necesidad de un sacerdote católico, según Radio Nueva Zelanda.
La Fundación Nacional de Ciencias, el grupo que dirige el Programa Antártico de Estados Unidos donde se encuentra la iglesia, ha pedido a la diócesis de Nueva Zelanda poner fin a su asociación con el puesto en la Antártida.
Sin embargo, todavía habrá una capellanía militar en la base, que proporciona servicios interconfesionales y apoyo personal.
"Hay una disminución gradual en la religiosidad, también hay una disminución en el número de personas que trabajan en la estación McMurdo y el Polo Sur y recortes presupuestarios, por lo que todos estos factores han llevado a la decisión de que es necesario sólo un capellán", dijo el padre Dan Doyle, estadounidense, coordinador de la Iglesia Católica en la Antártida. Ha pasado 14 veranos allí desde 1984.
"Antes de esta era digital la gente se sentía muy aislada y solitaria; estaban siempre bajo mucha presión. Yo tuve que ejercer mucho asesoramiento y brindar apoyo a todos", dijo. "Fue una gran experiencia el prestar servicios ministeriales en el fin del mundo."
El padre Doyle dijo que en sus épocas más ajetreadas había alrededor de 2.000 hombres y mujeres en las estaciones McMurdo, Amundsen-Scott y en la base Scott.
"Volábamos hacia el Polo Sur por uno o dos días y nos volvíamos a ir a las estaciones de fuera”, dijo.
"Cuando los buzos trabajaban yo era su ayudante, de pie sobre el hielo. Ha habido un montón de veces que he tenido que contar pingüinos…"
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