Chile: Obispos llaman al diálogo por la paz en Araucanía

Chile: Obispos llaman al diálogo por la paz en Araucanía

Ante los últimos episodios violentos

 

 

 

Ante los últimos episodios de violencia en la región de la Araucanía, Chile, los obispos del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal, hace un llamamiento a todos los actores involucrados para “construir una paz auténtica y sólida que sea fruto de la justicia y del diálogo amplio”.

En su declaración, publicada por el episcopado chileno, los prelados expresan un profundo dolor y una enorme preocupación “por las graves consecuencias de los episodios violentos ocurridos en el último tiempo en la región, entre ellos la muerte de compatriotas, mapuche y no mapuche, hechos que en su momento fueron condenados de manera transversal y que además han sido y están siendo juzgados por los tribunales. También nos inquieta gravemente el enfrentamiento entre civiles que ha impactado al país”.

Diálogo y acuerdos

En esta línea, añaden que la historia “no se cansa de enseñarnos que toda acción de violencia sólo produce nuevas injusticias, dolor, pobreza y más violencia, aumentando las fracturas sociales, de por sí difíciles de sanar”.

Del mismo modo, en el mensaje se pide que la totalidad de los actores “mediante el diálogo y los acuerdos deben ser capaces de reconocer la diversidad propia de una región donde la multiculturalidad está desde siempre presente”.

Los obispos consideran que en la unidad propia de un Estado pluricultural es posible reconocer la valiosa diversidad, que “permita la convivencia armónica de todos”, junto a un desarrollo político y social justo.

Abordar los temas de fondo

“Constatamos y compartimos la preocupación de muchos por el camino inconcluso en los procesos de verdad histórica, reconciliación, nuevo trato, reparación, política de tierras y de una nueva institucionalidad indígena, procesos a los que el Estado se ha comprometido, incluso, con la ratificación de tratados internacionales”, sostienen los pastores chilenos.

Y destacan “los temas de fondo, causa de la situación que vivimos, (….), pues “se trata de temas de gran relevancia que permanecen vigentes, sin lograr avances ni soluciones concretas, lo que es, principalmente, responsabilidad de las autoridades públicas de los diversos poderes del Estado llamados a su ejecución”.

Para avanzar en los temas históricos y culturales, “así como en construir una cultura del encuentro y diálogo para una paz fundada en la justicia” el episcopado apunta que se requiere superar “políticas centradas en la contingencia y miradas parciales que sólo se fundan en las necesidades básicas de las comunidades o en la mantención, también necesaria, del orden público”.

“Pasos efectivos y audaces”

“Se requiere que los actores involucrados den pasos efectivos y audaces para consensuar una agenda y un itinerario político y social que, con visión de país, se encamine a hacer frente a estos grandes y legítimos temas de fondo, causa del descontento”, subrayan los pastores.

En la declaración se indica que el país requiere de un proceso de “verdadera ‘reconversión’ que le permita emigrar hacia una auténtica interculturalidad, donde cada persona pueda vivir libre y plenamente su propia identidad, convicciones y cosmovisiones, sin otro límite que el bien común”.

Construir “una paz auténtica y sólida”

De este modo, en estos difíciles momentos, se exhorta “a construir una paz auténtica y sólida que sea fruto de la justicia y del diálogo amplio, sin exclusiones, entre los líderes indígenas, los actores políticos, sociales, económicos y académicos, dejando de lado cualquier expresión de intolerancia”.

El texto concluye remitiendo al mensaje del Papa Francisco en la Araucanía, del 17 de enero de 2018, en el que se remarca que, para avanzar en la construcción de una unidad cívica y social, se “necesita y reclama auténticos artesanos que sepan armonizar las diferencias”, pidiendo retomar cuanto antes estas instancias de diálogo y búsqueda de acuerdos y animando “a orar por la Araucanía, para que el Espíritu de Dios suscite en autoridades y dirigentes sabias decisiones que nos encaminen a un diálogo fructífero por la paz y justicia, con la esperanza que brota del Evangelio”.

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