En las horas previas a su consagración episcopal como obispo para la Diócesis de Añatuya, el padre José Melitón Chávez dialogó con Nuevo Diario sobre sus sentimientos actuales.

El futuro obispo consideró que “se vienen tiempos muy lindos para mi y para Añatuya, especialmente porque podremos hacer muchas cosas en nombre de Dios. La expectativa es enorme, hermosa y desafiante. Después de 30 años de cura aceptar este desafío es un don de Dios también”.

El sacerdote se refirió a sus sentimientos actuales: “No me siento extraño acá, (en alusión a Añatuya), y creo que nunca me sentiré extraño en estos lugares. Esto es de Dios, no hay otra explicación. Espero que nunca se apague y profundice esta experiencia que me puso en marcha en esta vocación de seguir a Jesús con alegría. El amor que nace de Jesús para con uno y todo el pueblo de Dios”.

Sobre el cambio de diócesis destacó que “es el mismo sentimiento y amor que me ha unido a la gente y la Iglesia de Tucumán. Aquí quiero poder lograr una ampliación de todo eso y poder concentrar toda esa experiencia aquí en la iglesia de Añatuya. La idea es seguir extendiendo el Reino de Dios en estas tierras y con la gente de aquí. Tengo las mejores expectativas y sé que será un ida y vuelta en el cariño y caridad sincera, la colaboración mutua”.

El sacerdote tucumano será ordenado mañana en una ceremonia que promete ser con la concurrencia masiva de los vecinos de esta ciudad y de distintos puntos de la diócesis, desde las 20.