El Centro Islámico de la República Argentina celebra la visita el Papa a la Península Arábiga

El Centro Islámico de la República Argentina celebra la visita el Papa a la Península Arábiga

El Centro Islámico de la República Argentina, emitió un comunicado donde celebra la visita del Papa Francisco a la Península Arábiga que se inició el pasado domingo 3 de febrero al arribar a Abu Dhabi, capital de Emiratos Árabes Unidos. 

Texto del comunicado: 

El Centro Islámico de la República Argentina celebra la visita del Papa Francisco a la Península Arábiga que se inició este domingo 3 de febrero al arribar a Abu Dhabi, capital de Emiratos Árabes Unidos, donde fue recibido por el príncipe heredero de Abu Dhabi, S.A.R. Muhammad bin Zayed Al-Nahyan, y por S. E. Ahmad Al-Tayyib, Gran Imam y Rector de la Universidad Al-Azhar de El Cairo. 

Es la primera vez en la historia que un Pontífice de la Catolicidad se hace presente en la Península Arábiga. Este lunes 4 de febrero, el Papa Francisco mantuvo una reunión con el Consejo Musulmán de Ancianos en la Gran Mezquita Sheij Zayed, la más grande de los Emiratos Árabes Unidos, donde exaltó la importancia de la convivencia pacífica, el diálogo y el trabajo común de las religiones en favor de la paz.

Finalmente, el Papa Francisco y el Gran Imam de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyib firmaron el “Documento sobre la hermandad humana por la paz mundial y la convivencia común”, en el que condenan el terrorismo y la violencia. En el prefacio, después de haber afirmado que “La fe lleva al creyente a ver en el otro a un hermano al que apoyar y amar”, se habla de este texto como “un documento razonado con sinceridad y seriedad”, que invita a “todas las personas que llevan en el corazón la fe en Dios y fe en la fraternidad humana a unirse y a trabajar juntos”. 

Al-Azhar junto con la Iglesia Católica “declaran adoptar la cultura del diálogo como camino; colaboración común como conducta; conocimiento mutuo como método y criterio”. Con el documento, “nos pedimos a nosotros mismos y a los líderes mundiales, a los autores de la política internacional y de la economía mundial, de comprometerse seriamente a difundir la cultura de la tolerancia, la convivencia y la paz; de intervenir lo antes posible para detener el derramamiento de sangre inocente y poner fin a las guerras, los conflictos, la degradación ambiental y el deterioro cultural y moral que vive el mundo actualmente”. 

Los dos líderes del Cristianismo y el Islam piden a los hombres de religión y cultura, así como a los medios de comunicación, redescubrir y difundir “los valores de la paz, la justicia, la bondad, la belleza, la hermandad humana y la convivencia común”. Y afirman creer “firmemente que entre las causas más importantes de la crisis en el mundo moderno hay una conciencia humana anestesiada y el alejamiento de los valores religiosos, así como el predominio del individualismo y de las filosofías materialistas”. Se condena el hecho de obligar a las personas a adherirse a una determinada religión o cultura, así como a imponer un estilo de civilización que otros no aceptan”. 

Luego testimonia que “la protección de los lugares de culto —templos, iglesias y mezquitas— es un deber garantizado por las religiones, los valores humanos, las leyes y las convenciones internacionales. Cualquier intento de atacar los lugares de culto o amenazarlos con atentados, explosiones o demoliciones es una desviación de las enseñanzas de las religiones, así como una clara violación del derecho internacional”. 

En la Declaración se define “una necesidad indispensable de reconocer el derecho de la mujer a la educación, al trabajo y al ejercicio de sus propios derechos políticos. Además, se debe trabajar para liberarla de presiones históricas y sociales contrarias a los principios de la propia fe y dignidad. También es necesario protegerla de la explotación. Por eso se deben detener todas las prácticas inhumanas y las costumbres vulgares que humillan la dignidad de las mujeres y trabajar para cambiar las leyes que impiden a las mujeres disfrutar plenamente de sus derechos”. 

Después de reafirmar el derecho de los niños a crecer en un ambiente familiar, a la comida y a la educación, los dos líderes religiosos afirman: “Debemos condenar cualquier práctica que viole la dignidad de los niños o sus derechos. Al igual que es importante protegerlos ante los peligros a los que están expuestos — especialmente en el entorno digital — y considerar el tráfico de su inocencia y cualquier violación de su infancia como un crimen”. 

Finalmente, “Al-Azhar y la Iglesia Católica exigen que este Documento sea objeto de investigación y reflexión en todas las escuelas, universidades e institutos de educación y formación”. Y esperan que la Declaración se convierta en un "símbolo del abrazo entre Oriente y Occidente, entre el Norte y el Sur”. 

Hacemos súplicas para que el Altísimo y Misericordiosísimo conceda al Papa Francisco un futuro de felicidad y éxitos en su honorífica misión que, no dudamos, continuará aunando voluntades solidarias, tendiendo puentes fraternales e interactivos entre el Mundo Católico y el Mundo Islámico, y proveyendo de más Paz y Justicia para toda la humanidad.

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