Carta Abierta criticó el respaldo al Papa e hizo explotar la interna kirchnerista

Carta Abierta criticó el respaldo al Papa e hizo explotar la interna kirchnerista
En medio de la visita de Cristina al Vaticano, la agrupación cuestionó a sus “compañeros” por celebrar la elección de Bergoglio. Habló de superchería y dijo que prefería a Ratzinger

NOELIA BARRAL GRIGERA Buenos Aires

Cuando parecía que Luis D‘Elía se quedaba solo en el kirchnerismo denostando la designación de Jorge Bergoglio como Papa Francisco, se conocieron ayer las reflexiones del grupo de intelectuales oficialistas Carta Abierta, que calificó de “retroceso político trascendente” el festejo de algunos políticos vernáculos por la novedad. Esa posición contrastó abiertamente con la de la propia presidenta Cristina Fernández de Kirchner y otros nombres del Gobierno, quienes en la última semana se mostraron cada vez más amigados con el nuevo Papa.

“Me parece un retroceso político trascendente, inútil, criticable y riesgosísimo, lleva el mito de la nación católica al límite de la estupidez electoralista y a la incapacidad de reflexionar la profundidad de este tema”, cuestionó el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, en la última asamblea de Carta Abierta el pasado fin de semana. “No puede ser que compañeros nuestros entren en esa superchería”, agregó. El sociólogo se mostró descreído del estilo informal y austero que mostró el Papa en sus primeras apariciones públicas y calificó de “vergonzosos” los afiches que aparecieron en la Ciudad de Buenos Aires saludando al “Papa peronista”.

González pronosticó que el Papa se encontrará con dirigentes de la oposición como “Carrió, De Narváez, Pino Solanas, Macri, los genocidas que son a lo mejor los más entusiastas, y los bendecirá a todos” y se preguntó: “¿Eso puede ser la Argentina? ¿Eso hay que conmemorar, como si fuera un campeonato de fútbol?”. “Lo conocemos bien, son estilos demagógicos”, subrayó.

Incluso, afirmó que prefería a Benedicto XVI. “Ratzinger es más interesante porque tenía una idea spinozista del mundo”, dijo.

Sus palabras contrastaron no solo con el cálido encuentro que compartieron la Presidenta y el Papa, sino también con las de los gobernadores de Entre Ríos, Sergio Urribarri; de Chaco, Jorge Capitanich; y de Salta, Juan Manuel Urtubey, quienes combinaron en los últimos días el pedido de re-reelección para la Presidenta con la emoción por la designación de Bergoglio. Alejados de la mirada académico y pendientes de cuestiones más terrenales como las elecciones y los votos, los kirchneristas con responsabilidad de gestión, de la Presidenta para abajo, fueron cambiando su actitud hacia Francisco desde el miércoles hasta ayer.

Apenas conocida la noticia que sacudió al país y al mundo, el Gobierno inició sondeos con allegados al flamante Papa para saber si recibiría a Cristina, como finalmente ocurrió ayer. Ganaron posiciones, en ese esquema, los kirchneristas que tenían llegada a Bergoglio desde sus tiempos de cardenal primado. Entre ellos, el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez; el vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto; y el referente del Movimiento Evita, Fernando “Chino” Navarro.

Obtenida la audiencia y aliviados con los gestos de Francisco hacia Cristina, la preocupación de la Casa Rosada está por estas horas en la fecha en que el Papa visitará finalmente la Argentina. Lo ideal, evalúan en Gobierno, sería que no venga antes de las elecciones de octubre. Y es que todavía nadie sabe bien a quésector político podría beneficiar una presencia de esa magnitud en tiempos electorales.

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