Minutos antes le pidió al Señor “que una al pueblo argentino en esta hora en la que tenemos que crear una Nación para el tercer centenario, donde seamos solidarios y cultivemos la amistad social que recree la nueva y gloriosa Nación, pero no asentada en un nacionalismo de puertas adentro”.

Ayer por la mañana, en el último día del Triduo, se celebró la Solemnidad del Señor del Milagro. Previamente innumerables fieles se habían acercado al sacramento de la reconciliación para comulgar. La misa concelebrada se desarrolló en un clima de júbilo y fervor religioso. Como el año pasado se realizó al aire libre, en la explanada de la Catedral. Tuvo un sello especial con Zamba Quipildor y el coro Arsis, dirigido por Miryam Dagum, quienes interpretaron la Misa Criolla.

Del oficio, presidido por monseñor César Fernández, obispo de Jujuy, participaron autoridades provinciales y eclesiásticas. Antes de finalizar la misa, Cargnello destacó a la Misa Criolla como “la expresión del baile, la danza y la cultura del pueblo culto del noroeste argentino, que se hace canto de acción de gracias a Dios” y recordó que la misa estacional se enmarca en el Bicentenario.

La emoción de Zamba Quipildor

La voz potente del cantor resonó en la Catedral, santuario de gracia y misericordia, y acompañó las plegarias profundas de los fieles, surgidas de la angustia y la esperanza, surgidas siempre de la fe. Cuando los asistentes se estaban desconcentrando, le acercaron un micrófono y Zamba solo pudo agradecer. “Para todos ustedes dejamos todo el amor, toda la solidaridad. Lo más hermoso es ver el rostro de cada uno de ustedes, es ver esa libertad que siempre tenemos que tener todos los argentinos. Simplemente, les dejo mi cariño. Nunca se olviden de este hombre, que ha viajado por muchos países del mundo llevando en sus espaldas a Salta, las costumbres de mi pueblo”, expresó emocionado.