“El camino del cristiano es, simplemente, transformar el corazón”

“El camino del cristiano es, simplemente, transformar el corazón”

“Jesús llama a sus discípulos y los envía, dándoles reglas claras, precisas, los desafía con actitudes y comportamientos”, dijo Francisco como parte de la homilía de la misa solemne.

“Jesús llamó a los 12 y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros”, fue la lectura del Evangelio.

“El camino del cristiano es, simplemente, transformar el corazón”, afirmó el Sumo Pontífice.

“El Señor nos dará la lluvia y nuestra tierra dará su fruto. Esto estamos invitados a celebrar. Una comunión que siempre da frutos, que siempre da vida (…) Una confianza que se va gestando en el seno de una comunidad, en la vida de una familia (…) El discípulo se siente invitado a confiar, invitado por Jesús a ser amigo, a compartir su suerte, su vida (…) A ustedes no los llamo siervos, los llamo amigos. Porque les di a conocer todo acerca de mi Padre”

“Hay una palabra clave: HOSPITALIDAD”

“Jesús les envía a vivir la hospitalidad”, mencionó el Santo Padre. “Cristiano es aquel que aprendió a hospedar, que aprendió a alojar (…) En la lógica del Evangelio no se convence con argumentos ni tácticas, sino simplemente, aprendiendo a alojar, hospedar”, aseguró el Papa.

“La Iglesia es madre del corazón abierto que sale a acoger, a recibir. La Iglesia, como la quería Jesús, es la madre de la hospitalidad ¡Cuánta desesperanza se puede curar en un hogar donde uno se pueda sentir recibido! Hospitalidad con el que no piensa como nosotros, con el que no tiene fe, con el perseguido, el desempleado”, recalcó.

“Tantas veces nos olvidamos que hay un mal que precede al pecado y va haciendo nido en nuestro corazón: La Soledad. La soledad, cuánto destruye la vida, y cuánto mal hace…”, agregó.

“Es la fraternidad acogedora el mejor testimonio de que Dios es Padre. Dios nunca cierra horizontes, nunca es pasivo a la vida ni al sufrimiento de sus hijos. Por eso envía a su hijo, lo dona, lo entrega y comparte para que aprendamos el camino de la hospitalidad, el camino del don. Es una palabra que rompe el silencio de la soledad”, mencionó.

La Iglesia es madre

“Cuando se nos haga pesada la tarea de evangelizar, recordemos que todos fuimos creados para la amistad con Jesús. Qué lindo imaginarnos las parroquias y comunidades como verdaderos centros de encuentro entre nosotros y con Dios”

“La Iglesia es madre, como María. En ella tenemos un modelo. Alojar como María. Alojar como la tierra que no domina la semilla, sino que la recibe, la nutre y la germina. Es cierto que nadie puede obligarnos a no ser acogedores, hospederos de la vida de nuestro pueblo. Nadie puede pedirnos que no abracemos la vida de nuestros hermanos”, agregó.

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