Qué cambia en el vínculo entre la AFI y la Justicia

Por: Hugo Alconada Mon. A continuación, la desgrabación de sus principales conceptos:

La decisión fue limitar el rol de la AFI como auxiliar de la Justicia. ¿Qué significa esto? En principio, la AFI debería encargarse solamente de tareas de Inteligencia y, específicamente para afrontar situaciones de riesgo elevado o amenazas externas como, por ejemplo, atentados terroristas.

Pero, a partir de ciertos eventos, aparecen resoluciones que empiezan a modificar el asunto. Cuando fue aquella ola de secuestros (por ejemplo, el del hijo del ingeniero Juan Carlos Bloomberg o la del padre de Pablo Echarri), en aquel momento el presidente Néstor Kirchner y su entonces jefe de Gabinete, Alberto Fernández, decidieron abrirle un poco más el juego a la SIDE (hoy, la AFI) para que colaboren en lo que puedan en los secuestros extorsivos, así como el narcotráfico y la trata de personas.

Ahora se intenta volver a restringir a la AFI respecto a estos asuntos. La premisa general volcada por la actual interventora (o titular) de la AFI, Cristina Camaño, es acotar y reducir las tareas de los espías, quienes deben limitarse a sus actividades "esenciales". Busca empezar a limitar el rol de la AFI, y señala que, si algo le corresponde al Poder Judicial (como ciertas intervenciones telefónicas), que se encargue el Poder Judicial.

Se busca disminuir al mínimo posible la intervención de la AFI. Un ejemplo: ¿quiénes se encargaron, en la práctica, de ir a buscar a Paraguay a Ibar Pérez Corradi, uno de los sospechosos del triple crimen de General Rodríguez? La AFI. De eso se puede encargar la Policía o Gendarmería. Las tareas esenciales de la AFI son el terrorismo, o un intento de golpe de Estado, no tanto la materia de seguridad. Eso plantea Cristina Caamaño: acotar a un organismo que fue aumentando a un tamaño que resultó ingobernable en los últimos tiempos.

Esto de acotar las tareas en las cuales se puede involucrar la AFI debe complementarse con otros pasos que ya dio el gobierno de Alberto Fernández. Por ejemplo, volver a blanquear los fondos de la AFI, que hasta ahora están reservados. El dilema de esto es, en esencia, saber en qué se gasta el dinero. Son miles de millones de pesos.

Se busca separar a los espías de los jueces y de los ámbitos judiciales, al menos en los anuncios formales y oficiales. Luego habrá que ver cuál es el desarrollo concreto cuando ocurran incidentes o investigaciones sensibles para el Gobierno. Puentes de comunicación tiene que haber siempre, es bueno que existan, pero deberían ser los formales e institucionales como el ministro de Justicia.

El problema de la AFI o la SIDE es sistémico, excede a la voluntad coyuntural de un gobierno. No hay que verlo con un chip político-coyuntural de apoyo o rechazo a algún gobierno. El problema de los espías viene siendo un problema desde, por lo menos, la última dictadura militar.

El kirchnerismo usó mucho a la SIDE en su momento. ¿Por qué debería creer uno que ahora será distinto? Como primera e ingenua respuesta, porque ya lidiaron con lo peor de la SIDE y saben que son como el escorpión: cuando tenés poder, se hincan ante vos, cuando dejás de tenerlor, te patean la cabeza. Está en su naturaleza.

Comentá la nota