Por la brecha, se desplomó 65% el superávit comercial y complica el frente cambiario

Por la brecha, se desplomó 65% el superávit comercial y complica el frente cambiario

El saldo positivo fue de USD612 millones, menos de la mitad que en los primeros cinco meses de pandemia. Las expotaciones se hundieron 21,6% interanual y las importaciones cayeron 2,8%. Pese a la baja de las retenciones y la soja récord, el agro no acompaña y continúa la sangría de reservas

 

 

La fuerte tensión cambiaria de los últimos meses impactó en la balanza comercial argentina. Producto de las presiones devaluatorias reflejadas en la brecha entre el dólar oficial y los paralelos, el superávit de octubre fue de USD612 millones, lo que implicó una caída del 65% interanual y de más del 50% contra los primeros cinco meses de pandemia. Una mala noticia para el Gobierno en tiempos en que necesita ampliar el ingreso de divisas para detener la sangría de reservas. Pese a la baja de las retenciones, el agro no acompañó.

Los datos surgen del informe del Intercambio Comercial Argentino que publicó esta tarde el Indec. El documento muestra que las ventas al exterior totalizaron USD4.616 millones durante el mes pasado, lo que implicó una baja del 21,6% interanual. Mientras que las compras sumaron USD4.004 millones, apenas 2,8% menos que un año atrás, influidas por el progresivo rebote de la actividad económica y, sobre todo, por el adelanto de importaciones ante la especulación con una fuerte devaluación.

“A diferencia de los primeros meses del año, la caída en las cantidades fue la que determinó la mala performance de las exportaciones siendo que los precios crecieron”, remarcó la consultora ACM. De hecho, el índice de precios de los productos exportados subió 2,4% interanual y la cantidad vendida cayó 23,5%.

Por el lado de las ventas, la brecha y las expectativas de devaluación pospusieron operaciones. Así, a pesar de la recuperación de la economía global y de los precios, las exportaciones cayeron 22% el mes pasado, duplicando al retroceso acumulado entre enero y septiembre (12%). Por el lado de las compras, hay dos grandes factores: brecha y recuperación de la actividad. Las expectativas de devaluación anticiparon algunas compras al exterior, en la búsqueda por cubrirse de un salto cambiario, a la vez que el avance de la demanda alentó ciertas compras”, sostuvo Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina.

Las ventas cayeron en todos los rubros: Combustible y energía, 56,7%; Manufacturas de origen industrial (MOI), 23,7%; Manufacturas de origen agropecuario (MOA), 4,2%; y Productos primarios, 22,8%. Por el lado de las compras, las de Combustibles y lubricantes bajaron 36,3%; las de Piezas y accesorios para bienes de capital, 21,1%; las de Bienes de capital, 10,9%; y las de Bienes de consumo, 7,7%. En cambio, crecieron las importaciones de Vehículos automotores de pasajeros (50,4%) y las de Bienes intermedios (14,1%).

Una particularidad se dio en un sector en el que el Gobierno puso el foco a la hora de conseguir divisas para calmar las tensiones cambiarias: el sojero, el principal complejo exportador del país. Pese a que en octubre comenzó a regir una baja temporal de 3 puntos en las retenciones para el poroto de soja y al progresivo avance del precio del commodity, las exportaciones de la oleaginosa en grano devengaron USD65 millones en el mes, USD11 millones más que en septiembre y 88,1% menos que un año atrás, cuando muchos productores habían adelantado ventas a la expectativa de un incremento en el impuesto ante el cambio de Gobierno.

Sí mejoraron 28% mensual los envíos de aceite de soja (USD440 contra 344 millones) impulsado por la restauración del diferencial sojero que implicó una baja adicional de 3 puntos en las retenciones para los derivados de la oleaginosa. Sin embargo, como los productores pisaron las ventas de granos, buena parte de la agroindustria se abasteció con importaciones de porotos de soja (desde Paraguay y otros países limítrofes), que se dispararon 548,5% interanual hasta los USD177 millones.

“La baja asimétrica de retenciones con la finalidad de modificar la estructura de precios relativos y, de este modo, incentivar la exportación con mayor valor agregado (agroindustria) podría haber impactado positivamente a las MOA en detrimento de los productos primarios”, apuntó ACM.

Con todo, el superávit comercial acumula su segundo mes consecutivo de fuerte retroceso: en septiembre había sido de USD582 millones. El dato del Indec (que no expresa el dinero efectivamente ingresado al mercado cambiario oficial, un número que publicará el viernes el Banco Central, sino las operaciones comerciales concertadas) tiene entre sus causas las presiones devaluatorias pero también deja como resultado mayores dificultades para detener el drenaje de reservas ante la escasa oferta de divisas. Las tenencias netas perforaron los USD5.000 millones según diversos analistas.

Al respecto, Rajnerman amplió: “Será difícil sostener el superávit comercial récord de los meses anteriores en una economía con importantes expectativas de devaluación, que operan en contra del saldo comercial (menos ventas y más compras). Pensando en la estabilidad cambiaria, esto es un problema”.

Proyecciones

En esa línea, la consultora Abeceb proyectó que el año terminará con una caída del 14,4% en las exportaciones a USD55.730 millones y un descenso del 16,8% en las importaciones a USD40.850 millones. Así, redondearía un superávit comercial “algo por debajo de los USD15.000 millones (equivalente al 3,9% del PBI)”.

Para 2021, la firma fundada por el exministro de Producción del macrismo, Dante Sica, prevé un repunte tanto en las ventas externas (6,7%) como en las compras (15,0%), con lo que el superávit se reduciría a USD12.500 millones (3,1% del PBI).

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