Bordet: “Tengo muy claro lo que hay que hacer en Entre Ríos”

Bordet: “Tengo muy claro lo que hay que hacer en Entre Ríos”

El intendente de Concordia habló de todo. La transformación de su ciudad y la reconstrucción de la autoestima de su gente. La familia y el tiempo libre. La militancia y el acompañamiento de su padre. El futuro gabinete y la necesidad de debatir.

«Concordia es una ciudad que durante muchos años convivió con el mote de ser una de las ciudades más pobres del país, con los mayores índices de desempleo, la capital de la desocupación».

¿Cómo se logró cambiar esa imagen?

-Si bien se funda formalmente en 1832, Concordia era desde antes, el lugar al que se podía navegar en el río Uruguay, que más al norte no era navegable porque estaban el Salto Chico y el Salto Grande, que es donde hoy está la represa. Entonces, el tránsito fluvial era justamente hasta Concordia, donde se hacían los trasbordos en las carretas. Cuento esto para mostrar que el nacimiento de la ciudad tiene que ver con el comercio y el desarrollo económico. En 1870 se hizo el primer censo poblacional y resultó ser la quinta ciudad de la provincia, después de Paraná, Concepción del Uruguay, Gualeguaychú y Gualeguay. 

Pero rápidamente se posicionó segunda y en la ciudad las economías regionales tuvieron una fuerte impronta. ¿Qué pasó después? El golpe militar de 1976 y su modelo económico derivaron en el cierre de muchas fuentes productivas. Se terminó de construir la represa y 5.000 trabajadores quedaron en la calle, otros 2.500 por el cierre del frigorífico Cap Yuquerí, otros 900 por el cierre de Pindapoy, principal exportadora de cítricos dulces y otras frutas y jugos. La crisis de 2001/2002 nos dejó, después de todo esto, en una situación muy dura y se dispararon todos los indicadores. La desocupación trepó el 25%, aumentaron la pobreza y la indigencia y el índice más duro, que no mide el Indec, que es la mortalidad infantil, que se fue al 23 por mil. Recuperar esto costó mucho. En 2003, Néstor Kirchner inició un proceso que cambió ese paradigma económico, dejó de privilegiar el capital especulativo y las teorías monetaristas, para fortalecer el capital productivo, la industria y las economías locales y regionales, lo que trajo una rápida recuperación.

 

-¿Cuál cree que fue su principal aporte en este proceso?

-Desde 2007, cuando me tocó asumir la Intendencia junto a Sergio Urribarri gobernador, hubo que enfocar el trabajo en la recuperación económica y en la inclusión social, pero también, y esto es algo central, en la reconstrucción de la autoestima de los concordienses. A nadie le gusta que le digan que vive en la ciudad más pobre del país. Y hoy tenemos una ciudad en la que la desocupación bajó del 25% al 4% y la mortalidad infantil del 23 por mil al 8 por mil, por mencionar un par de indicadores. Fue un trabajo inmenso, pero quiero dejar bien en claro que no lo hice yo, sino que fui un eslabón de un proyecto político liderado por Néstor y Cristina Kirchner a nivel nacional y por Sergio Urribarri en Entre Ríos. Hice la parte que me tocó hacer en este contexto histórico.

 

-Su apellido es conocido en Paraná por sus distintos roles institucionales, pero también por la figura de su padre, que vive en la capital provincial hace bastante tiempo…

-Mi padre hace 25 años que vive en Paraná . Luego de ser intendente de Concordia, fue presidente del Instituto del Seguro, de la Caja de Jubilaciones y fiscal en el Tribunal de Cuentas durante mucho tiempo. Después del fallecimiento de mi madre, hace 15 años, él se quedó a vivir definitivamente en Paraná, aunque va a Concordia a visitarnos algunos fines de semana.

 

-¿Es un hombre de consulta para usted en lo político y en la gestión? ¿O lo aconseja solamente como padre?

-Es una persona de consulta permanente para mí en todos los aspectos. Fue intendente de Concordia entre 1987 y 1991, época en la cual yo estaba abocado a mi profesión. No formé parte de su gestión, pero sí seguí muy de cerca y atentamente todo lo que significaba gobernar una ciudad en momentos realmente muy críticos, con el fin del gobierno de Raúl Alfonsín, la hiperinflación… Todo se compartía en la mesa familiar y a mí me dejó una enseñanza muy fuerte. Y, si bien fueron años difíciles, mi padre terminó su mandato con muy buena imagen entre los vecinos. Para mí, ser su hijo siempre fue una de mis mejores cartas de presentación y, a la vez, me generó un compromiso muy grande de no defraudar lo que él hizo.

 

-Hay hijos de políticos a los que se les despierta también la vocación y otros le disparan. ¿Usted cómo empezó en política?

-Empecé a militar en la facultad, apenas ingresé, en los últimos años de la dictadura. Nos reuníamos con compañeros a hablar no de política partidaria, sino de democracia. Tuve una formación propia en estos ámbitos y luego coincidí con mi padre en el peronismo.

 

De Spinetta al tango electrónico

 

Bordet creció escuchando rock nacional y todavía le siguen gustando Sui Géneris, Spinetta, Manal y otras bandas y exponentes de los ’70 y los ’80. De esos años, recuerda intercambios de discos en vinilo de León Gieco entre el grupo de amigos, el programa Flecha Juventud, que conducía Juan Alberto Badía, y las noches con la compañía de Radio del Plata, donde una cortina musical del grupo Vivencia tenía un plus de popularidad en Concordia, ya que uno de los integrantes del grupo era oriundo de la ciudad. “Era uno de los pocos programas donde se escuchaba rock nacional e incluso pasaban algunos recitales en vivo”, recuerda.

 Hoy sigue eligiendo escuchar música para pasar sus ratos libres. El tango electrónico, el jazz, la música brasilera y, en especial, Caetano Veloso, son los estilos de artistas que menciona ante la consulta.

 De chico practicó varios deportes e incluso tuvo un paso algo destacado por el fútbol concordiense, cuando fue arquero en el club de su barrio, Santa María de Oro, del cual sigue siendo hincha. Dejó la liga para dedicarse de lleno al estudio, aunque alcanzó a jugar algunos partidos en primera. “La de arquero es una posición ingrata, la más ingrata de todas. Cuando empecé a jugar sólo por recreación, siempre lo hice de nueve”, cuenta.

 

Hoy su actividad física se concentra en caminatas y algo de bicicleta. Al fútbol lo mira por televisión, con las restricciones que impone ser el único hombre en una casa llena de mujeres -vive con su esposa y tres hijas- y ser hincha de Tigre. Sabe que llama la atención su preferencia, y que se presta para la cargada, pero se defiende asegurando que hay muchos más hinchas del club bonaerense en la provincia y explica: “Cómo me hice de Tigre es una historia un poco larga, pero trataré de ser sintético: mi abuelo vivía en la zona rural de Pronunciamiento. Tenía dos hijos: mi viejo hincha de River y mi tío hincha de Boca. El abuelo era hombre de campo y la verdad es que el fútbol mucho no le interesaba. Pero tenía la presión de los hijos para que se definiera por Boca o por River. Un día, jugando al chinchón con unos amigos bien futboleros les preguntó qué equipo estaba último en la tabla. Era Tigre y entonces lo empezó a seguir”, narra. Bordet se hizo hincha por su abuelo y durante años siguió al equipo yendo a la cancha.

 

-¿Es difícil alejarse un poco de la familia para hacer campaña?

-Sí. A mí me tocó estar un poco lejos cuando fui ministro de Salud y Acción Social, tiempo en el que mi familia quedó en Concordia y yo vivía de lunes a viernes en Paraná y viajaba muchísimo. Es difícil, pero uno se acostumbra. Lo importante a veces no es el tiempo que uno dedique, sino la intensidad.

 

La necesidad del debate

 

-Usted es contador y su compañero de fórmula también. ¿Eso es bueno o malo?

-Las ciencias económicas pueden verse de dos maneras: desde la óptica estrictamente técnica, que tiene que ver con liquidar impuestos y hacer registraciones, o desde una perspectiva más ligada a lo social. Esa economía con función social es más mi perfil. Incluso cuando tuve posibilidad de hacer un posgrado, elegí el desarrollo local regional y me seguí perfilando para ese lado. Es más: fui docente durante 14 años en Concordia, pero no de Contabilidad, sino de Instrucción Cívica.

 

-¿Ya tiene un equipo definido para que lo acompañe en la gestión?

-No, no tengo un equipo pensado y definido porque creo que hay que poner todo el esfuerzo en mostrarle a los entrerrianos que somos capaces de llevar esta acción transformadora y para eso hay que ganar las elecciones. Pero en nuestro espacio político tenemos dirigentes de muchísima valía, que tienen experiencia en gestiones municipales. Hay intendentes que no tienen posibilidad de reelección que, sin lugar a dudas, van a estar en mi futuro gabinete. Esto tiene una potencialidad enorme porque son hombres y mujeres que saben de qué se trata, que no vienen a aprender nada sino que están todos los días resolviendo cuestiones en sus municipios. También hay hombres y mujeres que tienen experiencia en gestión en el gabinete y esto es una gran ventaja comparativa a la hora de formar un equipo de gestión. Además, estoy muy acostumbrado a trabajar en equipo, siempre tratando de buscar y potenciar lo mejor de cada uno en torno de un objetivo colectivo. No creo en proyectos individuales, sino en los proyectos colectivos.

 -¿Usted quiere debatir?

-Sí, yo quiero debatir. Me interesa confrontar ideas, con respeto. Tengo muy claro definido qué es lo que quiero para la provincia de Entre Ríos. Tiene que continuar el proceso que aquí se inició en 2007 y hay que consolidar cada conquista y derechos logrados, además de hacer lo que falta. Y hay que explicarle a los entrerrianos cómo lo vamos a hacer. Como en cada campaña que me ha tocado encarar, pienso que hay que estar personalmente en cada lugar del territorio, en cada ciudad, en cada pueblo. No creo en el conocimiento a través de afiches o spots publicitarios. Todo eso es relevante, pero lo que importa es el cara a cara porque ahí se sella un compromiso con el ciudadano.

 

 

“Tengo 53 años, nací y vivo en Concordia y soy contador público. Estoy casado con Mariel y tengo tres hijas: Florencia, de 25 años, Delfina, de 13, y Lara, de 8.

 

“Vengo de una familia con vocación docente. Mi padre, Elvio, es contador y también fue intendente de Concordia, entre 1987 y 1991. Mi mamá, Aída, ya falleció. Fue maestra rural. Y también mi hermana Marcela es docente. Yo a esa hermosa profesión le dediqué más de 10 años de mi vida.

 

“Actualmente soy intendente de Concordia. Estoy terminando mi segundo mandato. 

Antes fui concejal (1995-1999), coordinador de la subsede Concordia de la Uader (2004-2005) y ministro de Salud de la provincia (2005-2007)”.

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