Benedicto XVI: "La renuncia fue una decisión sufrida, pero creo que hice bien"

Benedicto XVI:

A ocho años de su dimisión al papado, Joseph Ratzinger dejó claro que no se arrepintió y reiteró que “no hay dos Papas”

 

 A ocho años de la efectivización de su renuncia al trono de Pedro –la primera de un Pontífice en 600 años-, Benedicto XVI, papa emérito, de 93 años y frágil de salud, volvió a romper su silencio. “Fue una decisión sufrida, pero creo que hice bien, mi conciencia está tranquila”, dijo Joseph Ratzinger “con un hilo de voz”, en una entrevista publicada hoy por el Corriere della Sera. “No hay dos Papas, hay un solo”, también reiteró.

Ratzinger, en junio pasado en Bavaria, con ayuda para movilizarseArchivoAds by

Aunque no especifica cuándo ocurrió, la entrevista, de 45 minutos, fue realizada por el editorialista del diario milanés, Massimo Franco, en el convento Mater Ecclesiae, el edificio enclavado en los Jardines del Vaticano donde vive Ratzinger desde que dejó el papado. Allí estuvo junto al director del diario, Luciano Fontana, para obsequiarle dos viñetas sobre él realizadas por el famoso dibujante, Emilio Giannelli, quien hace dos años también fue a visitarlo.

Benedicto XVI, que causó un terremoto al anunciar su dimisión el 11 de febrero de 2013 –que hizo efectiva el 28 de febrero siguiente-, durante la entrevista estuvo acompañado por su secretario privado, el arzobispo don Georg Ganswein. Su estado de salud, en efecto, es muy frágil. El 16 de abril cumplirá 94 años y la última vez que se lo vio en público, en silla de ruedas, fue cuando rompió su autoclasura, en junio pasado, para viajar a Alemania para despedirse de su hermano mayor, Georg, que murió poco después.

“Las frases salen con cuentagotas, la voz es un soplido, va y viene. Y monseñor Gaenswein en algunos pasajes repite y ‘traduce’, mientras Benedicto asiente en señal de aprobación”, describió Franco. “La mente sigue lúcida, rápida como los ojos, atentos, vivos. El cabello blanco aparece un poco largo, cándido debajo del solideo papal. Desde las mangas saltan a la vista dos muñecas flaquísimas que subrayan una imagen de gran fragilidad física”, precisó, al detallar que Ratzinger en la muñeca izquierda lleva un reloj y en la derecha un brazalete que parece un reloj pero que es, en verdad, una alarma lista para sonar por si le pasa algo.

A la pregunta de si en estos ocho años alguna ver se arrepintió de su decisión de abandonar el papado, el eximio teólogo alemán: “Ha sido una decisión difícil, pero la tomé en plena conciencia y creo que hice bien”. Y aludió a los sectores ultraconservadores que nunca digirieron su valiente paso. “Algunos amigos míos un poco fanáticos todavía están enojados, no han querido aceptar mi decisión. Pienso en las teorías conspirativas que le siguieron: hubo quien dijo que había sido culpa del escándalo de VatiLeaks, quien de un complot del lobby gay, quien del caso del teólogo conservador lefebvriano Richard Williamson. No quieren creer en una decisión tomada a conciencia. Mi conciencia está tranquila”, dijo.

El papa Francisco junto al papa emérito Benedicto XVIArchivo

El ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe y brazo derecho de san Juan Pablo II, que como casi todo el mundo en el Vaticano ya fue vacunado contra el coronavirus y que todos los días lee los diarios, apareció informado de la realidad. Habló de la pandemia en curso y comentó que felizmente el cardenal Gualtiero Bassetti, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, logró recuperarse, después de una larga batalla. También hizo comentarios sobre el nuevo premier italiano, Mario Draghi, “un hombre muy estimado también en Alemania” y sobre el inminente viaje del papa Francisco a Irak (del 5 al 8 de marzo). “Creo que es un viaje muy importante”, dijo. “Lamentablemente cae en un momento muy difícil que lo hace también un viaje peligroso: por razones de seguridad y por el Covid. Y además la situación iraquí es inestable. Acompañaré a Francisco con mi oración”.

Incluso hubo palabras sobre el nuevo presidente estadounidense, Joe Biden, sobre el cual expresó algunas dudas en el plano religioso. “‘Es verdad, es católico y practicante. Y personalmente está en contra del aborto. Pero como presidente tiende a presentarse en continuidad con la línea del Partido Demócrata... Y sobre la política de género aún no entendimos bien cuál es su posición’, susurró, dándole voz a la hostilidad de buena parte del episcopado norteamericano hacia Biden y su partido, considerados demasiado liberales”, según escribió Franco.

Elisabetta Piqué

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