Bebidas sin alcohol: un negocio sin gas

Bebidas sin alcohol: un negocio sin gas

Las extensas cuarentenas y la crisis económica de los últimos años impactaron en el núcleo del mercado de bebidas sin alcohol.

Salones a media luz, persianas bajas, sillas sobre las mesas y únicamente el servicio “take away” como posibilidad de atención al público. La imagen de los bares y restaurantes en plena cuarentena impactó no sólo a los comerciantes, sino también a sus proveedores. “Es un canal que representa el 50% de nuestras ventas. Veníamos golpeados por los malos resultados de los años anteriores, imaginate los números que tuvimos por la pandemia”, graficaba un alto ejecutivo de una multinacional de bebidas sin alcohol en pleno escenario 2020. Ahora, las últimas restricciones dispuestas en el AMBA a la “nocturnidad” ya se reflejan en los números: abril terminaría con una caída del 15% en los despachos respecto del último mes de marzo.

Las decisiones de las compañías no tardaron en aparecer en escena. Hasta 2020, el manejo de las operaciones comerciales de Coca-Cola para el Cono Sur estaba en Buenos Aires. Pero la empresa, en el marco de una reestructuración mundial, decidió mover la plana superior de su cúpula ejecutiva a Río de Janeiro.

“El impacto de la pandemia se sintió sobre todo entre abril y junio de 2020. Luego, la situación comenzó a estabilizarse a medida que se fueron dando mayores posibilidades de circulación, con la reapertura de bares y restaurantes y la habilitación de gimnasios y actividades deportivas”, admite Mariana Gallo, Directora de la división de Bebidas de PepsiCo Argentina.

En descenso. Según un informe de la consultora Claves Información Competitiva, el sector de Bebidas sin Alcohol cayó un 10% entre enero y octubre 2020, respecto del mismo período del año anterior, producto del “descenso de la económica y la crisis abierta por la pandemia” de COVID19. “Los números del rubro se ven agravados cuando se observa lo ocurrido durante los últimos años. Si bien INDEC modificó la metodología utilizada para medir la evolución del sector, se vislumbra que los despachos de gaseosas y bebidas caen de manera persistente”, agrega.

El despacho de bebidas sin alcohol al mercado interno muestra un descenso sostenido desde 2013, cuando alcanzó su máximo histórico. En particular, el consumo de gaseosa -medido por el INDEC- disminuyó a un ritmo promedio del 4% cada año, explicado no solo por la retracción del nivel de gasto de los hogares, sino por una sustitución del consumo de gaseosas por otros productos de menor precio relativo. “Adicionalmente, muchos consumidores optaron por reemplazar el consumo de bebidas carbonatadas por otras consideradas más saludables, en línea con la toma de conciencia acerca de los efectos de ciertos consumos sobre la salud”, cuenta dicho informe.

“Considerando que en 2019 el sector ya había disminuido sus ventas un 15%, en los últimos dos años, hemos registrado una caída acumulada de 21,6%”, indica un relevamiento de la Cámara de la Industria de Bebidas sin Alcohol (CADIBSA).

A su vez, la radiografía de Claves profundiza en la evolución general del empleo de las protagonistas de esta actividad, que alcanzó a unos 25 mil trabajadores registrados promedio durante el primer semestre 2020, cifra que es un 10% inferior al número registrado en 2016.

Cuestión de precio. No sólo la economía impactó en el sector. Hubo otro factor que no pasó inadvertido. “Nos afectaron las políticas de ‘Precios Máximos’, ya que durante 2020 sólo se autorizaron aumentos para las bebidas sin alcohol en dos oportunidades”, confirma Florencia Canzonieri, vocera de CADIBSA. La referencia apunta a que, en julio de 2020, se permitió un incremento del 4% y octubre, de otro 3%. “Esto implica un aumento de precios anual del 7%. Sin embargo, los costos de las materias primas y salariales se incrementaron entre el 30 y 50%, generando un esquema que pone en riesgo el desarrollo sustentable del sector en su conjunto, incluyendo el proceso de inversión y generación de empleos directos e indirectos a lo largo de toda la cadena de valor”, agrega Canzonieri.

En este contexto, el consumidor opta, en su mayoría, por los productos “tradicionales”. “El más elegido en 2020 la Coca-Cola ‘Sabor Original’”, destaca Mariale Álvarez, Directora de Asuntos Públicos, Comunicación y Sustentabilidad de Coca-Cola Argentina y Uruguay, aunque su variante “sin azúcar” mostró un crecimiento de doble dígito durante los últimos tres años. “Nuestras propuestas bajas o sin calorías representan un 21% de nuestras ventas”, agrega Álvarez. A escala global, 18 de las 20 marcas principales de Coca-Cola son bajas o sin azúcar, o bien tienen opciones bajas o sin azúcar. “Ofrecemos, además, envases más pequeños y convenientes que ayudan a las personas a controlar su consumo de azúcar y el de sus familias. En la actualidad, alrededor del 44% de nuestras marcas de gaseosas se presentan en tamaños de 250 mililitros o menos”, agrega Álvarez. Al respecto, en Coca-Cola “detectan” una tendencia hacia la elección de los retornables, que representan el 40% de su volumen de ventas. “En algunos territorios del norte y del interior el uso de los envases retornables es sensiblemente mayor a la de zonas más urbanas, como también con las opciones bajas o sin azúcar que responden mejor en dichas áreas”, sentencia Álvarez.

¿Cuáles son las proyecciones para 2021? “Somos optimistas”, destaca Gallo. “En los primeros meses del año, y ya desde finales de 2020, los indicadores vienen mostrando reactivación”, agrega.

PepsiCo lanzó “Rockstar” en diciembre pasado. “Es una bebida energética con vitaminas B3, B5 y B6, que contiene ingredientes de origen natural como ginseng y guaraná, y está especialmente pensada para recargar energía durante el día”, explica Gallo. Gatorade fue otro claro ejemplo de una marca que tuvo que reconvertirse. “Tratamos de adaptarnos a lo que pasaba con los consumidores, que durante los primeros tiempos de la pandemia no podían salir a correr o hacer actividad deportiva exterior. Entonces nos asociamos con InstaFit, que es una aplicación de coaching y de seguimiento de entrenamientos, y creamos ‘G BootCamp’, un programa gratuito de entrenamiento en casa”. Otras propuestas en un negocio sin gas.

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