No es poco que durante más de tres lustros consecutivos la provincia inaugure el ciclo parlamentario con normalidad. También es notable que sea el mismo Mandatario que lo haga en once oportunidades. Se cierra un ciclo político e institucional en Corrientes.
El de este año no será un mensaje de rutina como los anteriores. Ricardo Colombi tendrá hoy su discurso de despedida ante la Asamblea Legislativa, en la obligación constitucional de abrir el período de sesiones ordinarias.
El Gobernador radical llega tras romper todos los récords de permanencia logrados por antiguos mandatarios y lo hizo durante más de tres lustros, en los cuales la provincia no padeció una intervención federal. Es un hecho en sí mismo notable por estas latitudes.
El ritual que cumplirá hoy el mercedeño en el Palacio Legislativo desde 2001 a la fecha se volvió un hecho cotidiano, al punto de concitar un escaso el interés ciudadano. Algo que no es poco, en una provincia con el triste privilegio de ser la jurisdicción que más intervenciones federales padeció en la historia nacional.
Que durante 16 años consecutivos, un Gobernador electo por el pueblo pueda salir del Palacio de Gobierno, caminar los escasos 50 metros que separan la puerta de acceso a su despacho de los portales del Poder Legislativo, ofrecer su balance de gestión y programa de gobierno para el año que se inicia prueba que, a casi 196 años de la institucionalización de la provincia, la clase política da señales de madurez. Aunque vale admitir: todavía falta.
Lograda la solidez institucional que garantiza la periodicidad de los mandatos de los Poderes Ejecutivo y Legislativo y de los municipios, más la estabilidad de la Justicia, obliga a esos políticos a pensar en la solución de los problemas del millón de correntinos.
A esa reflexión se debe sumar la novedad que, por diversos métodos institucionales, la clase dirigente puso freno a la aspiración de reformar la Constitución por impulso de liderazgos personalistas o cuestiones coyunturales y este año finaliza un ciclo en la historia de las instituciones provinciales.
La democracia argentina en general y la correntina en particular tienen enormes deudas con la sociedad: inseguridad, narcotráfico, subdesarrollo económico y social, pobreza, desempleo, marginalidad y exclusión que se nota en los altos índices sociales negativos en los cuales niños, jóvenes y ancianos - los más vulnerables - son las víctimas más numerosas.
El conjunto de iglesias correntinas elaboró, el año pasado, una agenda de temas a ser abordada por la clase política, la que fue adoptada por los dirigentes como eje de la acción política y desde el Arzobispado lo recordaron y reclamaron su implementación.
Todo indica que el Gobernador hará un repaso por lo que considera sus logros de gestión durante sus períodos de Gobierno. Exhibirá un muestrario de obras y destacará la “normalidad y previsibilidad” administrativa de una provincia que paga los sueldos en término, en la cual la deuda, que allá por 2001 agobiaba las arcas públicas e impedía la instrumentación de políticas de desarrollo social, económico e industrial, ya no afecta el diseño de las políticas públicas.
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