Un informe presentado a los obispos brasileños habla de 135 casos en 2014, el número más elevado en 29 años
“Efectos colaterales” de un desarrollo distorsionado que la reciente encíclica del Papa, Laudato sii también pone gravemente en tela de juicio. El balance de 2014 es escalofriante. 135 indígenas murieron por suicidio en Brasil, el número más alto de los últimos 29 años. Las cifras son oficiales y fueron proporcionadas por la Secretaría Especial de Salud Indígena (SESAI), adscrita al Ministerio de Salud de ese país.
Mato Grosso do Sul es el Estado donde se produce el mayor número de suicidios: 48 en 2014, con un total de 707 casos registrados entre 2000 y 2014. También es preocupante el número de casos registrados en el Distrito Sanitario Especial Indígena (DSEI) de Alto Rio Solimoes, en el Amazonas, donde viven los pueblos Tikuna, Kokama y Caixana. Aquí se registraron 37 casos de suicidio.
El mismo SESAI informa además que en 2014 fueron asesinados 138 indígenas y el año anterior se habían identificado 97 casos de muerte violenta.
Otro dato alarmante de un detallado informe titulado “Violencia contra los pueblos indígenas en Brasil – Datos 2014”, que el Consejo Indígena Misionero (CIMI) presentó el 19 de junio en la sede de la Conferencia Episcopal de Brasil (CNBB), en Brasilia, se refiere a la mortalidad infantil. El total de decesos de niños entre 0 y 5 años de edad es de 785 casos. En 2013 el informe del CIMI había registrado la muerte de 693 niños en todo el país. La población de los Xavante (en Mato Grosso) tuvo el número más elevado de niños fallecidos en 2014, un total de 116.
“La mortalidad infantil y los suicidios están terminando con los jóvenes indígenas. Estamos ante una situación muy grave”, ha comentado la asistente de antropología del CIMI y coordinadora del informe, Lucia Helena Rangel.
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