En las últimas elecciones generales, gran parte de los españoles eligió nuevas opciones y eso se refleja en que el nuevo Congreso español tuvo una renovación de más del 62% de sus miembros, una cifra record. 

Las caras jóvenes, pelo largo y hasta una diputada que entró con su hijo bebé fueron algunas de las señales del fin de la “casta política”, como suele llamarlo Pablo Iglesias, el líder del emergente Podemos. El jefe de Ciudadanos Albert Rivera, la variante más moderada del cambio, se mantuvo como siempre en un estilo elegante y formal.

Los cambios, sin embargo, también traen aparejados desafíos y sobretodo incertidumbre. Así fue con la elección para las autoridades de la Cámara, donde el PSOE propuso a Patxi López y Podemos a Carolina Bescansa. El primero obtuvo 130 votos –lejos de la mayoría absoluta- con el apoyo de Ciudadanos y la segunda 70, pero gracias a la abstención de PP, el socialista pudo consagrarse como nuevo presidente de la cámara.

La mesa de autoridades, en tanto, se compuso con dos puestos para el PSOE (incluido el presidente); tres para el PP; dos para Ciudadanos dos y otros dos para Podemos.

Ahora, el próximo desafío será la elección del presidente de gobierno que requiere 176 apoyos, una mayoría que ningún candidato está en condiciones de ofrecer. El líder conservador y actual mandatario, Mariano Rajoy, no consiguió el apoyo del PSOE, mientras que este último no ha logrado lo propio con PODEMOS, por lo que la situación se encaminaría hacia la convocatoria a nuevas sufragios.