Los obispos no esperarán hasta 2015 para votar. Hoy comenzará la segunda y última asamblea plenaria del Episcopado, que renovará sus autoridades. Si bien el voto es secreto y los resultados nunca se hacen públicos, el arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo, tendría consenso para continuar como presidente por otros tres años.
La novedad sería la incorporación del arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, a la comisión ejecutiva en una de las dos vicepresidencias. Se trata de la primera renovación del Episcopado desde la asunción del papa Francisco, por lo que se descuenta que la votación, que se hará mañana, será seguida muy de cerca desde el Vaticano.
Arancedo, que sucedió a Bergoglio como presidente del Episcopado en noviembre de 2011, luego de acompañarlo tres años como vicepresidente, se ha destacado como un hombre de diálogo y promotor de consensos. Lideró la posición de la Iglesia en el proceso de reforma del Código Civil y, a partir del acercamiento que han mostrado el papa Francisco y Cristina Kirchner, impuso casi con naturalidad su tono conciliador y tuvo en los últimos dos años cuatro encuentros con la Presidenta.
Junto con el titular de la Comisión de Pastoral Social, Jorge Lozano, Arancedo, de 74 años, se ha mostrado al mismo tiempo como una de las voces de la Iglesia más preocupadas por el avance del narcotráfico y la violencia social, uno de los temas que más inquietan a los obispos y que más rispideces generan hoy en la relación con el Gobierno.
Poli, de bajo perfil, se concentró en la acción pastoral desde que reemplazó a Bergoglio. El mes pasado presidió en la plaza Constitución una misa "por una sociedad sin esclavos y sin excluidos", en la que advirtió que "la patria no puede tener una miseria como la trata de personas", a la que definió como "un pecado social". Promovido por Francisco, de quien fue obispo auxiliar, es hoy el único cardenal argentino elector en un eventual cónclave.
La semana última, el papa Francisco reflexionó públicamente sobre la función de los obispos y dijo que "el Episcopado es un servicio, no un puesto para mandar", en un mensaje destinado a desestimar a "los obispos que hacen todo lo posible para llegar".
La asamblea episcopal se extenderá hasta el sábado y a partir de pasado mañana se definirán por votación los integrantes y presidentes de las 20 comisiones episcopales. Salvo que sea elegido en la comisión ejecutiva, el obispo Lozano continuaría al frente de Pastoral Social.
CONDUCCIÓN
En la comisión ejecutiva, los obispos votarán las vicepresidencias primera y segunda, actualmente en manos del obispo de Neuquén, Virginio Bressanelli, y el arzobispo de Salta, Mario Cargnello, respectivamente. Ambos pueden ser reelegidos, pero se estima que uno de ellos dejaría su lugar a Poli. Como secretario general, Enrique Eguía Seguí no puede ser reelegido, ya que termina su segundo período. Por las características de la función, se presume que la ocuparía alguno de los obispos auxiliares de Buenos Aires o de los que están al frente de diócesis en el conurbano. Como dato a tener en cuenta, hace unos días el papa Francisco nombró obispo de San Justo a Eduardo García, que lo acompañó como obispo auxiliar en la arquidiócesis porteña.
Tampoco podrá ser reelegido el presidente de la Comisión de Educación, el arzobispo de La Plata, Héctor Aguer.
Arancedo llegará a la asamblea episcopal luego de compartir en octubre dos semanas en el Vaticano con el papa Francisco en el Sínodo de Obispos sobre la Familia. Allí también estuvo el rector de la Universidad Católica Argentina (UCA), el arzobispo Víctor Manuel Fernández, uno de los más identificados con el pensamiento del Papa.
La asamblea se desarrollará en la casa de retiros El Cenáculo, de Pilar, y están en condiciones de votar los 84 obispos titulares y auxiliares del país. No participan de la votación, aunque pueden ser elegidos, uno 40 obispos eméritos.
Además de las votaciones, los obispos tendrán un espacio para el intercambio pastoral, en el que suelen volcar sus percepciones sobre la realidad política y social. Lo harán a partir de las evaluaciones y miradas que recogen en sus diócesis, mediante el pulso que encuentran en las 4000 parroquias y 8000 capillas de todo el país.
EXPECTATIVAS POR LA VISITA DEL PAPA AL PAÍS
Una fuerte expectativa acompaña la asamblea plenaria de los obispos que comenzará hoy en Pilar. El arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo H. Zecca, reveló que Francisco "procuraría dar una respuesta a la asamblea sobre su posible visita a la Argentina en 2016".Zecca será anfitrión del congreso y espera que el Papa pueda confirmar su presencia a la cita que se celebrará en la provincia de Tucumán, aunque dijo que "la agenda de compromisos internacionales le impide fijar compromisos a largo plazo" al Papa.La oportunidad en la que Jorge Bergoglio podría volver al país pero ya como el papa Francisco y jefe de la Iglesia Católica coincidiría con la celebración del Bicentenario de la Independencia, firmada en la Casa de Tucumán, y la clausura del Congreso Eucarístico Nacional que se celebrará en 2016 en esa provincia del Norte.
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