Apunten contra Massa, la fórmula de Grosso y Alberto en versión superhéroe

Apunten contra Massa, la fórmula de Grosso y Alberto en versión superhéroe

El tratamiento de la Emergencia dejó controversia en el Congreso. La oferta K que rechazó Duhalde.

 

Emergencia: la oposición no irá a la justicia (por ahora)

Gobierno y oposición entran en el receso de verano con señales de paz. Las cruzaron los principales bastoneros después de las sesiones tumultuosas del Congreso, que pudieron hacer estallar todo, si no hubieran sobrevenido mensajes de concordia entre los principales actores. Los términos quedan en la intimidad, frágil pero tranquilizadora, del whatsapp y los teléfonos. El resultado es que la oposición ha decidido en estas horas bajar la espuma de la indignación, y no llevará a la justicia el texto de la ley aprobada por el Congreso, por las irregularidades de su tratamiento en Diputados, que además se vieron por TV.

Para la oposición, es una ley de ajuste que se quiere justificar en una emergencia exagerada por el nuevo gobierno. Encierra inconsecuencias, como la protección a los "privilegiados" con poder de fuego y que, de paso, dejó en un limbo la imposición sobre los negocios financieros. Para el Gobierno es la oportunidad de agrandar el retablo de Tierra Arrasada y matar en la cuna el nacimiento de una nueva oposición. La herramienta es la más conocida: imponer en la agenda temas que alimentan la bronca popular.

 

Oportunismo: de pronto los enemigos son los jueces y los embajadores

El viernes, la oficina de Alberto Fernández recibió el resultado de una consulta de opinión que mostraba críticas a los gastos de la política. De inmediato anunció que iba a mandar un proyecto para bajar jubilaciones y privilegios. ¿Descubrió de pronto el Gobierno que el problema de la Argentina son las jubilaciones de los jueces y los embajadores? Es ingeniosa la oportunidad de desenterrar esa herramienta publicitaria, y más si sirve para arrinconar a la corporación de los jueces, que toman rehenes entre los políticos acusados de corrupción. Es parte de una lucha de décadas entre políticos y magistrados. Van ganando éstos.

Montar los debates desde arriba equivale al planteo del aborto que hicieron todos los gobiernos -desde Menem en contra, Macri neutral, hasta este peronismo a favor-, para hacer músculo con el debate de consignas transversales. Se entiende menos que haga tiro al pichón con los diplomáticos. Esta maniobra despierta los demonios criollos de la intransigencia y el regeneracionismo. Según esos venenos cívicos de la Argentina, 1) quien negocia es un débil y un traidor y 2) hay que reconstruir todo desde cero. El mundo recomienza con cada cambio de gobierno.

Las legislaciones "extravagantes"

El aporte de la oposición a la paz navideña es que, por hora, no redoblará la provocación con una denuncia ante la justicia por hacer figurar en el texto de la ley -cuya promulgación se publicará este lunes en el Boletín Oficial- modificaciones al texto del proyecto, que no se leyeron en la sesión de diputados. "Hay que ver el video", justifica el oficialismo. Una apuesta a la sociedad del entretenimiento que tiene antecedentes. En el texto de la Constitución Reformada en 1994, se perdió un artículo, el 68° bis, que establecía el voto calificado del Congreso para la legislación electoral y de los partidos políticos. La experta Delia Ferreyra la calificó en aquel tiempo de "cláusula extravagante", y se la repuso también de una manera extravagante.

Pésima técnica legislativa

La oposición formó esta vez una comisión especial que integran Luciano Laspina, Pablo Tonelli, Gustavo Menna y Luis Pastori, que debe elaborar un informe para conocimiento del interbloque, sobre la situación legal de los artículos 51° -jubilaciones- y 34° -impuestos a los negocios financieros-. El propósito de ese reporte es el conocimiento detallado de lo que ocurrió, pero por ahora nadie piensa en una demanda que pueda hacer tambalear la nueva norma. Indigna que se toleren las desprolijidades, pero lo justifica la emergencia permanente en la que vive la Argentina.

El contraataque queda abierto como posibilidad, una vez que se conozca la reglamentación de la ley. Los funcionarios de Martín Guzmán adelantaron este fin de semana el trabajo para poner en vigencia las nuevas normas, pero esa changa depende de que el texto -y el video complementario de la norma- les quede claro a todos. El informe de la oposición pone sombras sobre el tratamiento de la suspensión de los aumentos a las jubilaciones, afirma que subsiste la duda sobre si efectivamente quedaron incluidas las suspensiones a las jubilaciones de los magistrados. O en un sentido inverso: si fueron, en efecto, excluidas, o no, del congelamiento al régimen de movilidad. Denuncia, además, pésima técnica legislativa.

Disparen sobre Massa

El blanco de los reproches es Sergio Massa, que debutaba como muchos en la presidencia de la cámara. "Sergio es muy especial", fue la justificación que dio el Instituto Patria ante el críticas de los opositores de Cambiemos. En la reunión de labor previa a la sesión, Massa alardeó que iba a haber quórum: los gobernadores de la oposición se lo habían prometido a Alberto. Fue una de sus picardías, porque a los mandatarios les habían negado la envergadura de las delegaciones. Máximo Kirchner lo interrumpió: "No dar quórum es parte de la vida parlamentaria, lo hemos hecho nosotros durante 4 años".

El jefe de la Cámara había acordado, antes de la sesión del jueves, que dos legisladores opositores, Laspina y Pastori, integrasen una comisión con diputados del oficialismo, para seguir minuto a minuto el tratamiento de cada artículo, y evitar confusiones como las que ocurrieron al final. El jueves Massa suspendió esa comisión. También le cortó los teléfonos a la bancada de Juntos por el Cambio y concentró las negociaciones con bloques que podrían alimentar el quórum, o la aprobación de artículos polémicos. Esos acuerdos se discutieron con el bloque de Graciela Camaño, que sí había dado quórum. Su bancada tiene dos diputados de Lavagna, la propia Camaño y el "Topo" Rodríguez, que votaron de manera cambiada. Camaño no votó en general y, por ejemplo, Luis Contigiani votó en contra. Hubo modificaciones que negoció "Bali" Bucca. El grupo de legisladores de Juan Schiaretti dio quórum, pero no votó el aumento a las retenciones. Lo justificó así Camaño: "Somos oposición, pero no podemos dejar sin ley a un gobierno a 9 días de la asunción".

Otro interlocutor fue el mendocino José Luis Ramón, cuya existencia se atribuye el propio Massa. Este mendocino protagonizó uno de los bloopers más divertidos de la sesión. Se discutía el art 39° del proyecto sobre el destino de fondos públicos, si debía ir a viviendas, o a jubilados y pobres. La aprobación dependía de que hubiera más de 129 votos. Ramón discutía el texto, que se caía si votaba en contra. Se le acercaron algunos diputados del oficialismo y se dio por convencido en el acto: "Entiendo la explicación que acaba de darme el diputado Heller". Milagros de la persuasión. La pirotecnia navideña tapará estos chispazos. Todo terminará, cuanto más, en una cuestión de privilegio y un brindis simbólico, en la primera sesión de extraordinarias.

Cambio de guardia en las dos cámaras

Son los entuertos del parto del nuevo gobierno, que dejan al desnudo fortalezas y debilidades. En el Senado hay giros contundentes con el bloque unificado del peronismo, la manija de Cristina feliz con el micrófono - califica a senadores propios y extraños de "machistas" (José Mayans) y "amargos" (Luis Naidenoff), y la ausencia de un trío que organizaba todo. Lo integraban tres ausentes de la nueva era: Federico Pinedo, Miguel Pichetto y Ángel Rozas. En Diputados, Massa tiene que aprender, Máximo hace de pacificador, reconoce con respeto a Negri como jefe de la oposición -aunque el PRO tiene más diputados que la UCR -, y lo distingue por el "tamaño de discurso que hiciste". También saluda a Elisa Carrió con cordialidad inesperada. No es nuevo. Como tampoco, que no sale de su boca mención alguna sobre su madre. Los fines de año son, además, grandes oportunidades de diván.

La construcción de Alberto como el superhéroe

En momentos bisagra como éstos que se viven por acá, las personalidades encandilan por sobre la dialéctica de las cosas, que es la que decide los rumbos, por encima de la personalidad de los actores. Pero hay que entenderlos. Seguir con detalle la construcción del héroe -que es lo que intentan los voceros del nuevo gobierno con Alberto- demanda lecturas viejas, pero que aún sirven. El patrón analítico lo aporta, entre otros, Joseph Campbell, en el libro clásico "El héroe de las mil caras (1949)". Describe cómo el héroe pasa por las etapas de separación (Alberto rompe con Cristina), iniciación (el retorno al Instituto Patria) y el retorno como un recién nacido, es decir desmemoriado de todo que había dicho antes contra Cristina.

Estas lecturas permiten caminar sobre el inconsciente de los protagonistas, que se mueven como autómatas, mientras cumplen rituales que se repiten en la historia. En esos rituales el héroe en construcción, imagina Campbell, "conduce a los pueblos a través de los difíciles umbrales de las transformaciones que demandan un cambio de normas, no sólo de la vida consciente sino de la inconsciente". Alberto, en ese tránsito, abandona el personaje de los spots de campaña, cuando decía "soy un tipo común”, y entra en el operativo de transformación en superhéroe. Es lo que intentan construir sus campañólogos, con la operación "aloe vera". Como al yuyo sanador, esos cronistas le descubren a Alberto, cada día que pasa, nuevas propiedades.

Después de la tumultuosa sanción de la ley, el Presidente aparece en estas historias como la suma de los talentos políticos. Sólo falta que algún cornista le aplique la frase habitual de la prensa cholula sobre otros presidentes: "A Alberto le pesa el poder, y se le nota". La escribieron esos periodistas acerca de De la Rúa y de Duhalde en el primer mes de sus gobiernos, para describir la grandeza de aquellos personajes. Hasta ahora Alberto era el hombre común, "fana del Bicho". De paso, aquella extravagancia publicitaria quedó en el olvido después de que muchos espectadores, la mayoría jóvenes, preguntasen en los focus groups: "Papá, ¿qué es el Bicho?".

El sueño del licenciado Grosso

Entre los básicos del nuevo gobierno hay que hacer un poco de memoria. El equipo de Alberto es una extracción de la cantera del peronismo de la CABA, que parece cumplir el sueño de Carlos Grosso. El ex intendente marcó un rumbo a finales de los años 80 con un proyecto que terminó dando frutos: que el peronismo de la Capital dejase de ser una sucursal del peronismo nacional, y se construyese con la misma autonomía del PJ en otras provincias argentinas. Sobre esa base unificó las tribus de su partido, se engarzó en la renovación peronista y alcanzó en 1989 la intendencia de la Ciudad, después del triunfo de Carlos Menem.

Fue ese mismo sueño de autonomía el que lo aisló de su gobierno, que terminó desplazándolo, cuando Grosso alzó una candidatura presidencial. Aquella construcción se perfeccionó con la reforma de la Constitución, que le dio autonomía a la Ciudad. Fue la base de la posibilidad de construir, de manera institucional, poder político en el distrito. Permitió que el radicalismo hiciera lo mismo y lograse la candidatura exitosa de Fernando de la Rúa, con una fórmula porteña junto a Chacho Álvarez. Veinte años más tarde, otro hijo de Grosso, como Mauricio Macri, repitió la presidencia de un vecino de la Capital, acompañado también de una vice del distrito. Grosso fue un asesor de Macri en ese proceso.

Fernández es el bastonero de una segunda generación de aquellos peronistas que despuntaron con Grosso, con lo que puede afirmarse que el ex intendente puede atribuirse ser el inspirador político ya de dos presidencias sucesivas. Alberto no perteneció a aquel equipo que acompañó a Grosso en la intendencia, porque no era un hombre que viniera del peronismo. Había surgido del Partido Nacionalista Constitucional, y ejerció cargos técnicos en la administración alfonsinista -éramos tan jóvenes-. Lo conoció a Néstor Kirchner por intermedio de un histórico de aquel equipo grossista, Raúl Garré, hermano de Nilda, que rechazó ser la jefa de los espías como interventora en la ex SIDE -en un almuerzo o cena, no se acuerdan bien, están ya viejos, en el club El Progreso-. Alberto era el vicepresidente de FUNDAR, una fundación que organizaba seminarios y conferencias, que presidía Garré, y de allí migró al cavallismo. Pero esa es otra historia.

Duhalde productivo, más que diplomático

Las demás fuerzas van jugando el reacomodamiento ante la nueva situación. El miércoles por la noche Eduardo Duhalde encabezó una cena de homenaje a Ramón Puerta -saliente embajador en España- en el círculo de Legisladores. Sentado en la cabecera junto al presidente del PRO, Humberto Schiavoni -otro misionero-, y Daniel Basile, uno de los grandes "Chichos" de la política patria, Duhalde contó que esa tarde le habían formalizado la oferta de ser el nuevo embajador en España. Lo había adelantado este cronista, pero Duhalde explicó que había rechazado la oferta. "Soy un hombre de la producción", argumentó, "no me veo en la diplomacia". Quedó abierta la plaza, y ese día se confirmó que Rodolfo Gil, uno de los peones de Roberto Lavagna, irá a Portugal, plaza que dejó el ex vicepresidente de Boca Oscar Moscariello. En materia de otros adelantos, se confirmó que Tecnópolis y el CCK se los queda Tristan Bauer. También a Luis Puenzo en el Instituto del Cine, después de algún forcejeo por la cobertura de cargos debajo de él, no se sabe si para ayudarlo o para controlarlo.

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