Hay que apuntar a las generalesSeguinos en las redes y enterate de las últimas novedades

Hay que apuntar a las generalesSeguinos en las redes y enterate de las últimas novedades

Asegura que no están dadas las condiciones para las internas. "Sería una falta de respeto a los correntinos", remarcó. Confirmó la posibilidad de prorrogar la intervención y la posibilidad de un recambio. Un peso pesado del PJ podría tomar la posta. Habló en La Otra Campana, el domingo. Ayer Julio Sotelo confirmó que por directivas superiores dejaba sin efecto la convocatoria para marzo.

 

A propósito del diario, nos referimos a El Libertador, auspiciante de este programa, hoy dice en su página 3 un título: "El justicialismo sin rumbo". ¿Martínez Llano tiene la brújula?

-Yo tengo la brújula, pasa que hay que manejar los tiempos y las realidades. Tengo experiencia, información y decisión de hacer las cosas que hay que hacer, en el momento que corresponda. Hoy por hoy, algunos creen que la intervención tiene la suma del poder público y que como delegado que es de un Consejo nacional, que en verdad no existe ya hace tiempo o delegado del Gobierno de Formosa, puede hacer lo que quiera con el justicialismo de Corrientes. En esto está la responsabilidad nuestra de marcar claramente los límites y apuntar fundamentalmente a pelear el Gobierno de la Provincia de Corrientes en 2021. Y por eso es que lo que hagamos tiene que estar en dirección a ese objetivo. Tenemos que saber manejarnos. Cuando la gente generalmente escucha hablar a alguien por radio y sobre todo cuando escucha a un político, es como que trata de ir sabiendo a dónde apunta y cuál es el final. Y entonces, por ahí se complica un poco. Hay un déficit en el poder de la comunicación. De saber transmitir. Además de político, soy hombre de medios. Hay que hablar muy claro, para que la gente entienda, no solamente el peronista sino el correntino en general. Es bueno que compañeros hagan reuniones de distinta naturaleza, en distintos lugares, nadie es dueño de la verdad y es bueno que haya debate, que se discuta. De hecho, yo estoy siempre en contacto con los compañeros, esto con la posibilidad de elecciones genera una ansiedad natural. De hecho, que estamos dándole la información y lo que puedan necesitar para lo que es el trabajo político, con las limitaciones propias que nos marca esta situación que vivimos. Yo voy a comenzar por el final, diciendo que el partido justicialista va a normalizarse institucionalmente eligiendo autoridades partidarias, en el año 2022.

¿Quedan suspendidas las internas para marzo-abril de este año?

-El partido justicialista se va a normalizar, a través de elecciones internas, recién en 2022. Es decir, de acá a más de un año, porque la convocatoria, seguramente se hará en febrero o marzo, luego de completar la reforma pendiente de la Carta Orgánica. Y, para que la elección pueda permitir normalizar y legitimar liderazgos a nivel de los 73 pueblos de la provincia, y a escala provincia, es necesaria una interna de seis meses, con tiempo suficiente, con un cronograma extendido, reglas de juego claras, con el Correo Argentino y con el reglamento y cronograma electoral consensuado. Es decir, una interna que permita, definitivamente, que el partido justicialista sea la herramienta electoral que pueda conducir políticamente los procesos electorales en adelante. Y comienzo con esta definición, que es absolutamente importante. Esto es un ajedrez. Y en este ajedrez está lejos de jugar solo la Intervención o quienes están detrás de la intervención. Yo vi los globos de ensayo que generó (el interventor, Julio) Sotelo sobre una elección el 21 de marzo. Yo esto lo quiero descartar total y absolutamente. Él habló solamente para cargos partidarios, es decir, a contramano de lo que indica la lógica. Si se hicieran elecciones, lo lógico sería hacerlas en una misma fecha. Los cargos partidarios y electivos. No es lógico, teniendo cinco elecciones posibles en la provincia, hacer dos elecciones internas dentro del justicialismo. No es serio y aparte deja mal esto que, desde afuera, quieran imponernos algo que va a ser el hazmerreír de los correntinos, el hecho de que el peronismo esté convocando a movilizarse más de cien mil personas para un acto electoral, en medio del momento más trágico de la pandemia. Con realidades que no están reflejadas en los números pero que todos sabemos. Hoy por hoy, tenemos a la mitad de la dirigencia del peronismo goyano aislada, porque un ex diputado nacional dio Covid positivo y estuvo con mucha gente. Yo veo, de los lugares que recorro habitualmente, que son muchas las comunas que están cerradas. En mi propio pueblo, que es Puerto Yahapé, no se puede entrar. ¿Por qué? Porque hay que hacerse el hisopado previo, ahí cerca de Berón de Astrada. Otros no piden hisopado pero tiene restricciones… Y vos no podés ir a golpear la puerta para convencer, porque, en las internas partidarias, primero hay que comprometer a la gente y después ir a buscarlas en el día de la elección. Imaginate autos con cuatro o cinco personas adentro, micros, es decir, creo que es una falta de respeto para los correntinos hablar de elecciones para el 21 de marzo, cuando sabemos que el Gobierno nacional pide reuniones de no más de diez personas, que el Gobierno de Corrientes estudia nuevas restricciones, otras provincias también. Desde el punto de vista epidemiológico, es absolutamente imposible porque esto ya no hace a una cuestión del peronismo, hace a una cuestión de preservar la salud de los correntinos. La competencia de la Justicia provincial hace al valor supremo, que es la preservación de la salud. Esto desde el punto de vista epidemiológico. Ahora, en el análisis desde lo político, es un disparate. Y en esto también hay que decir las cosas por su nombre. A mí no me importa que el Interventor diga que cumple órdenes. Acá en Corrientes las órdenes, o los límites, los ponemos los correntinos. De manera que Formosa se dedique y lo está haciendo muy bien, a controlar la situación de la pandemia. Pero si él está imponiendo restricciones tan severas, como está imponiendo en este momento el amigo Gildo (Insfrán), no va a pretender que en Corrientes hagamos alegremente lo contrario de lo que él hace en su provincia. Y lo mismo la gente de Buenos Aires. Es decir que, en esto, no tenemos que tener miedo. Nuestra responsabilidad es marcar límites a los de afuera, para que las cosas se hagan en función y en beneficio de los correntinos, de manera que el justicialismo haga el mejor papel electoral en este 2021. Desde lo político, no podemos pensar en este dislate si consideramos que en Corrientes vamos a tener entre 3 y 5 elecciones generales… Y digo entre 3 y 5, porque hay elecciones que pueden no darse eventualmente, como el desdoblamiento de las legislativas para el mes de junio, que no hay certeza de que así sea y la segunda vuelta, que va a depender si hay dos o tres frentes electorales en el escenario del mes de septiembre. Pero, de pique, tenemos tres y podemos llegar a tener cinco. Entonces, ¿a quién se le ocurre en su sano juicio que el justicialismo, que está en el llano, vaya a tener el doble esfuerzo de hacer una elección interna para cargos partidarios y después hacer una elección para cargos electivos? Es totalmente ilógico. Si esto fuera así, que lo descarto, hay que saber que organizar una elección interna abierta con 700 mil electores, es totalmente imposible. Si esto fuera una estrategia para favorecer al Gobierno de Valdés, yo lo felicito al que imaginó esta idea. Pero yo te vuelvo a decir, en este momento, descartemos la fecha del 21 de marzo. Las puertas están abiertas en Corrientes para el diálogo responsable, maduro, con el poder central para ver de qué forma se puede hacer la mejor elección posible en beneficio nuestro, del peronismo de Corrientes y del PJ nacional que necesita un resultado, para una elección que se va a dar 40 días antes de la elección nacional.

Internas caídas

Ayer, a través de distintos medios, el interventor Julio Sotelo confirmó la decisión del Consejo nacional de hacer caer las internas que había anunciado para el 21 de marzo.

Pocos días antes, en un audio dirigido a un grupo de dirigentes reunidos, había ratificado la decisión de llevar adelante las internas para cargos partidarios, de modo de dejar en manos de los correntinos la realización a posteriori de las internas abiertas para cargos electivos.

Un cónclave realizado en Santa Lucía días antes del anuncio del Interventor, había pedido la unificación de las fechas.

A posteriori hizo lo propio otro grupo de dirigentes reunidos en Smata. El domingo último el ex diputado nacional Rodolfo Martínez Llano, por LT7 (ver entrevista en estas páginas), dijo sin rodeos que las internas quedarían para 2022 para concentrarse en las elecciones generales y admitió estar de acuerdo con extender la intervención señalando que tanto el Presidente como Cristina y el Consejo nacional saben de su postura que se complementa con la designación de un peso pesado del peronismo respetado por todos los sectores para tomar la posta en el tiempo que se viene.

El espíritu de la dirigencia

¿Cuál es el espíritu de la mayoría de la dirigencia del PJ de Corrientes? ¿Que las internas se hagan a padrón cerrado o cómo están en estos momentos los padrones?

-Hay total convicción en que no hay posibilidad de hacerlo. Ya tuvimos la experiencia última y no solamente en Corrientes, en la UCR de Córdoba se cayó la elección entre Mestre y "Negri", porque no podían votar con 3 millones de electores. Acá son 700 mil electores, en una elección abierta y más en el contexto que tenemos porque, hay que decir la verdad, en Argentina estamos mal con el tema de la pandemia. No tenemos ni siquiera la certeza de la fecha, ni la disponibilidad de la vacunación. De manera que estamos lejos de la posibilidad de tener esa inmunización del rebaño. Bajo esta realidad, las decisiones que se tomen deben ser absolutamente acordes a eso. Yo no descartaría, por una razón práctica y en función de la experiencia, la necesidad de prolongar la intervención del partido justicialista. Lo que no quiere decir prolongar la continuidad del compañero y amigo, Julio Sotelo. Creo que él ha hecho lo que pudo. Un gran esfuerzo, pero, para este tiempo que se viene, para una interna en una situación así conflictiva, él no está en condiciones por ser una persona de riesgo de estar en todas las complicaciones que pueden surgir. Y, además, no tiene poder de decisión y acá de lo que se trata es que alguien esté al frente y que pueda contribuir a trabajar para que el peronismo sea gobierno en el año 2021. Para eso, la realidad nos indica que, en la imposibilidad de movilizar a más de 100 mil personas, ante el hecho que estamos en el mes de enero y la reforma de la Carta Orgánica no se ha completado, no hay que descartar la posibilidad de una continuidad de la intervención del partido justicialista. Repito, las internas para que sirvan para unificar al partido, para que sean la herramienta de participación y movilización, deben ser con reglas de juego claras, extendidas en el tiempo y que den un grado de legitimidad a las personas que surjan electas. De lo contrario, dibujar una lista partidaria no nos va a ayudar y lo hemos visto en todos estos últimos procesos electorales, que hemos tenido conducciones muy débiles, inestables, que no han servido para poner al justicialismo en el centro del ring de la política provincial. Cuando te hablo de la continuidad de la intervención, es como un tema tabú, como que muchos por ahí tienen la ansiedad de votar, pero la cuestión no es votar, sino votar bien para que sirva. Y por eso quiero volver a algo que ya pasó en Corrientes, en el 2001. Nosotros estábamos bajo el gobierno radical que había ganado las elecciones del 99, el gobierno de Fernando de la Rúa. En ese momento, el que habla, propició y firmó la prórroga de la intervención federal en Corrientes por dos años. Yo quería, no que se vote en el 2001 como se votó y se dio el triste y lamentable hecho de que el presidente del partido justicialista, intervino el partido para que el PJ vote a "Tato" Romero Feris como gobernador. Yo tenía la firme convicción de que había que votar en el 2003, ya con un presidente peronista en el Gobierno. ¿Y por qué decía esto? Porque sabía lo que se venía. Las condiciones no estaban dadas para poder pelear el Gobierno. Y en esto voy a hacer una revelación que nunca la hice. Ya pasaron 20 años y creo que es tiempo suficiente. Allá por octubre del año 2000 se realizó en un campo mío que queda al lado de la ciudad de Posadas, el último campo de Corrientes, un almuerzo con dirigentes del radicalismo, peronismo, sindicalistas. Un almuerzo muy importante en el que estaban ex gobernadores de uno y otro lado. Ahí conmemoramos el 20 aniversario de lo que, en su momento, fue una gesta que terminó con la caída del único Gobierno que se desplazó durante el proceso militar. Se cumplían 20 años. Compartíamos ese festejo con recuerdos de esos meses de dura resistencia. Demoramos unos minutos el asado porque el aeropuerto de Posadas queda a 7 kilómetros y venía, en el Tango 01, el que estaba a cargo de la Vicepresidencia de la Nación, que era el senador Mario Losada que había reemplazado a "Chacho" Álvarez. Compartimos el asado, y al día siguiente, yo le digo a Ramón Puerta, que lógicamente había estado, que era senador por entonces: "Vos tenés que ser el Presidente del Senado en este período". Llegamos a eso, a plantearlo como hipótesis de trabajo. Él se movió, con mucha inteligencia, porque era el coordinador de los 17 gobernadores justicialistas que se reunían habitualmente en el Consejo Federal de Inversiones. Por entonces estaba ya a cargo de la Gobernación Carlos Rovira. Y así fue que se puso en marcha el proceso que después iba a terminar en el gobierno de Duhalde. Es decir, la caída del gobierno de De la Rúa, el hecho de que Ramón Puerta esté primero en la línea sucesoria, habilitó lo que vino a ser después esa sucesión de presidentes que duraron unos días, hasta que Duhalde tomó el control y pudo conducir el proceso y lograr salir de esa situación tan traumática. Yo por entonces venía con la experiencia del '99 en Corrientes, un gobierno de coalición que terminó replicándose en el acuerdo Alfonsín-Duhalde. Muchos no lo entendieron, el hecho de pedido de la prórroga de la intervención y el proyecto de ley que yo lo firmé junto al diputado nacional Ricardo Colombi. Cuando se planteó eso, los compañeros, tanto acá en la provincia, como en el orden nacional, no lo vieron… Después quedó en evidencia que fue un mal paso porque además, no sólo terminamos con un candidato a gobernador no justicialista, de otro partido. Por esa circunstancia el PJ del sello, siguiendo directivas de Buenos Aires terminó apoyando la candidatura de Tato. Y ahí nosotros nos volvimos a plantar. Por más que desde afuera quieran, en Corrientes no ganó Buenos Aires. Cuando se hizo el proyecto de extender la intervención, yo lo hablo con el Interventor federal. En ese momento Oscar Aguad. Con Aguad fuimos a ver al ministro del interior, que era el doctor Mestre. A él le interesó, compartió y me dijo: "Bueno, doctor, yo lo acompaño, hable con el Presidente, los dejo solos. Usted vea de convencerlo. Dependemos de la decisión del doctor De la Rúa". Así fue. Estuve conversando animadamente con el Presidente, como lo había hecho cuando acordamos la Intervención Federal el 16 de diciembre del '99 y, como consecuencia de eso, quedó allanada la posibilidad de extender por dos años la Intervención. Después se trabó en la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, con una activa participación en este caso de Cristina, que era presidente de la Comisión. Ella fue una de las que, con mayor ahínco, se opuso a seguir con la intervención, siempre desde el punto de vista de lo estrictamente institucional, cuando acá la cuestión era política. En definitiva, se terminó votando en 2001 y perdimos. Perdimos dos veces, primero, porque no tuvimos candidato propio. Y segundo, porque era ilógico, sabiendo que íbamos a tener en pocos meses más un gobierno justicialista, no saber esperar. Por eso te digo, esta idea de que la intervención debe continuar para poner toda la fuerza en apuntar la posibilidad de pelear el gobierno, seguramente va haber quienes opinen en contrario. Y es bueno que así sea, yo les quiero decir que si nosotros no tenemos en claro la realidad, los tiempos y objetivos, no vamos a aprovechar el hecho de tener el Gobierno nacional. Nosotros tenemos el Gobierno nacional. Tenemos el Partido Justicialista intervenido… Yo pregunto: ¿Para qué queremos quedarnos ahora con la brasa ardiente de la conducción política de este Partido Justicialista, en el marco de una presunta lista de unidad, si nadie de los que quedemos a cargo tenemos la posibilidad de conducir este proceso? Necesitamos que el Gobierno nacional se comprometa, con apoyo efectivo, para poder llevar adelante una campaña electoral compleja y difícil, como es cuando uno enfrenta al oficialismo provincial. Bajo estos argumentos, para los que opinen en contrario, deben tener argumentos mejores para poder enfrentar una posición de esta naturaleza. Yo creo que hay que ver el perfil de un interventor, que tenga fuerza, poder de decisión, capacidad de articular para que podamos llegar a tener el candidato que mejor posicionado pueda estar en el electorado de la provincia de Corrientes. Y una lista de candidatos que incluya a todos los sectores. Es decir, tenemos que trabajar para sacar muchos votos. Para ganar el Gobierno y la mayor cantidad de legisladores. Y también aclaro desde lo político ¿cómo no vamos a apurar los tiempos cuando no se dan vuelta todavía todas las cartas? No sabemos cómo va a superar el oficialismo esta situación que tienen. ¿No es más inteligente esperar qué es lo que pasa en el oficialismo? No es lo mismo una elección con dos frentes, que con tres. Entonces ¿por qué no esperar? ¿Cómo vamos a pensar en convocar a elecciones, si antes tenemos que ver también cómo termina el tema de las Paso? Las Paso va a ser una elección abierta, pero todavía no se confirma efectivamente esto. Por eso te vuelvo a decir, la fecha del 21 de marzo, desde lo epidemiológico, es absolutamente insostenible. Y desde lo político, tiene tantas contrariedades, que verdaderamente nos debe replantear la necesidad de que comience a hablarse en serio y que hablemos con quién hay que hablar, que ese es otro de los problemas que tenemos.

¿Con quién hay que hablar?

-En el orden nacional no sabemos quién corta el bacalao. Esa es la realidad. Eso lo vemos todos los días y en todas las cuestiones.

El partido justicialista seguro que no…

-El partido justicialista no existe, tiene una conducción formal de un hombre muy respetable, con mucha trayectoria como es José Luis Gioja, pero que no tiene el poder de resolver. Entonces, evidentemente no tenemos un interlocutor. Yo le pedí varias veces al Presidente, por lo menos siete u ocho, que designe un interlocutor para poder sentarnos a conversar. Nosotros estamos abiertos al diálogo. Lo que no nos gusta son las pretendidas imposiciones o que nos digan de arriba, porque así como lo dicen, también nosotros sabemos plantarnos si hace falta. Lo que queremos es acordar, pero para eso tiene que haber voluntad de diálogo y entendimiento. No es que haya mala voluntad, sino que la agenda diaria del Gobierno nacional es tan complicada, que Corrientes todavía no entró dentro de esa agenda política. Y eso hace que no estén mirando a Corrientes, los que de alguna manera pueden definir una estrategia. Que no es Gildo Insfrán, ni José Luis Gioja, ni muchos menos Sotelo. Hasta que no muestren las cartas, nosotros tenemos que pintarnos la cara. Yo los invito a los peronistas de Corrientes a la resistencia. Me parece bien las reuniones que hubo, de exigirle a la Intervención tal cosa, tal otra… Está claro que no tiene un cheque en blanco, acá hay que sentarse a conversar. Pero más que exigencia, que hagan lo que quieran, este es un ajedrez. Pero después en política, como en cualquier otro aspecto de la vida, se puede hacer cualquier cosa, pero no dejar de pagar las consecuencias. En esto tenemos que saber marcar la cancha. Si vienen atropellando, sabremos cómo estar y si vienen dialogando, también. Es fácil. Sentarse y ver las coincidencias que seguramente van a ser mucho mayores que las diferencias.

Comentá la nota